El Gobierno y los bancos, dispuestos a reducir los tipos de inter¨¦s
La Administraci¨®n y los bancos y cajas de ahorro consideran se empiezan a dar las condiciones para que el coste del dinero empiece a reducirse de forma clara. Es cuesti¨®n de tiempo -afirman- que ello se materialice. Lo que les diferencia en la actualidad es el momento y por d¨®nde se comienza. La Administraci¨®n sostiene que deben ser las operaciones de activo de los bancos y cajas de ahorro las que primero tienen que reducir sus costes. Los bancos piensan que la retribuci¨®n de los dep¨®sitos -empezando por la de los pagar¨¦s del Tesoro- debe ser el punto de partida.Los ¨²ltimos d¨ªas han sido pr¨®digos en declaraciones sobre la necesidad de alcanzar un pacto financiero, como lo defini¨® Jos¨¦ ?ngel S¨¢nchez Asia¨ªn, presidente del Banco de Bilbao ante la junta general de accionistas. El ministro de Econom¨ªa, Miguel Boyer lo ha reafirmado y Mariano Rubio, subgobernador del Banco de Espa?a, lo volvi¨® a se?alar en Santander hace unos d¨ªas.
Las razones que avalan la posibilidad de lograr una reducci¨®n sustancial en los tipos de inter¨¦s del dinero son varias. Por una parte, se estima que la inflaci¨®n est¨¢ empezando a ceder de forma clara, y que lo har¨¢ m¨¢s r¨¢pidamente en los pr¨®ximos meses. Ello implica que el coste del dinero debe flexionar a la baja para que el inter¨¦s real -diferencia entre los tipos nominales y la inflaci¨®n- permanezca igual. En segundo lugar, la situaci¨®n de la balanza de pagos muestra una mejora notable, que permitir¨ªa unos tipos de inter¨¦s m¨¢s bajos, aunque ello significara un crecimiento menor del nivel de reservas e incluso una relativa p¨¦rdida de divisas. El ¨²nico problema que a¨²n subsiste es saber si la Administraci¨®n ser¨¢ capaz o no de contener las tendencias crecientes del d¨¦ficit p¨²blico.
El Ministerio de Econom¨ªa y el Banco de Espa?a consideran que con estos datos los bancos y las cajas de ahorro tienen que empezar a modificar a la baja los tipos de inter¨¦s de sus operaciones de activo (cr¨¦ditos concedidos). De hecho -se?alan-, ya se est¨¢n produciendo dos situaciones que pronostican que los tipos bajar¨¢n. El importante auge de las exportaciones espa?olas durante los primeros meses del a?o ha generado un exceso de liquidez en las empresas espa?olas que se ha destinado a aumentar la autofinanciaci¨®n de las mismas -su tasa era muy baja- , lo que ha deprimido la demanda de cr¨¦dito del sector privado.
La liquidez del sistema financiero, que ha permitido una reducci¨®n en los tipos del mercado interbancarlo hasta situarlos en el 13%, favorece un mayor nivel inversor de la banca, extranjera -que toma sus recursos en este mercado para prestarlos- y una reducci¨®n en los tipos de inter¨¦s medios de estas operaciones. Como quiera que la tendencia del interbancario va a seguir siendo la actual, la banca espa?ola tendr¨¢ que empezar a ir modificando la estructura de sus pr¨¦stamos, haci¨¦ndolos girar m¨¢s sobre el interbancario, lo que acabar¨¢ influyendo tambi¨¦n en las operaciones con tipos de inter¨¦s fijos.
La banca, que no niega ninguno de estos hechos, considera que debe ser el Estado el que d¨¦ el primer paso. En funci¨®n de ello, el presidente del Banco de Bilbao solicit¨® la semana pasada la consecuci¨®n de un pacto financiero en el que el Estado definiera sus necesidades para los pr¨®ximos a?os y se estableciera un precio para financiar este d¨¦ficit. Rafael Termes, presidente de la AEB, reconoci¨® que se hab¨ªan mantenido algunas reuniones con el Banco de Espa?a y la Direcci¨®n General del Tesoro para alcanzar estos acuerdos.
En opini¨®n de la banca, el Tesoro, que necesita obtener importantes recursos financieros a trav¨¦s de los pagar¨¦s, debe reducir el precio al que est¨¦ dispuesto a tomar este dinero, inici¨¢ndose as¨ª una baja general de los precios de pasivo. En el fondo, esta posici¨®n defiende, adem¨¢s, una estabilidad en la estructura de distribuci¨®n del ahorro interno. Est¨¢ en juego hac¨ªa d¨®nde va el dinero de los ahorradores: si hacia el Estado o se mantiene en los bancos y cajas de ahorro. Los resultados, al final, deber¨ªan ser los mismos, aunque en el primer caso la Administraci¨®n tendr¨ªa mayor capacidad de decisi¨®n sobre el coste de la financiaci¨®n de su d¨¦ficit y en el segundo estar¨ªa un poco m¨¢s sujeta a las entidades privadas de cr¨¦dito.
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