Dudas sobre los efectos de internacionalizar el yen en el sistema financiero mundial
El anuncio del acuerdo sobre el futuro del yen alcanzado en Roma, en la noche del martes 22 de mayo, entre el subsecretario norteamericano del Tesoro, Beryl Sprinkel, y el viceministro japon¨¦s de Finanzas, Tomomitsu Oba -un acontecimiento hist¨®rico que necesariamente est¨¢ llamado a alterar el sistema monetario y financiero internacional- ha sido saludado con opiniones contrapuestas. Para los optimistas, generalmente asentados al otro lado del Atl¨¢ntico, Se trata de una nueva entrada del acorazado Missouri en la bah¨ªa de Tokio para firmar otra rendici¨®n japonesa. La variante es que el h¨¦roe no se llama Mac Arthur, sino Ronald Reagan.
Los menos optimistas se sienten inclinados a pensar que el acuerdo is not that much, que dir¨ªa el ingl¨¦s, no es para tanto, o es m¨¢s el ruido que las nueces. Cuando los japoneses, tras a?os de resistir presiones, han dado su brazo a torcer, vienen a decir los esc¨¦pticos, es que hay gato encerrado en el asunto o mister Nakasone, primer ministro japon¨¦s, guarda alg¨²n conejo en la chistera.?Qu¨¦ quiere decir internacionalizaci¨®n del yen? Dotar a la moneda japonesa del papel que le corresponde jugar entre las divisas internacionales como moneda de reserva, a tenor del potencial y la importancia mundial de la econom¨ªa del pa¨ªs. Que el yen, como divisa, sea la base de un mayor n¨²mero de transacciones comerciales y financieras, para lo que tiene que haber m¨¢s yens fuera del Jap¨®n. Ello no es posible sin el marco que lo permita, lo que obliga a la liberalizaci¨®n de los mercados financieros y de los controles de cambio japoneses.
La reciprocidad
Estados Unidos y sus aliados europeos llevan a?os de presiones ante las autoridades japonesas para que aborden la apertura de sus mercados financieros. Tokio, con un super¨¢vit comercial deslumbrante gracias a su agresividad exportadora, ha venido siendo como el millonario cara dura que utiliza el campo de golf, la piscina climatizada, la sauna y la pista de squash del club de los ricos sin arrimar el hombro a la hora de compartir los gastos. Tama?as ventajas se han acabado, ha venido a decirle Reagan a su colega Nakasone: en el club de los privilegiados del desarrollo nadie puede jugar con cartas marcadas.Norteamericanos y europeos sostienen que uno de los secretos de la irresistible ascensi¨®n exportadora japonesa se asienta en la artificialmente baja cotizaci¨®n del yen. Por otra parte, las transacciones denominadas en yens s¨®lo constituyen el 3% de las importaciones japonesas y el 42% de sus exportaciones, mientras que en el caso de la Rep¨²blica Federal de Alemania el marco es la moneda base del 43,7% de sus importaciones y el 82,5% de sus exportaciones. M¨¢s a¨²n, aunque Jap¨®n representa el 10% del PNB mundial, su moneda tan s¨®lo constituye el 3% de las reservas de divisas pose¨ªdas por pa¨ªses extranjeros a lo largo y ancho del mundo, mientras que las reservas en d¨®lares alcanzan casi el 82%, y el resto, en marcos. Lo dicho: estar en el club de los ricos sin compartir los gastos del servicio. Una mayor liberalizaci¨®n del sistema supondr¨ªa un mayor uso del yen como moneda de reserva y de transacciones internacionales.
A la reclamaci¨®n occidental de un mayor papel internacional para el yen, se ha unido desde hace tiempo la exigencia norteamericana y europea de reciprocidad japonesa frente a las facilidades que la banca y empresas niponas disfrutan en el exterior. Seg¨²n el ¨²ltimo n¨²mero de la revista Time, desde 1945 las empresas norteamericanas s¨®lo han podido invertir 2.000 millones de d¨®lares en Jap¨®n, frente a los 14.000 millones de d¨®lares invertidos en EE UU por compa?¨ªas japonesas.
Frente a las presiones internacionales, especialmente norteamericanas, los nipones se han resistido con parsimonia oriental, casi siempre pidiendo a?os para estudiar cualquier tema, en un t¨ªpico ejemplo de versatilidad aparentemente no re?ido con su agilidad comercial a la hora de adaptarse a situaciones cambiantes. Los nipones protestan que, a pesar de su super¨¢vit por cuenta corriente, el pa¨ªs es exportador neto de capitales, y si bien es cierto que exportan mucho, tambi¨¦n lo es que lo importan casi todo, especialmente materias primas.
Finalmente, Reagan cogi¨® su fusil, y tras una serie de reuniones desde el pasado oto?o en Tokio, Washington y Hawai, el acuerdo ha visto la luz en Roma. Nadie puede permanecer en el club de los ricos sin compartir los gastos del servicio. Los nipones se han rendido aparentemente a las presiones de la Administraci¨®n norteamericana, metida de lleno en a?o electoral. Reagan quiere asegurarse la reelecci¨®n, y para ello necesita presionar en dos sentidos. Por el lado interior, asegurando combustible (liquidez) a la locomotora econ¨®mica norteamericana, para lo que ri?e su batalla particular con la Reserva Federal; en el exterior, poniendo las peras a cuarto a los japoneses mediante medidas proteccionistas y forzando la liberalizaci¨®n del yen, lo que normalmente debe hacer subir su cotizaci¨®n, lo que a su vez restar¨¢ competitividad a sus productos.
La clave del arco de todo el acuerdo descansa precisamente en la teor¨ªa de que un yen convertido en divisa internacional y utilizado sin restricciones en las transacciones financieras y comerciales internacionles ha de ver aumentada necesariamente su cotizaci¨®n frente al d¨®lar. La teor¨ªa, sin embargo, es puesta en solfa por algunos expertos, al menos a corto plazo.
Esencia del acuerdo
La esencia del acuerdo alcanzado, en la doble vertiente de internacionalizaci¨®n y liberalizaci¨®n, se centra en estas tres medidas:1. El yen se internacionaliza mediante la creaci¨®n, paso a paso, de un mercado del euroy¨¦n similar al eurod¨®lar, es decir, asegurando la existencia, en cantidad suficiente, de una masa de yens en el exterior de Jap¨®n, susceptibles de ser utilizados en los intercambios financieros y comerciales y servir de moneda de reserva. Se piensa que habiendo m¨¢s yens en el exterior aumentar¨¢n las inversiones en esta divisa, lo que har¨¢ subir su cotizaci¨®n, al socaire de la potencia de la econom¨ªa nipona
2. En cuanto a la liberalizaci¨®n, por un lado, los tipos de inter¨¦s del yen en el mercado de capitales dom¨¦stico quedan sometido a las fuerzas del mercado, dejando de Ser controlados por el Banco de Jap¨®n. Por otro, se levantan los obst¨¢culos a la banca extranjera afincada en el pa¨ªs, permiti¨¦ndole ampliar su base de dep¨®sitos en yens mediante la emisi¨®n de certificados de dep¨®sito.
3. Descendiendo al terreno de lo concreto, el aspecto m¨¢s importante de la internacionalizaci¨®n se centra en la posibilidad de prestar dinero en yens fuera de Jap¨®n. Con una importante limitaci¨®n: s¨®lo hasta un a?o, con lo que se limita la demanda de este tipo de pr¨¦stamo y se controla la masa de yens en el exterior. Por otro lado, se ampl¨ªan las posibilidades de emitir bonos, empr¨¦stitos denominados en yens (los Samurai bonds), dentro de Jap¨®n, aunque se mantiene un witholding tax, un impuesto, del 20% de retenci¨®n en origen, lo que evidentemente restar¨¢ demanda de este producto.
A partir del mes en curso se liberaliza totalmente la concesi¨®n de pr¨¦stamos hasta un a?o en euroy¨¦ns (yens generados en el exterior de Jap¨®n) para prestatarios japoneses, es decir, residentes en Jap¨®n, quedando completamente liberalizado para los no residentes, siempre a corto plazo. Nada se ha decidido, "aunque se est¨¢ estudiando", la concesi¨®n de pr¨¦stamos a largo plazo.
En cuanto a bonos emitidos en euroy¨¦ns (por residentes, con yens generados fuera de Jap¨®n), se aumenta el n¨²mero de empresas japonesas que pueden tener acceso a este tipo de emisiones fuera del pa¨ªs. Todo ello implica que al tomarse prestado m¨¢s dinero en esta divisa aumentar¨¢ el volumen de yens fuera de Jap¨®n, con resultado de esa internacionalizaci¨®n y aumento de cotizaci¨®n paralelo.
En el otro aspecto de la liberalizaci¨®n de los mercados financieros nipones, se han liberalizado los contratos de cambio a plazo, que antes ten¨ªan que estar respaldados por operaciones comerciales concretas. El plazo, sin embargo, se establece de uno a seis meses, cuando lo interesante para dicha banca ser¨ªan los plazos superiores.
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