Los galos s¨®lo deleitaron a rachas esta vez
ENVIADO ESPECIALQu¨¦ frustraci¨®n la del meta Zoran Simovic cuando, en el minuto 76, Michel Platini le coloc¨® el bal¨®n en la escuadra derecha. Se trataba de una de esas faltas t¨ªpicas, sobre el mismo arco del ¨¢rea. Simovic sab¨ªa que Platini iba a tratar de meter el bal¨®n por ese agujero. Pero se fue junto a su poste izquierdo, discretamente pegado a ¨¦l y sabiendo que iba a tener que volar al contrario. Platini, sin tomar carrerilla, coloc¨® el bal¨®n en la red. De nada le sirvi¨® a Simovic su palomita.
Fue un partido en el que Francia volvi¨® a deleitar, aunque esta vez s¨®lo a rachas. Durante la primera media hora intent¨® recrearse y fue arrogante. Yugoslavia, que deb¨ªa defender su honor, logr¨® un precioso tanto, obra de Sestic. Pero, tras el descanso, vino la venganza del gran Platini. Mientras dos m¨¦dicos y un equipo de urgencia de la Cruz Roja atend¨ªan, sobre el c¨¦sped y ante el banquillo, al doctor yugoslavo, Bojeda Milenovic, de 56 a?os, que acababa de sufrir un ataque al coraz¨®n, Platini daba la vuelta al partido en tres minutos. Cuando Milenovic era conducido a un hospital, tras el fracaso del boca a boca y la reanimaci¨®n en el campo, Platini consegu¨ªa su tercer gol.
Pudo haber habido m¨¢s, pero los nervios de los yugoslavos, por el mal de su galeno, les hicieron desperdiciar varias ocasiones. Y los franceses siguieron recre¨¢ndose en exceso. En fin, son los ¨²nicos que han ganado los tres partidos y se presentan en las semifinales como los grandes favoritos. Por si fuera poco, juegan lindo.
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