Amadou Mahtar M'Bow: "Aunque se retire EE UU, encontraremos los medios para continuar"
Amadou Malitar M'Bow, senegal¨¦s, de 63 a?os de edad, es el director general de la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Educaci¨®n, la Ciencia y la Cultura (Unesco), que cuenta con 161 pa¨ªses miembros. Pocas horas antes de su viaje oficial a Espa?a, M'Bow di¨¢logo con el corresponsal de EL PAIS en Par¨ªs.
Pregunta. ?C¨®mo ve usted este viaje a Espa?a, qu¨¦ resultados concretos espera del mismo y, globalmente, c¨®mo valora las relaciones entre Espa?a y la Unesco?
Respuesta. En primer lugar, mi visita a Espa?a reviste la misma significaci¨®n que la que han tenido las que he realizado a otros pa¨ªses (a EE UU, Reino Unido y Vaticano en los ¨²ltimos meses), invitado por sus Gobiernos. Pero esa significaci¨®n es m¨¢s particular al tratarse de Espa?a, por las relaciones que yo mantengo all¨ª con los medios intelectuales, culturales y cient¨ªficos. Resultados concretos que espero de este viaje son un an¨¢lisis de la cooperaci¨®n, en el plano internacional y en el que afecta m¨¢s directamente a Espa?a y a la Unesco. Hay proyectos de nuestro organismo que le interesan particularmente a Espa?a, como el que intenta paliar o resolver el problema del analfabetismo en Am¨¦rica Latina. Otro resultado concreto que yo espero: todo lo que significa la expansi¨®n de la lengua castellana. Hay que ver c¨®mo es posible reforzar la cooperaci¨®n en este sentido. Por fin, he de decir que las relaciones entre la Unesco y Espa?a, a todos los niveles y a trav¨¦s de todos los organismos, son excelentes.
P. Puede decirse que el mundo vive ya la tercera revoluci¨®n industrial, dominada por la comunicaci¨®n, que, a su vez, incide directamente en los temas y tareas m¨¢s espec¨ªficos de la Unesco. ?C¨®mo definir¨ªa usted la postura de este organismo de cara a esta nueva etapa de la historia de la humanidad?
R. El papel esencial de la Unesco consiste en contribuir a la cooperaci¨®n educativa, cient¨ªfica y cultural, internacionalmente. Y, claro es, se interesa de manera predominante por todos los cambios tecnol¨®gicos y, m¨¢s a¨²n, por los que inciden en el terreno de la comunicaci¨®n. Es esencial que todos los pa¨ªses puedan dotarse de esas nuevas tecnolog¨ªas y que sepan utilizarlas en funci¨®n de su progreso. A?adir¨¦ que nos interesamos tambi¨¦n por otros aspectos de la vanguardia de la ciencia, como la biolog¨ªa y todas las disciplinas derivadas. Ahora bien, la Unesco no separa el desarrollo t¨¦cnico de la educaci¨®n y la cultura. Y a?ado en el mismo sentido: la Unesco no separa la comunicaci¨®n del desarrollo de la cultura y de la ciencia, debido al papel esencial que juega la comunicaci¨®n como veh¨ªculo del saber.
P. Con la comunicacion se toca el tema candente de los ¨²ltimos a?os en la Unesco, El nuevo orden mundial de la informaci¨®n, que ha dividido el hemiciclo de la organizaci¨®n en dos. Se ha acusado a la Unesco de pretender favorecer el control de la Prensa por los Gobiernos.
R. Es cierto que, a lo largo de los a?os setenta, este problema se ha planteado en t¨¦rminos agudos. Y, de entrada, por una raz¨®n simple: porque los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo entienden que la informaci¨®n en el mundo adolece de desequilibrio, como lo prueban estas cifras simples: cinco grandes agen cias se reparten el 80%, de la informaci¨®n, y esas cinco agencias per tenecen a los pa¨ªses, industrializados. Lo que la Unesco quiere es el equilibrio de la informaci¨®n, y para ello favorece, en primer lugar, entre sus miembros, la clarificaci¨®n de los problemas de la comunicaci¨®n en el mundo moderno. Es normal que cada cual defienda sus intereses, pero la Unesco se esfuerza tambi¨¦n por ayudar a los pa¨ªses m¨¢s pobres para que puedan crear agencias, estructuras, e incluso cree necesaria la formaci¨®n de periodistas de estas region , es m¨¢s necesitadas con el fin de que puedan encarar un problema esencial, en cuya soluci¨®n la Unesco pone todo su esfuerzo: al no haber capital propio, la creaci¨®n de una Prensa espec¨ªfica es pr¨¢cticamente imposible. Resumir¨¦ diciendo que el desarrollo de la libertad de informaci¨®n debe basarse en dos principios: poder recibir noti
cias, pero poder emitirlas tambi¨¦n. Se han deformado las tesis de la Unesco, se han favorecido los equ¨ªvocos, se ha dicho que pretendemos someter la libertad a los poderes pol¨ªticos. No hay nada m¨¢s falso que todo esto. Desaf¨ªo a quien quiera a demostrar si una sola de las resoluciones sobre la informaci¨®n aprobada por la Unesco no lo fue por consenso. Y en ninguna de esas resoluciones se ha abogado jam¨¢s por las cartas credenciales y los c¨®digos de conducta para los periodistas. Y nunca jam¨¢s se ha abogado en favor de la censura.
P. De no cambiar su decisi¨®n, Estados Unidos se retirar¨ªa de la organizaci¨®n a finales de 1984. La reciente creaci¨®n de un comit¨¦ de sabios que va a formular las posibilidades de reforma del funcionamiento de la Unesco, ?cree usted que influir¨¢ en el Gobierno norteamericano?, y, en todo caso, ?cu¨¢les ser¨¢n las consecuencias pol¨ªticas y econ¨®micas de la eventual retirada de un pa¨ªs que aporta el 25% del presupuesto de la Unesco?
R. Yo no puedo adelantar cu¨¢l ser¨¢ la incidencia sobre EE UU de las formulaciones del comit¨¦ que usted ha citado. Los acontecimientos hablar¨¢n. Lo que s¨ª puedo decir hoy es que Estados Unidos se va de la Unesco, tal como me lo han anunciado oficialmente. Sobre las consecuencias, me permito recordar antes de nada que hace algunos a?os los americanos tambi¨¦n abandonaron la Oficina Internacional de Trabajo (BIT), y este organismo encontr¨® soluciones para continuar funcionando. Ahora bien, habr¨¢ consecuencias, sin duda, en caso de abandono. Si ¨¦ste se realiza afectar¨¢, en primer lugar, el principio de la universalidad, algo cong¨¦nito al sistema de las naciones. Financieramente, a partir de 1986, EE UU no pagar¨¢, y los Estados miembros tendr¨¢n que buscar soluciones al problema. Personalamente entiendo que existen dos: o se buscan nuevas fuentes de ingresos, o se reducen los gastos. Se plantear¨¢ tambi¨¦n el problema de la cooperaci¨®n con este pa¨ªs, con sus organismos y cient¨ªficos, pero yo ya he recibido ofertas de los medios interesados en el sentido de posibles colaboraciones extragubernamentales.
P. ?Corre un riesgo grave la existencia de la Unesco con la retirada de Estados Unidos?
R. La existencia de la Unesco depende de la voluntad de los Estados miembros. Sentir¨ªa que Estados Unidos abandone la organizaci¨®n, pero si la abandona, como ha anunciado, habr¨¢ que tomar medidas para asegurar su continuidad.
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