Iberia, en picado
DEMOS POR buenas las cuentas hechas por la secci¨®n de Econom¨ªa de EL PAIS o las que ha presentado el presidente de Iberia en su junta general de accionistas. Las p¨¦rdidas, en cualquier caso, son escalofriantes: 32.000 millones en el primer caso; m¨¢s de 29.000 en el segundo. El d¨¦ficit de Iberia se ha multiplicado por cuatro en el ¨²ltimo ejercicio, esto es, en el per¨ªodo en que ha sido titular ejecutivo de la compa?¨ªa Carlos Espinosa de los Monteros. En unos momentos en que bastantes de las m¨¢s significativas compa?¨ªas a¨¦reas occidentales re montan una parte importante de sus problemas, resulta demoledor recurrir a la secuencia de resultados' en los ¨²ltimos ejercicios de Iberia: en 1979 se perdieron 2.590 millones de pesetas; en 1980, 6.080 millones; en 1981, 3.580 millones; en 1982 (a?o en el que el entonces presidente, Felipe Cons, declaraba con una gran visi¨®n del futuro: "En 1983 Iberia no tendr¨¢ n¨²meros rojos"), 8.124 millones, y en el ejercicio pasado, en tomo a los 30.000 millones de pesetas, seg¨²n las versiones. La auditor¨ªa que la Intervenci¨®n General del Estado ha realizado en la compa?¨ªa, pese a todas las matizaciones y limitaciones que hacen sus autores (de las que en parte responsabilizan a las 'importantes debilidades del sistema de control administrativo-contable de la compa?¨ªa") supone un serio palmetazo a la presentaci¨®n financiera de las cuentas anuales de Iberia. El caso m¨¢s llamativo -que supone el incremento de las p¨¦rdidas anunciadas en m¨¢s de 5.000 millones de pesetas- es el ajuste que la Intervenci¨®n hace para eliminar el efecto neto en la cuenta de resultados de la actualizaci¨®n de la flota y los pr¨¦stamos correspondientes en moneda extranjera. Los auditores explican que la actualizaci¨®n de los pr¨¦stamos al tipo de cambio de cierre ser¨ªa aceptable bajo principios de contabilidad, generalmente aceptados, con cargo a la cuenta de gastos amortizables. La revalorizaci¨®n de la flota, aunque podr¨ªa mejorar la presentaci¨®n financiero-patrimonial de la sociedad, es dif¨ªcilmente justificable, de acuerdo con los principios contables recogidos en las disposiciones legales aplicables en este pa¨ªs, y no es seguido en la pr¨¢ctica por las entidades mercantiles espa?olas. En ning¨²n caso, seg¨²n los autores de la auditor¨ªa, esta ¨²ltima actualizaci¨®n podr¨ªa hacersecon abono a los resultados del ejercicio.
Sin embargo, la auditor¨ªa (de cuya lectura general y sus n¨²meros es f¨¢cil deducir una desastrosa gesti¨®n de los actuales gerentes de Iberia) no es m¨¢s que una an¨¦cdota en la procelosa acumulaci¨®n de dificultades en el seno de la compa?¨ªa. Es muy dif¨ªcil seguir inculpando a la manida crisis energ¨¦tica, a los altos costes de los, carburantes o a los elevados salarios de los trabajadores del hecho de que en las l¨ªneas a¨¦reas espa?olas se pierdan m¨¢s de 87 millones diarios. Si a?adimos que el nivel de prestaciones es desastroso, pensamos que el presidente del INI y el ministro de Industria deber¨ªan explicar su pasividad ante el caso.
Con los resultados conocidos sigue siendo urgente una pol¨ªtica de reconversi¨®n laboral y de reestructuraci¨®n de todas las debilidades organizativas hist¨®ricas -no hay que olvidar que la herencia del pasado es, en este caso, una realidad tangible-, pero cada vez parece m¨¢s inmediato ex?gir las responsabilidades de sus actuales gestores, en cuyo pasivo figura el hecho de haber multiplicado por cuatro las p¨¦rdidas de Iberia en s¨®lo 12 meses. Por lo mismo, resulta chocante que en un contexto como el que atraviesa la compa?¨ªa de bandera de nuestro pa¨ªs el colectivo de pilotos organice una huelga indefinida y, los responsables del Ministerio de Transportes contin¨²en sus ajustes de cuentas particulares con los tripulantes de los aviones, mientras el principio de autoridad ha llevado a tapar pol¨ªticamente eventuales responsabilidades en los accidentes de Barajas el pasado a?o. Los bolsillos de los contribuyentes ser¨¢n quienes soporten esta cadena de desprop¨®sitos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.