En defensa de los embajadores

Los embajadores frustrados y los que aspiran a serlo lo antes posible en Mosc¨², Santa Sede, Washington y Naciones Unidas, que sin duda est¨¢n incrustados en la direcci¨®n de ese peri¨®dico, apuntan sus andanadas, una vez m¨¢s, en su editorial del pasado d¨ªa 9, contra el Ministerio de Asuntos Exteriores, el ministro y cuatro destacados embajadores titulares de importantes representaciones. Aunque la categor¨ªa profesional de ¨¦stos y su largo historial les sit¨²a muy por encima de cualquier pu?alada trapera que se les quiera asestar, es evidente el resentimiento inspirador de esa maniobra.Incluso a uno de ellos se le reprocha haber participado en una reciente huelga de funcionarios. Esto es totalmente falso, y lo ¨²nico que hizo el mismo fue solidarizarse con otros muchos, pero sin que en modo alguno eso afectase al desempe?o de sus funciones, con la protesta contra la futura ley de Medidas de Reforma de la Administraci¨®n P¨²blica.

La realidad de que ¨¦sta sea absolutamente negativa, tanto t¨¦cnica como administrativamente, no lo duda nadie. Probablemente ni siquiera el ministro de la Presidencia, y s¨®lo algunos ac¨¦rrimos partidarios de la dedocracia, que consagra la ley, como deben ser el que califican ustedes de "jacobino radical" y sus m¨¢s directos colaboradores, se han impuesto para que prosperase ese desaguisado administrativo.- Presidente de la Asociaci¨®n Profesional de Funcionarios de la Carrera Diplom¨¢tica.