Los 15 minutos de Vladimir Salnikov
E. B., En la capital sovi¨¦tica, la URSS se llev¨® 194. medallas (80 de ellas de oro); la RDA obtuvo 127 (47 de oro), y en tercer lugar, a distancia abismal, qued¨® Bulgaria, con 41 medallas (ocho de oro). Pero la actuaci¨®n de los sovi¨¦ticos no ser¨¢ recordada por la acaparaci¨®n de galardones, sino por la proeza del primer hombre que nad¨® los 1.500 metros en menos de 15 minutos: VIadimir Sa1nikov. Los dem¨¢s nadadores no pudieron seguirle. Quiz¨¢ estaban entristecidos porque se hab¨ªan quedado sin la que iba a ser bebida oficial de los Juegos Ol¨ªmpicos: la coca-cola. Carter no tuvo piedad tampoco con los deportistas no norteamericanos y amablemente pidi¨® a las empresas concesionarias de Estados Unidos que no vendieran sus productos en la Uni¨®n Sovi¨¦tica. El resultado fue que los participantes se quedaron, adem¨¢s, sin chicles y pantalones Levi Strauss.
Tres veces campe¨®n ol¨ªmpico en Mosc¨², Salnikov naci¨® el 21 de enero de 1960 en Leningrado. Hoy sigue siendo el mejor nadador del mundo en las largas distancias, imbatido desde los Campeonato! de Europa de 1977, celebrados en Jongkoeping. En la capital sovi¨¦tica baj¨®, por primera vez, de los 15 minutos en 1.500 metros, bati¨® as¨ª el r¨¦cord mundial que el norteamericano Brian Goodell hab¨ªa establecido en los Juegos Ol¨ªmpicos de Montreal, con 15,02.40.
Desde entonces ha roto la barrera del cuarto de hora cinco veces m¨¢s, por ninguna de sus contendientes. Su progresi¨®n ha sido realmente fabulosa. Su mejor marca la consigui¨® el 19 de diciembre de 1982, en la ciudad sueca de Gotemburgo. En aquella ocasi¨®n, aunque fuera en piscina de 25 metros, nad¨® su distancia favorita en 14.37.60; es decir, que mientras los dem¨¢s a¨²n se debat¨ªan en el largo final, ¨¦l ya se hab¨ªa metido entre el p¨²blico para ver qui¨¦n llegaba segundo.
Acelerar al final
Salnikov era uno de los que aspiraban a ganar medalla en la prueba de 1.500 metros. Dos d¨ªas antes de aquel 22 de julio de 1980, Sa1nikov hab¨ªa vencido en los 400 metros, con r¨¦cord ol¨ªmpico, pero, a pesar de todo, no se le daba como seguro campe¨®n en la siguiente carrera. Adversarios peligros¨ªsimos iban a ser el tambi¨¦n sovi¨¦tico Krilov, el yugoslavo Petric y el australiano Metzker. Ninguno represent¨® pr¨¢cticamente nada para Salnikov. ?l compet¨ªa solo.
En la piscina moscotiva donde se produjo por vez primera el milagro, con su nadar rectil¨ªneo e incansable y su famosa respiraci¨®n bilateral, cada tres brazadas, se destac¨® pronto de sus rivales, y el ¨²nico que le aguant¨® 700 metros fue el espa?ol Rafael Escalas, que pagar¨ªa cara su osad¨ªa al final, al ser superado por otros cuatro nadadores. Su t¨¢ctica era completamente opuesta a la de los dem¨¢s: ¨¦l no nadaba de modo regular los primeros 800 metros, para intentar llegar luego en un buen tiempo, rebajando un poco el ritmo. Salnikov nad¨® de un modo regular los 800 metros, s¨ª, pero lanz¨® luego un sprint que le hizo nadar m¨¢s r¨¢pido la segunda parte de la carrera.
Este sistema fue el que le inculc¨® su primer entrenador, Gleb Petrov, quien le cogi¨® a su cargo cuando VIadimir contaba s¨®lo nueve a?os. El estilo fue recogido y continuado por Igor Koshkin, su segundo y actual preparador. "Tuve controlada la carrera de principio a fin", afirm¨® Salnikov tras ganar la prueba. "Yo he de ser superior para que me sigan, y como soy superior no le doy ventaja a nadie. La t¨¢ctica no tiene ciencia, consiste en luchar a tope dosificando el esfuerzo".
Entrenador al agua
Sobre el agua, el sovi¨¦tico fue un aut¨¦ntico, metr¨®nomo. Hizo exactamente 59.80 segundos en cada fracci¨®n de 100 metros, hasta los 800, para comenzar a rebajar cada vez m¨¢s el tiempo y registrar 14.58.17. Koshkin, dando saltos de ale a al borde de la piscina, no lo dud¨® un momento: con chaqueta, camisa, pantalones, corbata y zapatos se lanz¨® al agua para abrazar a VIadimir y depositarle en la mejilla un folkl¨®rico beso a la sovi¨¦tica.
Para redondear su actuaci¨®n, un d¨ªa m¨¢s tarde Salnikov nad¨® el segundo relevo de los cuatro con que la URSS gan¨® la medalla de oro de los 4X200 metros libres. En total, VIadimir se llev¨® tres medallas de oro, lo que hizo que alguien le comparara con Mark Spitz, quien obtuvo siete del mismo metal en los Juegos Ol¨ªmpicos de Munich. "?Mark Spitz? Es, junto con Don Schollander, mi mayor maestro e ¨ªdolo. Pero hay una peque?a diferencia: mis tres medallas no representan nila mitad que sus siete".
Pesa 71 kilos y mide 1,84 metros, y su perfecta anatom¨ªa le permite a¨²n hoy, a los 24 a?os, continuar entrenando todos los d¨ªas seis o siete horas. Le encanta deslizarse en la vieja piscina del Cangrejo, el club que vio c¨®mo daba sus primeras brazadas mientras escucha m¨²sica cl¨¢sica o rock. Cuando compite acostumbra a leer entre prueba y prueba. Para completar su entusiasmo natatorio, Salnikov, que antes de conocer a Petrov ten¨ªa p¨¢nico al agua, se cas¨® en 1982 con una mujer cuyo nombre s¨®lo pod¨ªa ser uno: Marina.
El matrimonio no le rest¨® dedicaci¨®n, porque meses m¨¢s tarde, en Guayaquil, se llev¨® para Leningrado los t¨ªtulos mundiales de las que, evidentemente, son sus pruebas privadas: 400 y 1.500 metros. En 1983 fue campe¨®n de las dos distancias en la Universiada de Edinonton y en el Europeo de Roma.
Cos y Ovett
Tres veces, dos de ellas en Mosc¨², se han enfrentado en su vida Sebastian Coe y Steve Ovett, una pareja brit¨¢nica que se alterna la posesi¨®n de los r¨¦cords mundiales de la milla, 800 y 1.500 metros desde antes de los Juegos Ol¨ªmpicos de 1980. Por esta raz¨®n, su rivalidad, al principio la normal entre dos deportistas que luchan por vencer, se ha convertido en una encarnizada disputa personal. Cada uno parece tener miedo a enfrentarse con el otro en la misma prueba, e incluso llegar¨ªan a evitar mirarse si se encuentran por la calle.
Coe es m¨¢s joven y m¨¢s bajo que Ovett. Tiene menos triunfos que Steve, pero ostenta m¨¢s r¨¦cords. Antes de los Juegos Ol¨ªmpicos de Mosc¨², Steve estaba dispuesto a que Sebastian siguiera teniendo menos victorias que ¨¦l, y adem¨¢s a que perdiera tambi¨¦n sus marcas. Ovett es el antip¨¢tico, y acusa a la Prensa de su pa¨ªs de apoyar m¨¢s a Coe, llevada quiz¨¢ de un sentimiento paternal hacia la mala, suerte del simp¨¢tico, que es rara la vez que no enferma cuando se acerca un campeonato importante.
En Mosc¨², Ovett gan¨® la primera baza al imponerse en 800 metros, prueba en la que Coe ten¨ªa el r¨¦cord mundial. Coe se tom¨® la revancha y venci¨® a Ovett en 1.500 metros, donde era Steve el plusmarquista mundial. Aquellas dos carreras har¨¢n historia en el olimpismo porque ser¨¢ dif¨ªcil que vuelve a repetirse la pasi¨®n que hubo en ellas.
El azar hizo que no se enfrentar¨¢n en las pruebas clasificatorias, sino en las dos finales. En 800 metros, tras un codo a codo impresionante a lo largo de toda la prueba, una mirada fulminante e indignada de Ovett en la ¨²ltima curva antes de entrar en la recta final hizo que Coe se empeque?eciera y llegara segundo. Pero en 1.500 metros, Sebastian no cay¨® de nuevo en la trampa de Steve: comenz¨® a tirar del pelot¨®n desde el principio y s¨®lo dirig¨ªa su vista al frente. No pudo ver as¨ª c¨®mo su compatriota tambi¨¦n era superado por el alem¨¢n Straub.
La vida por un 'tocado'
La ficci¨®n de duelo que representa una competici¨®n de esgrima se convirti¨® en realidad el 26 de julio de 1980 en una de las villas ol¨ªmpicas de Mosc¨². El sovi¨¦tico VIadimir Lapitski y el polaco Adam Robak disputaban un encuentro de florete. La pelea transcurr¨ªa con mucha igualdad entre los contendientes, y ambos eran favoritos para alzarse con el triunfo final en la especialidad.
Pero en uno de los lances Robak lanz¨® su arma contra la cabeza de su adversario. El florete se enganch¨® en la careta de protecci¨®n de Lapitski y se parti¨®. En una d¨¦cima de segundo, el sovi¨¦tico intent¨® evitar la colisi¨®n con el cuerpo de su contrario y dio un brusco giro hacia la derecha, dejando el costado de frente al polaco. Robak, al no encontrar oposici¨®n por haberse apartado VIadimir, cay¨® con la hoja rota del florete hacia adelante. El. arma penetr¨® a la altura del om¨®plato de Lapitski y destroz¨® todo lo que encontr¨® por delante, hasta salir por el pecho del sovi¨¦tico, cerca del coraz¨®n.
Ba?ado en sangre, las asistencias m¨¦dicas recogieron a Lapitski y le trasladaron, en una vertiginosa carrera en ambulancia, hasta un hospital de Mosc¨², donde, tras cinco horas de operaci¨®n a vida o muerte, consiguieron salvar al herido. Mientras tanto, Robak qued¨® arrodillado sobre la pista, desolado por lo acontecido. El polaco se retir¨® a los vestuarios y reapareci¨® al d¨ªa siguiente, donde fue barrido por su siguiente adversario.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Vladimir Salnikov
- Nadadores
- Jimmy Carter
- Guerra fr¨ªa
- Sebasti¨¢n Coe
- Juegos Ol¨ªmpicos 1984
- Steve Ovett
- Declaraciones prensa
- URSS
- Esgrima
- R¨¦cord deportivo
- Nataci¨®n
- Afganist¨¢n
- Bloques pol¨ªticos
- Acci¨®n militar
- Estados Unidos
- Deportes combate
- Juegos Ol¨ªmpicos
- Bloques internacionales
- Atletismo
- Deportes acu¨¢ticos
- Deportistas
- Pol¨ªtica exterior
- Partidos pol¨ªticos
- Oriente pr¨®ximo