Promocion o penalizaci¨®n de las exportaciones
El mundo de la exportaci¨®n anda revuelto estos d¨ªas. El pasado 14 de junio el Congreso se ocupaba del tema de nuestro comercio exterior tras la solicitud de la Minor¨ªa Catalana y, por otra parte, 35.000 millones de pesetas del paquete aprobado por el Consejo de Ministros del pasado d¨ªa 20 para reducci¨®n del gasto p¨²blico van a proceder de un recorte del 15% en la desgravaci¨®n fiscal a la exportaci¨®n.El revuelo no pasa, es evidente, de peque?o, pues la marcha de nuestras exportaciones en los ¨²ltimos meses pone bien a las claras de manifiesto que la exportaci¨®n es una actividad boyante en la que muchas empresas han encontrado el camino -al amparo de un tipo de cambio favorable- para compensar la debilidad del mercado interior y para empezar a tomar contacto con unos mercados internacionales cada vez m¨¢s competitivos por el peso de las circunstancias inherentes a la crisis internacional.
Creo, empero, que las discusiones que se han producido en torno a las medidas de fomento y est¨ªmulo de las exportaciones y la marcha de nuestras ventas al exterior exigen hacerse una serie de planteamientos que hasta ahora han sido solamente analizados de forma superficial.
El tema crucial es, a mi entender, uno sobre el cual hasta ahora no se ha hecho el suficiente hincapi¨¦, y que es la distinci¨®n real de lo que son efectivamente ayudas a la exportaci¨®n y lo que son meros reflejos -cara al mundo exportador- de la existencia de un determinado sistema fiscal o crediticio.
El segundo tema, a partir de ¨¦ste, es el de saber cu¨¢l es el coste real de los apoyos recibidos por los exportadores o, si se prefiere, cu¨¢ntas pesetas le cuesta al contribuyente espa?ol cada d¨®lar que nuestra balanza comercial llega a contabilizar en t¨¦rminos de exportaciones.
Eficacia de los gastos
El tercero debe ser el de evaluar la eficacia de los gastos realizados en apoyo de la exportaci¨®n y la posibilidad de actuar m¨¢s o mejor en favor de la actividad de venta en el exterior sin incurrir en nuevos costes adicionales que, aumentando mucho el numerador de una hipot¨¦tica relaci¨®n coste / beneficio, creen m¨¢s problemas que otra cosa.
En cuanto a lo que son los costes de la promoci¨®n y fomento de las exportaciones, existe un considerable desconcierto. Est¨¢ muy claro que los 4.868 millones de pesetas del presupuesto del Instituto Nacional de Fomento a la Exportaci¨®n (INFE) son parte de este coste, pero no est¨¢ nada claro que los 300.000 millones de pesetas a que asciende el monto actual de la desgravaci¨®n fiscal a la exportaci¨®n deba conceptuarse as¨ª, pues el ajuste fiscal en frontera es reconocido en el mundo entero como el acto de restablecimiento de la justicia tributaria ante el desatino que ser¨ªa el cobro de impuestos indirectos sobre productos que no se consumen en el interior, sino que se van a consumir en el extranjero como consecuencia de la exportaci¨®n realizada. Lo m¨¢s que podr¨ªa hacerse aqu¨ª es ver si despu¨¦s de los sucesivos incrementos en los niveles del impuesto de tr¨¢fico de empresas quedan a¨²n sectores para los que la desgravaci¨®n fiscal es a¨²n superior a la imposici¨®n en cascada reca¨ªda durante el proceso de fabricaci¨®n y comercializaci¨®n interior.
Otro tanto podr¨ªa decirse respecto al cr¨¦dito a la exportaci¨®n en sus diversas modalidades, y en que s¨®lo una parte puede conceptuarse de prima a la exportaci¨®n dada por el Estado o tomada a la rentabilidad de la banca, que si no tuviera que prestar barato dentro de sus coeficientes obligatorios podr¨ªa obtener m¨¢s altas remuneraciones con otras operaciones activas.
Tambi¨¦n ser¨ªa bueno interrogarse aqu¨ª sobre qu¨¦ parte de los 14.000 millones de pesetas registrados como siniestralidad por la Compa?¨ªa Espa?ola de Seguro de Cr¨¦dito a la Exportaci¨®n deben darse por perdidos y qu¨¦ parte va a poder recuperarse luego por el Estado en los clubes de renegociaci¨®n de deuda en los que participa o en otras v¨ªas alternativas, y sobre la parte de los 22.000 millones de pesetas del Fondo de Ayuda al Desarrollo que deben conceptuarse como p¨¦rdida por las condiciones financieras excepcionales otorgadas a ciertos clientes de pa¨ªses subdesarrollados o qu¨¦ parte no.
Cabr¨ªa tambi¨¦n, llegados aqu¨ª, analizar la parte del presupuesto exterior de los ministerios de Asuntos Exteriores, Econom¨ªa Hacienda, Industria, Agricultura otros que puede atribuirse a funciones de promoci¨®n comercial exterior, pues es bien sabido que un buena parte del presupuesto de r presentaci¨®n espa?ola en el exterior poco tiene que ver con la promoci¨®n de nuestras exportaciones.
Comercializaci¨®n insuficiente
A partir de estas y otras precisiones an¨¢logas deber¨ªa verse lo que gasta el sector p¨²blico en promocionar nuestras ventas al exterior y sumar luego los presupuestos, m¨¢s modestos, que dedica ciertas organizaciones privadas incluso ciertas comunidades aut¨®nomas -como el caso de la Generalitat de Catalu?a- a la acci¨®n comercial externa.
Me da la sensaci¨®n de que en total no se gasta tanto como a veces se pretende para unas exportaciones totales espa?olas que se sit¨²a en torno a los tres billones de pesetas, y que, por descontado, son muchos los pa¨ªses del ¨¢rea de Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE) que gastan mucho m que nosotros no s¨®lo en t¨¦rminos absolutos, sino tambi¨¦n en t¨¦rminos relativos.
Es por ello que me parece que las discusiones actuales sobre alto o bajo de los costes de promoci¨®n de exportaciones se me antojan m¨¢s demag¨®gicas y visceral que basadas en hechos concretos.
Es seguro que en este pa¨ªs pueden mejorar los mecanismos de asignaci¨®n de recursos p¨²blicos, y es seguro tambi¨¦n que organismos de promoci¨®n de exportaciones podr¨ªan funcionar mejor de lo que funcionan, pero n parece que de ah¨ª a decir que nuestros costes de promoci¨®n de exportaciones justifican reducir las ayudas canalizadas a la exportaci¨®n dentro de los planes nacion les para reducir el d¨¦ficit p¨²blico media un aut¨¦ntico abismo.
Creo, para acabar, sin embargo que todos ¨¦stos son temas a la que no se han dedicado hasta ahora todos los estudios que en otros pa¨ªses s¨ª se han hecho, y ser¨ªa hora de que nos empez¨¢ramos a plantear en serio el coste / beneficio nuestros apoyos a la exportaci¨®n.
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