Santiago Esteva: "En Montreal vivimos rodeados de seguridad"
Fueron 12 a?os maravillosos para ¨¦l. Duros, sacrificados, muchas veces incluso decepcionantes, pero vividos con gran intensidad. No se arrepiente de nada. Ahora trabaja en una entidad bancaria. Es amable, atento, simp¨¢tico; te habla con mimo, te cuenta sus recuerdos con cari?o, como queriendo revivirlos a medida que los relata. Fue uno de los mejores del mundo. Y est¨¢ satisfecho de ello. Como lo estar¨ªa usted. Como cualquier otro deportista de elite. Santiago Esteva, quinto en los 200 metros espalda y finalista en los 4X100 estilo en M¨¦xico-68, invitado especial en Munich-72 y semifinalista en los 100 espalda en Montreal-76, odia el boicoteo.
"Puede que est¨¦ equivocado, pero como deportista, como t¨¦cnico, como seguidor incansable de la nataci¨®n mundial, puedo asegurar que Estados Unidos ya no es lo que era a nivel natatorio. Puede que ahora est¨¦ pagando el boicoteo a Mosc¨²-80. No haber ido a aquellos Juegos puede costarle m¨¢s de un disgusto. Est¨¢n padeciendo una fuerte resaca". Pero no s¨®lo odia el boicoteo por eso. Lo odia "porque provoca la frustraci¨®n en unos deportistas que llevan m¨¢s de cinco a?os sacrific¨¢ndose d¨ªa tras d¨ªa; fijate bien, d¨ªa tras d¨ªa, no cada dos o tres meses, sino a diario, mat¨¢ndose a hacer kil¨®metros y kil¨®metros en la piscina para defender a su pa¨ªs en la competici¨®n m¨¢s importante de su vida. Para que luego llegue alguien y le deje fuera aludiendo motivos pol¨ªticos. El deportista se siente impotente, y aunque le ofrezcan otro tipo de compensaciones, adivina que es el ser m¨¢s impotente del mundo. Es evidente que no pueden hacer nada. Deben quedarse en casa y esperar otro momento. Algunos ni siquiera tendr¨¢n esa segunda oportunidad".Lo ha dicho todo de un tir¨®n porque le ha salido del alma. Est¨¢ convencido de que los Juegos de Los ?ngeles ser¨¢n un rotundo ¨¦xito. "El nivel ser¨¢ muy bueno. La organizaci¨®n no puede fallar, porque, despu¨¦s de vivir cinco a?os en Estados Unidos, s¨¦ que esos tipos son capaces de cualquier cosa".
Esteva estuvo en M¨¦xico, junto a Mari Paz Corominas, y triunf¨®. "Tengo un gran recuerdo de aquellos Juegos". Viaj¨® a Munich como invitado, "porque sufr¨ª una lesi¨®n muy seria, que me tuvo apartado de la piscina durante 18 meses, y viaj¨¦ con mis compa?eros. Disfrut¨¦ mucho". Y luego vivi¨® Montreal-76, donde una lesi¨®n a dos semanas del inicio de la competici¨®n le dej¨® casi sin fuerzas.
Dos semanas encerrados
Pero ¨¦l cree que despu¨¦s de Munich nada volvi¨® a ser igual. No lo dice, pero en Montreal se sinti¨® preso. "Estuvimos dos semanas encerrados. Fue llegar, nadar y partir. No pudimos disfrutar de los Juegos. Yo s¨¦ que a los Juegos se va a hacer grandes marcas. De acuerdo, lo admito. Era y es nuestro primer objetivo. Pero tambi¨¦n vas a vivir una nueva experiencia que, precisamente, te llega en la mejor ¨¦poca de tu vida, en tu juventud. Pues bien, en Montreal todo era muy grande. La villa ol¨ªmpica, las medidas de seguridad, las distancias, todo era grande, muy grande".
Lo recuerda con dolor porque "hubo momento en los que pensabas que lo mejor era irte de all¨ª. Todos sabemos que la nataci¨®n exige una vida monacal, pero los entrenamientos pueden compatibilizarse con la amistad, con el di¨¢logo. Siempre es hermoso conocer gente nueva, hacer amigos, comentar con otros deportistas tus inquietudes, incluso tus sistemas de entrenamiento. Nada de todo eso pudo hacerse en Montreal. All¨ª todo era cerrado. Viv¨ªamos rodeados de seguridad".'
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