Ciencia y filosof¨ªa

En varias cartas a EL PAIS, la ¨²ltima aparecida en el n¨²mero del 22 de mayo, don Germ¨¢n Sierra Marcu?o, catedr¨¢tico de Medicina de la Universidad de Santiago, viene denunciando la deficiente formaci¨®n cient¨ªfica de los fil¨®sofos espa?oles. La denuncia, que inici¨® con un comentario a unas declaraciones del profesor Quintanilla, ha proseguido en pol¨¦mica con don Carlos Paris, que sali¨® al paso de algunas afirmaciones suyas.El profesor Sierra lleva raz¨®n cuando se queja de la precoz especilizaci¨®n del alumno de bachillerato en Ciencias y Letras. Lo peor es que esa ignorancia reciproca parmanece. El se lamenta de que los de Letras ignoren demasiado lo que llama sin m¨¢s Ciencias, y son, de hecho, las experimentales. Con la misma raz¨®n, los de Letras suelen quejarse a veces, y con no menor motivo, de que los de Ciencias ignoren que, bajo tal r¨®tulo, van ciencias como la Sociolog¨ªa, la L¨®gica, la Ling¨¹¨ªstica, etc¨¦tera, ciencias hoy con un aparato metodol¨®gico muy complejo.

En cuanto a la filosof¨ªa, tiene su propio campo de trabajo intelectual, del que forman parte tambi¨¦n el debate sobre los supuestos y resultados de las dos grandes ramas del saber. A tal efecto, los planes de estudio de las secciones de Filosofia acogen asignaturas que se refieren a uno y otro campo. No es culpa de los fil¨®sofos, sino de la

condici¨®n humana, el que no sean omniscientes. Tener una imagen del mundo f¨ªsico, s¨®lida y actualizada, parece ser una obligaci¨®n del fil¨®sofo, pero hacer ciencia no es lo suyo. Por lo dem¨¢s, algunos cultivadores de la filosof¨ªa tienen mayores conocimientos de cien cias fisicomatem¨¢ticas y otros, de las ciencias culturales.

Inferir de la existencia de alg¨²n libro de texto en alguna universidad de Madrid, que no atend¨ªa suficientemente a la ciencia, que todos los fil¨®sofos de todo el pa¨ªs carecen de conocimientos de ciencias experimentales parece excesivo. En cuanto a los juicios del profesor Sierra acerca de la