La reuni¨®n del Comecon en Mosc¨²
( ... ) La URSS no tiene otra soluci¨®n por el momento que continuar subvencionando a sus socios, pero ha expresado la necesidad. de una reforma profunda de los mecanismos de un sistema que, basado esencialmente en el trueque, es complejo y confuso. Desde hace cierto tiempo, la mayor¨ªa de los pa¨ªses del Comecon se quejan del bilateralismo de los intercambios actuales, de la ausencia de un verdadero mercado de relaciones monetarias que, seg¨²n ellos, traban la expansi¨®n del comercio y de la cooperaci¨®n. Se puede dudar de que la URSS acepte modificar un procedimiento que estima tal vez insatisfactorio, pero que le asegura una supremac¨ªa pol¨ªtica y econ¨®mica.En fin, otro debate que opone Mosc¨² al resto del Comecon: cada pa¨ªs expresa intereses particulares y a veces divergentes, las pr¨¢cticas econ¨®micas han evolucionado en el seno mismo del campo socialista de manera relativamente diversa.
As¨ª, el otro debate, que opone a los partidarios de un reforzamiento de la integraci¨®n econ¨®mica socialista y de una fidelidad incondicional a la URSS (los sovi¨¦ticos, los checoslovacos y los b¨²lgaros) a los pa¨ªses favorables a un aumento de los intercambios con Occidente. Entre ¨¦stos, Hungr¨ªa, cuya experiencia econ¨®mica original aparece a los ojos de algunos de sus aliados como poco ortodoxa (Budapest efect¨²a cerca de la mitad de sus intercambios con los pa¨ªses no comunistas); Ruman¨ªa, que pasa por resistirse a los integracionistas de la URSS, pero que se ha pronunciado ¨²ltimamente por una soluci¨®n entre camaradas, y la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana, que desea mantener sus relaciones privilegiadas con Alemania Occidental.
12 de junio
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