El riesgo y la muerte
El sistema de puntuaci¨®n de los jueces, que se basa estrictamente en la perfecci¨®n t¨¦cnica del salto, se multiplica por el coeficiente de dificultad de la secuencia efectuada. Hasta 1982 el m¨¢ximo permitido era de 3,3 puntos, que pr¨¢cticamente abarcaba todas las combinaciones de movimientos posibles. En esta fecha se ampli¨® este l¨ªmite hasta 3,5. Se trataba de un claro desafio para el campe¨®n. ?Podr¨ªa Louganis adaptarse a los nuevos tiempos?.El verano pasado, en la Universiada, el saltador sovi¨¦tico Sergei Shalibashvili, vi¨¦ndose superado por Louganis en la clasificaci¨®n, intent¨® realizar un salto con grado de dificultad 3,4, precisamente uno de los desarrollados por el norteamericano. El saltador, de frente a la piscina, debe realizar un triple salto mortal hacia atr¨¢s. Al pie de la plataforma, esperando su turno, Greg Louganis pudo oir y notar c¨®mo temblaba la estructura de la torre cuando la base del cr¨¢neo del saltador sovi¨¦tico golpe¨® el borde de la plataforma. Tras dos giros en el aire, no se hab¨ªa separado lo suficiente. Media hora despu¨¦s de que el infortunado Shalibaslivil¨ª fuera sacado de la piscina enrojecida por la sangre con el cr¨¢neo fracturado, Louganis subi¨® los 10 metros y efectu¨® el mismo salto que unos d¨ªas despu¨¦s ser¨ªa la causa de la muerte del sovi¨¦tico, que nunca recobr¨® el conocimiento.
El accidente provoc¨® todo tipo de comentarios. Desde la petici¨®n de que se prohibieran los nuevos saltos hasta cargarle al saltador norteamericano con la culpa de lo sucedido. ?ste no pudo evitar em un principio el sentirse en parte responsable del accidente. "Ten¨ªa que hacerlo", dijo, "porque era la ¨²nica manera de seguir saltando".
La macabra presencia de la muerte en un deporte tan bello, en el que los atletas que lo practican parecen volar sin esfuerzo, desat¨® una serie de morbosas cr¨ªticas sobre el peligro de esta especialidad. Louganis, que por dos veces ha sufrido accidentes graves, se neg¨® a contestar las preguntas sobre si no sent¨ªa miedo al subirse a la plataforma, admitiendo tan s¨®lo que "ten¨ªa un gran respeto por esta especialidad" y que esperaba que el accidente "no alejara a otros de este maravilloso deporte".
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