La saga de los Amat: 20 a?os, cuatro hermanos, seis juegos ol¨ªmpicos y dos medallas

Pere Amat recogi¨®, a los 20 a?os de edad, la primera medalla ol¨ªmpica, del hockey espa?ol en Roma; era de bronce y se logr¨® al batir a Gran Breta?a en el partido para el tercer puesto. Joan Amat, con 34 a?os, recogi¨® la ¨²ltima medalla; era de plata y se logr¨® en Mosc¨² al perder en la final contra la India. Veinte a?os en los que siempre hubo al menos uno de los cuatro hermanos en unos Juegos Ol¨ªmpicos. Pere, el mayor, estuvo en Roma, Tokio y M¨¦xico; Jaume, en Roma, Tokio -y Munich-, Paco, en Tokio, M¨¦xico y Munich; y Joan, en M¨¦xico, Munich, Montreal y Mosc¨², donde la saga termin¨®, por el momento. Cuatro de los hijos de los hermanos Amat ya juegan en equipos infantiles y alguno, como Santi Amat -14 a?os-, puede ser una nueva figura del hockey.

Una jugada perfecta entre los hermanos Amat ser¨ªa esta: Joan, el l¨ªbero, saca desde el borde del ¨¢rea; Jaume, el centrocampista, recoge la bola, levanta la cabeza y lanza un potente disparo hacia la banda izquierda; Pere, el extremo izquierdo, para la bola, sale disparado hacia la porter¨ªa rival y centra sin apenas echar un vistazo a sus compa?eros; Paco Amat, el delantero centro, siempre en el sitio ideal, recoge el pase de su hermano, regatea a varios contrarios y dispara para marcar. Durante a?os, los hermanos Amat repitieron una y otra vez esta misma jugada tanto en el Egara de Terrassa, su equipo, como en la selecci¨®n espa?ola.Jugar juntos cuatro hermanos es una enorme ventaja. Ning¨²n entrenador es capaz de hablar de "falta de compenetraci¨®n". La saga de los Amat comenz¨®, sin embargo, de una forma modesta. Eran cuatro chicos con un jard¨ªn peque?o, pero suficiente para estar siempre jugando con el stick. Organizaban gimkamas en las que hab¨ªa que recorrer, con la bola pegada al stick, un complicado recorrido formado por botellas, sillas, mesas o cualquier cosa. Jugaban partidos -dos contra dos- en un jard¨ªn en el que ten¨ªan que driblar a varios y peligrosos ¨¢rboles y diversas plantas que no pod¨ªan ser ultrajadas porque "mam¨¢ se enfadar¨ªa". Apostaban para saber qui¨¦n era capaz de introducir antes la bola en un min¨²sculo agujero. Luego, un d¨ªa a la semana, jugaban un partido. "Lleg¨¢bamos al campo y lo ve¨ªamos todo tan grande, tan liso, que para nosotros era facil¨ªsimo regatear a los contrarios", explica Paco Amat. "Despu¨¦s de jugar horas y horas para meter una bola en un min¨²sculo agujero, la porter¨ªa nos parecia enorme".

J¨®venes seleccionados

Con esa facilidad, no fue extra?o que desde muy j¨®venes llegaran a la selecci¨®n. Pere y Jaume viajaron a Roma con apenas 20 y 19 a?os, respectivamente. Paco, con 17, se

qued¨® entre los cuatro descartados de ¨²ltima hora. Pere jug¨® los tres ¨²ltimos partidos, por lesi¨®n de Luis Mar¨ªa Usoz, y Jaume no lleg¨® a debutar. "La medalla de bronce fue algo muy importante", explica Pere Amat. "Nadie pensaba en ese ¨¦xito, fue inesperado". Joan Amat, con 14 a?os, se qued¨® en casa: "Recuerdo que celebramos la medalla, pero quiz¨¢s no lo suficiente. S¨®lo cuando est¨¢s en unos juegos sabes lo duro y dif¨ªcil que es conseguirla".

El bronce de Roma trajo consecuencias. En Tokio, con Pere, Jaume y Paco en el equipo, se logr¨® el cuarto puesto: "Perdimos en la pr¨®rroga", explica Pere, "pero ya nos estaban esperando. No eramos la sorpresa. Creo que el hockey sobre hierba fue el primer deporte en Espa?a que tuvo responsabilidad ol¨ªmpica, antes que el baloncesto o el balonmano, que entonces estaban en pa?ales".

A M¨¦xico fueron Pere, Paco y Joan. Los dos ¨²ltimos repitieron en Munich, junto a Jaume, y Joan se qued¨® s¨®lo en Montreal y Mosc¨². "Ir a los Juegos Ol¨ªmpicos era lo m¨¢s importante para nosotros", dice Joan. "Ahora hay incluso jugadores a los que no les apetece ir a una competici¨®n tan grande. Creo que los j¨®venes tienen menos ilusi¨®n".

Paco, retirado hace tres a?os, cree que el fen¨®meno Amat es dif¨ªcilmente repetible. "Empezamos muy j¨®venes y, al multiplicarnos por cuarto, nuestro apellido se hizo m¨¢s famoso que ningun otro en el hockey sobre hierba. Esa fue nuestra ventaja

Todos coinciden en que en el deporte espa?ol se est¨¢n perdiendo las ra¨ªces. "Ahora todos los entrenadores insisten en

la forma f¨ªsica", dice Paco, "y olvidan la importancia de la t¨¦cnica". "A m¨ª dame 1,00 jugadores que dominan un stick y ya me encargar¨¦ yo de formarlos f¨ªsicamente despu¨¦s. Los indios aprenden a regatear haciendo esgrima para esquivar al contrario", opina Pere. "Ahora hay poco tiempoIpara jugar. Los ni?os no tienen jardines y en casa no pueden jugar porque rompen cosas. Van a entrenarse una vez a la semana y se pasan una hora corriendo y s¨®lo utilizan otra para tocar el palo", dice Joan.

A la hora de opinar sobre su calidad respectiva, Pere, el mayor, es el m¨¢s rotundo. "Paco era el mejor. Jugaba un hockey espectacular. Algunos ¨¢rbitros dejaban seguir una jugada, aunque hubiese una falta, para verla terminar".