Pedro Arias
Concejal de Hacienda de La Coru?a, fundador de la Coordinadora Nudista Ecol¨®gico-Radical, declarado 'enemigo p¨²blico n¨²mero uno'
Es consciente de que su trasero est¨¢ grabado en buena parte de los v¨ªdeos de la ciudad desde que os¨® aparecer en cueros en el programa televisivo Si yo fuera presidente como propagandista del nudismo. A la derecha local le falt¨® tiempo para acusarlo de "despelotar a los contribuyentes". Por aquello de los impuestos, le han otorgado, adem¨¢s, el t¨ªtulo de "enemigo p¨²blico n¨²mero uno de los coru?eses". Este joven concejal de Hacienda, formado intelectualmente en las entra?as de mayo del 68, humaniza los farragosos presupuestos municipales intercalando poes¨ªas y otras guindas de erudici¨®n gozosa.
A Pedro Arias, 35 a?os, concejal delegado de Hacienda en el Gobierno municipal socialista de La Coru?a, economista y profesor de esta materia en la Universidad de Santiago, le dieron hace a?os un premio de ensayo en el Ateneo ferrolano por una colecci¨®n de art¨ªculos que firm¨® con el seud¨®nimo de Pepe Carvalho. Algo de detective sentimental y esc¨¦ptico tiene este personaje que acarrea por los pasillos municipales un malet¨ªn lleno de expedientes, balances, logaritmos, poemas de Pessoa, canciones de Rub¨¦n Blades y reclamos de la Coordinadora Nudista Ecol¨®gico-Radical, de la que es uno de sus fundadores. "A veces uno siente la tentaci¨®n de quemar los mamotretos de concejal a fuego lento como Carvalho su biblioteca".Su discurso en defensa de los presupuestos municipales, en el que cit¨® de una tacada a Celso Emilio Ferreiro, Castelao, Koestler, Marx, Freud, Einstein, Arrow, Tinbergen, orquesta Los Panchos, Baudin, Alain Minc, Regis Debray y Pasolini, fue acogido con inusual ovaci¨®n por el respetable, sorprendida la ciudadan¨ªa de tan iconoclasta irrupci¨®n en las amuermadas sesiones municipales. El aplauso cosechado por Pedro Arias era doblemente meritorio, ya que con los presupuestos se aprobaba un recargo tributario del 3% sobre el impuesto de la renta. "Soy un t¨¦cnico", dijo citando a Fernando Pessoa, "pero tengo t¨¦cnica s¨®lo dentro de la t¨¦cnica. Fuera de eso soy un loco, con todo el derecho a serlo".
Por esa inclinaci¨®n a adobar con verdades po¨¦ticas el fr¨ªo lenguaje de las cifras, el l¨ªder conservador Gonz¨¢lez Dopeso se atusa el bigote decimon¨®nico y entorna sus ojos de letrado cada vez que Arias hace uso de su turno. Si Dopeso fuera alcalde lo primero que har¨ªa "ser¨ªa cesar fulminantemente a Pedro Arias". Lo ha declarado "enemigo p¨²blico n¨²mero uno de los coru?eses", acus¨¢ndolo de "despelotar a los contribuyentes", en una evidente alusi¨®n a la militancia nudista del concejal de Hacienda. T¨ªmido pese a las apariencias, Arias retorna la tradici¨®n anal¨ªtica de izquierdas para explicar tan vehementes fobias. "La derecha pierde el sentido de la tolerancia cuando le rascas el bolsillo, como siempre". Algunos viejos amigos de parranda vitalista le han preguntado qu¨¦ hace un chico como t¨² vestido de concejal y ¨¦l mismo parece hacerse la pregunta varias veces al d¨ªa.
Hasta sus m¨¢s furibundos detractores le reconocen una brillante trayectoria profesional y una gran capacidad de trabajo. Y es entonces, invocada la labor y la responsabilidad de gestionar 6.000 millones del erario p¨²blico, cuando Pedro Arias se pone serio. Y asoman sus ojos de ni?o pobre que fue en la calle de la Torre, de estudiante becario, de militante comunista en la juventud. "Ya ves, siempre he querido ser un ¨¢crata y siempre me ha tocado ir de responsable por la vida".
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