El reto del nuevo r¨¦gimen local
El proyecto de ley que regular¨¢ las bases del r¨¦gimen local es de importancia decisiva para el futuro de la democracia espa?ola. De ¨¦l depende que la complejidad de la Administraci¨®n local espa?ola- con comunidades aut¨®nomas, provincias y municipios, y tambi¨¦n con comarcas y ¨¢reas metropolitanas- se equilibre en un sistema abierto, democr¨¢tico y representativo, en el que el dif¨ªcil equilibrio deber¨¢ ser resuelto mediante la participaci¨®n de todos.Entre los m¨¦ritos que hay que atribuir a la Constituci¨®n destaca el que haya contribuido a modificar la ¨®ptica pol¨ªtica de los espa?oles, habituados durante mucho tiempo a polarizar su atenci¨®n en torno al Gobierno de la naci¨®n y la Administraci¨®n del Estado. Hoy, el ciudadano empieza a mirar menos a Madrid como encarnaci¨®n del centralismo pol¨ªtico y administrativo, y a pensar m¨¢s en las comunidades aut¨®nomas y, sobre todo, en las entidades locales.
A la finalidad de potenciar al m¨¢ximo las entidades locales ha de responder el proyecto de ley reguladora de las bases del r¨¦gimen local, que ahora se discute y tramita en el Parlamento. Su importancia es tan notoria, que de su buena culminaci¨®n depender¨¢ el que en este pa¨ªs contemos con unas estructuras locales plenamente democr¨¢ticas, abiertas a las inquietudes ciudadanas y cerradas a toda maniobra caciquil, representativas de todos los sectores sociales y preparadas para satisfacer las demandas de cada localidad.
Conseguir un equilibrio
A mi juicio, entre los muchos problemas que hoy acosan al r¨¦gimen local espa?ol destaca el de conseguir, dentro del gran esquema del Estado de las autonom¨ªas, un adecuado equilibrio din¨¢mico entre los diferentes niveles territoriales: Estado, comunidades aut¨®nomas, provincia y municipio, y a los que podr¨¢n a?adirse otros, como son, por ejemplo, las comarcas y ¨¢reas metropolitanas.
En este punto radica la m¨¢xima dificultad de la ley en preparaci¨®n, que habr¨¢ de conjugar todas las instancias que confluyen sobre el ¨¢mbito municipal y que, de alguna manera, pugnan por las competencias a desarrollar y los servicios a realizar.
El r¨¦gimen local es tan complejo que, inexorablemente, ofrece ¨¢reas en las que se acent¨²a la conflictividad entre diversas opciones, y en las que sube la tensi¨®n doctrinal a la hora de redactar f¨®rmulas para encauzar las cuestiones m¨¢s importantes.
Hay que empezar refiri¨¦ndose a la configuraci¨®n organizativa del municipio, que el PSOE monta sobre el triple esquema alcalde comisi¨®n de gobierno-pleno, de manera tal que se prima la agilidad municipal a costa de sacrificar la idea de la representaci¨®n. No todos, por supuesto, estar¨¢n de acuerdo con esta regulaci¨®n de los ¨®rganos municipales, y contra ella van a dispararse los argumentos m¨¢s contundentes de la oposici¨®n.
La provincia y su inserci¨®n, no meramente nominal, sino efectiva, en el cuadro global del Estado es otro aspecto que el legislador tiene que regular, desde condicionamientos innegables, como son, de un lado, el respeto a la autonom¨ªa provincial, garantizada en la Constituci¨®n, y de otro, la capacidad competencial reconocida a las comunidades aut¨®nomas en sus respectivos estatutos. Y conexionado con lo anterior, resulta de evidente complejidad y densidad pol¨ªticas la creaci¨®n de las comarcas, que no siempre son un pelda?o deseable dentro del entramado ya muy sobrecargado de instancias territoriales, que pueden chocar con los intereses de la provincia como tal.
Desde otro ¨¢ngulo, lo que el proyecto denomina relaciones interadministrativas contiene una riqueza de planteamientos y propuestas normativas que con toda seguridad, pese al buen sentido con que han tratado de moverse los art¨ªfices del texto, encender¨¢ la disputa de alto rango o simplemente dom¨¦stica y popular. Los instrumentos y t¨¦cnicas de coordinaci¨®n del Estado y las comunidades aut¨®nomas sobre los entes locales, el aut¨¦ntico alcance del principio citado de coordinaci¨®n, la prevista disoluci¨®n de ayuntamientos y diputaciones, el r¨¦gimen de impugnaci¨®n de actos y acuerdos de las corporaciones locales, son otras tantas cuestiones sobre las que cabe defender una gama interminable de tesis y concepciones.
Los funcionarios
Finalmente, en el ¨¢rea de la burocracia local nadie se atreve a cuestionar la pretensi¨®n del legislador de homologar a los funcionarios locales con los del Estado a efectos de derechos y deberes, retribuciones, seguridad social, etc¨¦tera, porque estamos ante una demanda inexcusable y largo tiempo reclamada. Por el contrario, la discusi¨®n se generar¨¢ a la hora de valorar la soluci¨®n dada al delicado contencioso de nuestros cuerpos nacionales de Administraci¨®n local, cuya trayectoria es bastante m¨¢s brillante que la que ahora hay empe?o en recordar para justificar de alguna forma los cambios a introducir. La figura de recambio que son "los funcionarios con habilitaci¨®n de car¨¢cter nacional" es una innovaci¨®n, cuyos resultados no todos aciertan a estimar como beneficiosos para el futuro de la Administraci¨®n local.
Este pa¨ªs cuenta con m¨¢s de 8.000 entes locales. Tradicionalmente, la Administraci¨®n local espa?ola ha tenido poco peso espec¨ªfico dentro de la colosal maquinaria del Estado, a diferencia de lo que sucede en otros pa¨ªses donde la vida municipal y provincial es un factor esencial de progreso social, pluralismo pol¨ªtico y desarrollo econ¨®mico. La nuestra, m¨¢s bien, ha vivido sometida al supercentralismo, oprimida por los grandes bur¨®cratas madrile?os, maltratada por los caciques e indefensa ante los abusos y presiones de las clases dominantes.
Pese a que el Ministerio de Administraci¨®n Territorial ha elaborado un texto legal que hay que calificar en general de aceptable factura desde el punto de vista t¨¦cnico-jur¨ªdico, la realidad es que determinadas formulaciones sobre los temas enunciados en este trabajo no van a ser asumidas por las fuerzas pol¨ªticas situadas en el bando de la oposici¨®n. Si el di¨¢logo no se hace posible y se obturan las v¨ªas de la negociaci¨®n por la intransigencia de unos y de otros, el final ser¨¢ descorazonador y terriblemente negativo para la sociedad espa?ola.
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