Elogio a la ¨®pera

A prop¨®sito del art¨ªculo sobre Montserrat Caball¨¦ firmado por Francisco Umbral en la edici¨®n del pasado s¨¢bado 23 de junio, me veo obligado a escribirle estas l¨ªneas en nombre de tantos profesionales que dedican su vida a la ¨®pera. No los creo a todos ellos, ni a m¨ª mismo, tan desorientados y est¨²pidos como para dedicar sus esfuerzos a algo que en la pluma de Umbral es un "monstruoso anacronismo", un "aleg¨®rico estorbo", un "g¨¦nero dromedario y mamut que se ha quedado f¨®sil". En primer lugar me parece c¨ªnico que alguien reconozca, como hace Umbral, ser un "antitaurino de la ¨®pera" para luego arremeter contra ella cuando a las claras est¨¢ que ni conoce el g¨¦nero ni le gusta. En segundo lugar, y esto es lo m¨¢s triste para m¨ª, me temo que Umbral juzga la ¨®pera a tenor de la que se hace en este pa¨ªs. Antes de generalizar de ese modo, Umbral deber¨¢ ponerse al d¨ªa e informarse de hasta qu¨¦ punto la ¨®pera puede ser un g¨¦nero de vanguardia tal y como lo es en Alemania y otros pa¨ªses. Un g¨¦nero que ha interesado a Strehler, Chereau, Lubinijov, Rusell, Neuenfels, Bergman, Losey, Polanski y a un largo etc¨¦tera de hombres de cine y de teatro no puede ser un g¨¦nero en decadencia o fosilizado. Pero si Umbral cree que ¨®pera es lo que se ve en Espa?a, queda totalmente disculpado. Las opiniones de Umbral en un pa¨ªs culto, musicalmente hablando, caer¨ªan en saco roto, pero en mi pa¨ªs son peligrosas y de ello debe hacerse responsable quien coja la pluma para opinar alegremente.No considere estas letras como la t¨ªpica justificaci¨®n del profesional que se cree obligado a defender

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