Salud p¨²blica, secreto de Estado
ENTRE LOS problemas que agobian a los espa?oles, la gesti¨®n de los recursos p¨²blicos dedicados a la salud y la adecuada utilizaci¨®n de sus servicios ocupan lugar preeminente. El iceberg del Ministerio de Sanidad y Consumo, uno de los presupuestos m¨¢s abultados de la Administraci¨®n p¨²blica, provoca en su deriva remolinos e incidentes, pero sus responsables juegan al escondite con la opini¨®n p¨²blica. Los conflictos entre los cargos pol¨ªticos del ministerio, los roces con el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (administrador de los fondos del Instituto Nacional de la Salud), las tensas relaciones con los sindicatos y con la profesi¨®n m¨¦dica (ante una reforma mil veces anunciada y cuyo comienzo nadie atisba) y los contratos multimillonarios con la industria farmac¨¦utica ocupan mientras tanto la atenci¨®n de los ciudadanos.La carga heredada es un argumento empleado por el Gobierno del cambio en casi todos los ¨¢mbitos a la hora de justificar la lentitud del progreso de la reforma. Pero dar la callada por respuesta o s¨®lo una lac¨®nica y cr¨ªptica nota oficial frente a cualquier suceso son cosas que tienen todo el aroma de antiguo r¨¦gimen. En los ¨²ltimos d¨ªas se han producido dos nuevos ejemplos: el asunto de la dimisi¨®n -no aceptada oficialmente- del director general del Insalud, Francesc Ravent¨®s, y la informaci¨®n, silenciada, sobre la prohibici¨®n de venta de 126 especialidades farmac¨¦uticas, entre las que se encuentran medicamentos ampliamente utilizados por los espa?oles, como el Tanderil, el Dolo-Tanderil y el Bustagrip.
En el primer caso pudo asistirse a la c¨®mica situaci¨®n de que el propio Ravent¨®s se viera impotente para confirmar o desmentir el hecho puro y simple de su dimisi¨®n, o sea que ni ¨¦l mismo sab¨ªa si hab¨ªa dimitido. El ministro, tras mantener en el m¨¢s espeso de los silencios a su oficina de Prensa, aventur¨®, ir¨®nico, que Ravent¨®s seguir¨ªa acudiendo a su despacho a las ocho en punto de la ma?ana. Una llamada telef¨®nica de los redactores de Espa?a a las ocho, de Radio Nacional de Espa?a, puso ayer de manifiesto que el pron¨®stico era incierto, al menos en lo que respecta al estricto cumplimiento del horario.
Las previsiones de Ernest Lluch sobre el destino de su principal colaborador no dan para m¨¢s. Ravent¨®s hab¨ªa presentado reiteradas veces su dimisi¨®n, mientras eran conocidas sus diferencias con el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social sobre un acuerdo firmado por el Insalud con la UGT y la Confederaci¨®n Estatal de Sindicatos M¨¦dicos (CESM). El asunto no es grano de an¨ªs, ya que est¨¢n en juego no s¨®lo las retribuciones de decenas de miles de empleados de la sanidad p¨²blica y varios miles de millones de pesetas de los Presupuestos Generales del Estado, sino tambi¨¦n la calidad asistencia? que tienen derecho a exigir los ciudadanos que pagan sus impuestos.
En el caso de los medicamentos prohibidos, Sanidad se ha olvidado de comunicar a la opini¨®n p¨²blica los resultados del estudio de una comisi¨®n de expertos creada el pasado mes de enero -a bombo y platillo- para estudiar la definitiva retirada del mercado de 126 especialidades farmac¨¦uticas sobre cuya peligrosidad se hab¨ªan pronunciado no s¨®lo la Organizaci¨®n Mundial de la Salud y prestigiosas publicaciones m¨¦dicas, sino incluso los propios laboratorios fabricantes de una de las especialidades m¨¢s difundidas.
En su d¨ªa, la comunicaci¨®n dirigida por el Ministerio de Sanidad a la Fiscal¨ªa General del Estado para tratar de equiparar, a efectos penales, los derivados del cannabis y la hero¨ªna mostr¨® ya que los responsables de ese departamento est¨¢n a merced del arbitrismo y de la improvisaci¨®n. Hemos asistido, eso s¨ª, a una inquisitorial persecuci¨®n del despacho farmac¨¦utico sin receta m¨¦dica de analg¨¦sicos que los consumidores se hab¨ªan acostumbrado a adquirir directamente para combatir las jaquecas o los embates de una dentadura picada. Pero mientras tanto quedan pendientes de cumplimiento ambiciosas promesas del programa electoral del PSOE, que anunciaba un servicio de salud integrado para todos los ciudadanos y propon¨ªa una reforma de la Administraci¨®n sanitaria de la que al paso que vamos habr¨¢ que acostumbrarse a prescindir.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- II Legislatura Espa?a
- MSyC
- Opini¨®n
- Farmacolog¨ªa
- MTSS
- Centros salud
- Insalud
- Gobierno de Espa?a
- Atenci¨®n primaria
- PSOE
- Legislaturas pol¨ªticas
- Ministerios
- Partidos pol¨ªticos
- Seguridad Social
- Asistencia sanitaria
- Especialidades m¨¦dicas
- Gobierno
- Pol¨ªtica sanitaria
- Administraci¨®n Estado
- Pol¨ªtica laboral
- Sanidad
- Medicina
- Trabajo
- Salud
- Administraci¨®n p¨²blica