Tres j¨®venes desvalijaron a los viajeros de un autobus que se dirig¨ªa al Gran Casino de Madrid
Los pasajeros de uno de los autobuses que diariamente cubren el trayecto entre la plaza de Espa?a y el Gran Casino de Madrid, en Torrelodones, fueron desvalijados en la medianoche del s¨¢bado por tres j¨®venes que viajaban en el mismo veh¨ªculo, que obligaron al conductor a desviarse de la ruta. Los asaltantes, a punta de pistola y con amenazas, se apoderaron del dinero, joyas, enseres y documentaci¨®n de los viajeros antes de abandonar el autob¨²s en un descampado. De la denuncia presentada por los viajeros se deduce que el bot¨ªn logrado por los atracadores supera las 500.000 pesetas.
El ¨²ltimo de los autobuses del servicio gratuito que la direcci¨®n del Gran Casino de Madrid tiene contratado con la compa?¨ªa Autocentro Autocar parti¨® de la plaza de Espa?a a las 23.30 horas del s¨¢bado. El pasaje estaba integrado por unas 15 personas, en su mayor parte espa?olas. En el kil¨®metro 20 de la carretera nacional VI, Madrid-La Coru?a, a la altura de Las Rozas, un viajero joven se coloc¨® detr¨¢s del conductor y le dijo: "Vamos para El Escorial". El conductor del autob¨²s, B. R., le replic¨® que aquello no era un autob¨²s de l¨ªnea y que no hac¨ªa paradas ni se desviaba de la ruta hasta llegar al casino."Me puso la pistola en la sien", relat¨® -el conductor, "y me orden¨® que me metiera hacia la izquierda, por la desviaci¨®n hacia El Escorial. En ese momento escuch¨¦ un revuelo entre los pasajeros. Otros dos j¨®venes, que iban con el que me apuntaba, dijeron que aquello era un atraco y que nadie hiciera ninguna tonter¨ªa. Iban bien vestidos, con corbata y chaqueta. Tendr¨ªan unos 25 a?os y una estatura media de 1,70 metros. Estaban muy nerviosos y hablaban como los chelis o drogotas j¨®venes. Tengo la impresi¨®n de que no eran profesionales y s¨ª, probablemente, rateros".
No obstante, los tres j¨®venes ten¨ªan estudiado el plan. A dos kil¨®metros del desv¨ªo obligaron al conductor a meter el autob¨²s por una serie de caminos hasta un descampado existente junto a una pista de autoescuela. All¨ª qued¨® estacionado el veh¨ªculo.
Amenazas de muerte
Los asaltantes exigieron al conductor que diera las luces del interior del autob¨²s. Luego le obligaron a tumbarse en los asientos del fondo y, mientras uno le enca?onaba con la pistola, los dos restantes se dedicaron a desvalijar a los pasajeros. "Estaban muy nerviosos", declar¨® B. R., "y amenazaban a los pasajeros con golpearles, e incluso con matarles s¨ª no les entregaban todo lo que llevaban: dinero, anillos, cadenas, pulseras y la documentaci¨®n. A un pasajero iran¨ª le quitaron 100.000 pesetas y 1.000 d¨®lares -unas 150.000 pesetas- Hab¨ªa dos empleados del casino a los que dejaron en paz.Entre el pasaje se encontraban tambi¨¦n una mujer marroqu¨ª y un matrimonio de edad, que iban al casino con su hija para celebrar su cumplea?os. Por lo que han declarado los pasajeros, se llevaron m¨¢s de 500.000 pesetas".
De acuerdo con el relato del conductor del autob¨²s, los j¨®venes, que trataban de ocultar sus rostros con peri¨®dicos, tardaron bastante en hacerse con todo el dinero y los enseres de los pasajeros. "Hubo un momento de gran tensi¨®n", record¨®, "cuando ante los gritos y la resistencia de algunos pasajeros amenazaron con que nos iban a desnudar y a dejar abandonados lejos del coche".
Antes de marcharse, los asaltantes exigieron al conductor que les entregara la documentaci¨®n. "Les rogu¨¦ que no me la quitaran", dijo, "porque a m¨ª me causaban una gran extorsi¨®n, y les convenc¨ª. La documentaci¨®n, realmente, no me importaba gran cosa. Lo importante era salvar las 60.000 pesetas que llevaba metidas en el carn¨¦ de conducir".
Los asaltantes se llevaron las llaves de contacto del autob¨²s y conminaron al conductor a que apagara las luces del veh¨ªculo y no se moviera del mismo hasta pasados 15 minutos. "No escuch¨¦ ning¨²n ruido de moto o coche, por lo que creo que los ladrones se escaparon campo a trav¨¦s". Por medio de un puente en el motor de arranque, B. R. pudo poner en marcha el autob¨²s y dirigirse al casino, donde denunci¨® el robo a la brigada permanente de la polic¨ªa del local.
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