Aton¨ªa entre la poblaci¨®n y amenazas militares ante las elecciones constituyentes en Guatemala

Las elecciones son en Guatemala un asunto de la televisi¨®n y los peri¨®dicos. De no ser por ellos, ser¨ªa imposible adivinar que los guatemaltecos mayores de 18 a?os est¨¢n convocados este domingo a las urnas para elegir una Asamblea constituyente de 88 diputados. No hay carteles que delaten la confrontaci¨®n electoral ni actos de masas que sirvan de term¨®metro para medir la presencia de los ciudadanos.

La aton¨ªa de la campa?a en nin g¨²n caso puede achacarse a la falta de competidores. Hasta 17 siglas se han inscrito en el registro de partidos para esta justa electoral. La mitad se incluyen en la ultraderecha y cinco se disputan los votos del centro. La izquierda, aun la m¨¢s moderada, que estar¨ªa representada por el partido socialdem¨®crata, est¨¢ ausente de estos comicios.La ¨²nica novedad formal que aportan las elecciones del domingo respecto a las que se han venido celebrando en este pa¨ªs durante los ¨²ltimos 30 a?os, desde que un golpe de Estado derrocara al presidente Jacobo Arbenz, es que por esta vez los militares optaron por no participar con candidaturas propias, aun que es obvio que el alto mando castrense sigue siendo la referencia obligada del poder.

El presidente, general ?scar Mej¨ªa V¨ªctores, no ha vacilado en record¨¢rselo a los partidos por dos veces durante la ¨²ltima semana. El pasado viernes compareci¨® formalmente ante las c¨¢maras de televisi¨®n respaldado por el Consejo de Comandantes que hac¨ªa as¨ª su primera apanci¨®n p¨²blica, para advertir a los partidos que la Asamblea Constituyente ha sido convocada s¨®lo para redactar una nueva Constituci¨®n, una ley electoral y una ley de h¨¢beas corpus. Entre sus poderes no est¨¢ el de elegir un presidente provisional.

Por si no estuviera clara la advertencia que viene reiterando desde enero (en aquella ocasi¨®n dijo que "si los pol¨ªticos quieren tener un dictador, lo van a tener"), el pasado lunes dijo que est¨¢ dispuesto a alinear a los diputados si ¨¦stos se salen del camino trazado. Rechaz¨® incluso la posibilidad de que la Asamblea le nombre presidente, argumentando que para qu¨¦ quiere el t¨ªtulo honor¨ªfico si ya tiene el poder real.

Despu¨¦s de este exabrupto, los partidos se han rasgado las vestiduras y se les ha llenado la boca de proclamaciones pomposas sobre la soberan¨ªa plena de los constituyentes, sin que nadie se haya atrevido, sin embargo, a proponer abiertamente la designaci¨®n de presidente.

El juego electoral se limita en televisi¨®n a tres partidos. El dominio de la ultraderecha corresponde al Movimiento de Liberaci¨®n Nacional (MLN), reforzado con la Central Aut¨¦ntica Nacionalista (CAN). La oligarqu¨ªa agroexportadora apoya esta opci¨®n, cuyo l¨ªder indiscutible es Mario Sandoval, proclamado el a?o pasado en Chile como el anticomunista de Am¨¦rica. Se adjudican a s¨ª mismos un 30% de los votos.

La Democracia Cristiana Guatemalteca (DCG), que dirige Vinicio Cerezo, trata de jugar un papel centrista similar al de sus correligionarios salvadore?os. Conf¨ªa en alcanzar un tercio de los votos. Hasta ahora, sus relativos ¨¦xitos electorales fueron barridos por el fraude.

Han surgido unas siglas nuevas, UCN (Uni¨®n de Centro Nacional), cuyo candidato es Jorge Carpio, con reminiscencias de la UCD espa?ola.