Artistas, intelectuales y pol¨ªticos despiden en Cuenca, con un homenaje colectivo, al pintor y mecenas Fernando Z¨®bel
El acto final protagonizado por Fernando Z¨®bel antes de que su cuerpo descendiera a la tumba fue ayer un fiel reflejo de la vida, rica en matices, del artista que acaba de morir. Un funeral sencillo y refinado, precedido de un sobrio acto oficial y continuado por un impresionante cortejo por las empinadas calles de Cuenca, puso el punto final al homenaje colectivo a la figura desaparecida, en el que participaron entremezclados miembros de la pol¨ªtica, del arte y la intelectualidad espa?ola, junto a los an¨®nimos y populares personajes que formaron la vecindad de Z¨®bel durante su estancia en Cuenca.
En la l¨¢pida, una escueta leyenda refleja la personalidad del artista. S¨®lo su nombre y el apelativo pintor, junto a las fechas que marcaron su existencia: Manila 1924; Roma 1984. De Oriente a Occidente, con recalada definitiva en un farall¨®n rocoso de la serran¨ªa de Cuenca, son los hitos vitales de un hombre polifac¨¦tico, cuya cultura universal encontr¨® un sorprendente reflejo en este rinc¨®n provinciano de Castilla. A la llegada del coche f¨²nebre a la Plaza Mayor y junto al ayuntamiento, el alcalde de Cuenca, Jos¨¦ Ignacio Navarrete le impuso la medalla de oro de la ciudad, prendida sobre la bandera local que envolv¨ªa la austera caja de madera con los restos del pintor.En el momento en que comenzaba la misa en la catedral, llegaron al templo el vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, el ministro de Cultura, Javier Solana, y el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Virgilio Zapatero. Este ¨²ltimo y el senador Javier Rup¨¦rez formaban la representaci¨®n parlamentaria de la provincia, mientras que la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha envi¨® a dos de sus consejeros, los de Presidencia y Gobernaci¨®n, Manuel Miralles, y de Educaci¨®n y Cultura, Jos¨¦ Mar¨ªa Barreda. Junto a ellos, todas las autoridades de la provincia y una ingente multitud formada tanto por vecinos de Cuenca como los intelectuales y artistas: Juan March Delgado presidente de la fundaci¨®n actual propietaria del Museo de Arte Abstracto, compa?eros de la generaci¨®n pict¨®rica de Z¨®bel como Antonio Lorenzo, Gerardo Rueda, Momp¨®, Teixidor Jos¨¦ Guerrero y Gustavo Torner, el amigo entra?able del pintor muerto. El embajador de Filipinas, donde naci¨® el artista y miembros de la nueva generaci¨®n de pintores, a los que siempre ayud¨® y protegi¨® Z¨®bel, formaban un grupo doliente y multiforme.
El telegrama de condolencia de los Reyes de Espa?a se un¨ªa a la corona de flores de los chicos del equipo de f¨²tbol de la Plaza Mayor de Cuenca que subvencionaba el pintor fallecido.
Federico Sope?a, acad¨¦mico de Bellas Artes y sacerdotes, resumi¨®, en la oraci¨®n f¨²nebre, la extraordinaria personalidad de Fernando Z¨®bel: "Hizo de su vida una obra de arte". Z¨®bel hubiera sido elegido a fin de mes acad¨¦mico de Bellas Artes; ayer esta entidad hizo notar su condolencia por la p¨¦rdida de este artista y mecenas.
?lvaro Mar¨ªas, flauta, e Ic¨ªar Atutxa, violoncelo, junto con un cuarteto del coro Villa de Madrid, que interpret¨® una misa de Gabrielli, pusieron el acompa?amiento musical mientras en el exterior, el ins¨®lito repique a muerto de la torre de Mangana aportaba el contrapunto sonoro a una ciudad vestida de luto.
Desde la catedral, el cortejo f¨²nebre recorri¨® a pie los dos kil¨®metros que llevaron a Fernando Z¨®bel a su tumba, en el peque?o cementerio de San Isidro.
La relaci¨®n de Z¨®bel con Cuenca empez¨® formalmente en el a?o 1962. En aquellos momentos, el artista ten¨ªa ya formado el n¨²cleo principal de su importante colecci¨®n de arte abstracto espa?ol, a trav¨¦s de las adquisiciones, que hab¨ªa ido realizando en los a?os anteriores. En la preocupaci¨®n de Z¨®bel se encontraba, sin embargo, el deseo de que esta colecci¨®n privada pudiera ser accesible al p¨²blico, para lo que buscaba un espacio adecuado en el que poder ser expuesta de forma permanente. Fue entonces cuando su amigo Gustavo Torner le habl¨® de las casas colgadas, que estaban siendo restauradas. Z¨®bel acept¨® la propuesta, que fue calurosamente acogida por las autoridades municipales, y as¨ª qued¨® instalada la colecci¨®n de arte abstracto espa?ol en el edificio m¨¢s representativo de Cuenca, que se inaugur¨® como museo en 1966.
Relato de su sobrino
El fondo inicial de la colecci¨®n fue continuamente ampliado por Z¨®bel con adquisiciones que fueron incorporando a los nuevos creadores del arte no figurativo, a la vez que se manten¨ªa una importante labor paralela, con la edici¨®n de libros, serigraf¨ªas, obra gr¨¢fica, reproducciones, etc¨¦tera. El volumen que alcanz¨® la colecci¨®n hizo que el edificio quedara peque?o, por lo que se llev¨® a cabo una ampliaci¨®n, que fue inaugurada en 1978.En la terminal de carga del aeropuerto de Barajas de Madrid, una veintena de personas, familiares en su mayor parte, esperaba ayer la llegada de los restos mortales del pintor.
Entre los parientes estaba Peter Soriano, el sobrino del pintor que se encontraba junto a ¨¦l en el momento en que muri¨®. Soriano, escultor de 24 a?os, recordaba lleno de emoci¨®n que su t¨ªo era uno de sus mejores amigos y maestros. Hab¨ªan ido los dos a Italia para pasar unos d¨ªas de vacaciones visitando museos y galer¨ªas de arte. Pensaban estar 30 d¨ªas repartidos entre Roma, Florencia y Venecia, pero al tercer d¨ªa las vacaciones tuvieron que terminar. "Me llam¨® a mi habitaci¨®n. Sufr¨ªa una fuerte asfixia. Tuve que ayudarle a atarse los cordones de los zapatos y pedimos un taxi. Seg¨²n sal¨ªamos del hotel Marini Strand en el que est¨¢bamos alojados se cay¨® al suelo. Muri¨® en el taxi que nos llevaba al hospital".
Babelia
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