40 a?os de 'socialismo real' en Polonia
Una sucesi¨®n de revueltas populares contra el r¨¦gimen separan cada d¨ªa m¨¢s a la sociedad y al poder polacos
Se atribuye al dictador sovi¨¦tico Jos¨¦ Stalin la frase de "Es m¨¢s dif¨ªcil implantar el socialismo en Polonia que cabalgar encima de una vaca". El tiempo le dio la raz¨®n. Los 40 a?os del llamado socialismo real en Polonia han sido una sucesi¨®n de revueltas populares y rebeliones contra el r¨¦gimen, mientras que la distancia entre la sociedad y el poder parecen hoy d¨ªa insalvables. Cuarenta a?os de r¨¦gimen han dado como resultado una formaci¨®n pol¨ªtica at¨ªpica dentro de esa ¨¢rea geopol¨ªtica, porque en Polonia dos tercios de la propiedad de la tierra est¨¢n en manos de agricultores privados y m¨¢s del 90% de la poblaci¨®n se considera cat¨®lica. Hasta los funcionarios del Partido Obrero Unificado Polaco (POUP, comunista) acuden con frecuencia, semiclandestinamente, a las parroquias de pueblos vecinos para bautizar a sus hijos o contraer matrimonio por la Iglesia.Una intervenci¨®n militar, con la declaraci¨®n de estado de guerra en el pa¨ªs, impidi¨® el 13 de diciembre de 1981 el desmoronamiento del r¨¦gimen ante la fuerza y el desorden social provocado por el primer sindicato independiente del mundo socialista, Solidaridad, que lleg¨® a contar con unos 10 millones de afiliados y simpatizantes, casi un tercio de la poblaci¨®n.
El car¨¢cter religioso de los polacos y su situaci¨®n geopol¨ªtica provoc¨® un suspiro a un viejo intelectual cat¨®lico polaco que en una frase resumi¨® buena parte de los problemas del pa¨ªs: "Pobre Polonia, tan cerca de Dios y de la Uni¨®n Sovi¨¦tica". Atenazada entre Alemania y Rusia, Polonia sufri¨® tres divisiones y repartos de su territorio, incluida la desaparici¨®n como entidad estatal, en los siglos XVIII y XIX. El cuarto reparto de Polonia fue el resultado del pacto entre la Alemania nazi de Adolfo Hitler y la Uni¨®n Sovi¨¦tica gobernada por Jos¨¦ Stalin, a los pocos d¨ªas del comienzo de la segunda guerra mundial. Hasta altos funcionarios del POUP exclaman hoy en privado: "Nosotros no tenemos la culpa de que Polonia est¨¦ situada ah¨ª donde est¨¢; nuestro pa¨ªs no queda detr¨¢s de los Pirineos".
En la zona liberada por el Ej¨¦rcito Rojo se cre¨® el 21 de julio de 1944 el Comit¨¦ Polaco de Liberaci¨®n Nacional, conocido por el nombre de Comit¨¦ de Lublin por haber establecido su sede en esa ciudad. El comit¨¦ empez¨® a funcionar como una especie de Gobierno provisional, reconocido por la Uni¨®n Sovi¨¦tica como interlocutor v¨¢lido, y dirigido por Boleslaw Bierut, un veterano militante de la Internacional Comunista, profundamente estalinista.
Desplazada al Oeste
Mientras tanto, en la zona ocupada por los nazis, el Armia Krajowa (Ej¨¦rcito Nacional), que obedec¨ªa a las instrucciones del Gobierno polaco en el exilio de Londres, se sublev¨® contra los ocupantes alemanes, para tratar de imponerse antes de la llegada del Ej¨¦rcito Rojo. El 1 de agosto de 1944 comenz¨® la sublevaci¨®n de Varsovia, que dur¨® 63 d¨ªas y concluy¨® con la destrucci¨®n casi total de la capital polaca, 18.000 combatientes y 150.000 civiles muertos, 15.900 prisioneros del Armia Krajowa y 347.000 habitantes de Varsovia deportados a trabajos forzados. Desde el otro lado del r¨ªo V¨ªstula, el Ej¨¦rcito Rojo contempl¨® casi impasible la represi¨®n de la sublevaci¨®n. Cuando el 17 de enero de 1945 el Ej¨¦rcito Rojo tom¨® Varsovia, s¨®lo encontr¨® montones de escombros.En el nuevo trazado de las fronteras, al final de la segunda guerra mundial, Polonia qued¨® corrida hacia el oeste, perdi¨® al este 108.000 kil¨®metros cuadrados, que pasaron a la Uni¨®n Sovi¨¦tica, y gan¨® en Occidente 103.000 kil¨®metros cuadrados de las ricas zonas de Silesia y Pomerania, que hab¨ªan pertenecido al Reich alem¨¢n y hab¨ªan sido hist¨®ricamente una manzana de la discordia. S¨®lo un 54% del territorio polaco qued¨® intacto tras la nueva ordenaci¨®n, y millones de personas dejaron sus casas al este de Polonia para ocupar en el oeste las que hab¨ªan dejado los alemanes expulsados.
Tras unas elecciones manipuladas, y dudosamente democr¨¢ticas el 19 de enero de 1947 se inici¨® el per¨ªodo estalinista con Bierut como dirigente, y la unificaci¨®n del antiguo Partido Socialista Polaco (PPS) con el Comunista (PPR), bajo las nuevas siglas del POUP, lo que equivale a la implantaci¨®n pr¨¢ctica de un r¨¦gimen de partido ¨²nico, a pesar de la existencia de otros seudopartidos.
Bierut gobierna tras eliminar a la fracci¨®n nacionalista del partido, encabezada por Wladislaw Gomulka, y desde el Ministerio de Defensa el mariscal Konstant¨ªn Rokossowski act¨²a como especie de virrey de Stalin en Varsovia. El primado de Polonia, cardenal Stefan Wyszynski, fue deportado e internado en un convento y comenz¨® la colectivizaci¨®n obligatoria de la agricultura privada.
Con la muerte de Stalin y al amparo de los aires de renovaci¨®n del 20? congreso del Partido Comunista Sovi¨¦tico, tras la desestalinizaci¨®n y el fallecimiento en Mosc¨² de Bierut, despu¨¦s de la rebeli¨®n obrera en la ciudad de Poznan, ocurrida el 28 de junio de 1956, el POUP eligi¨® en el mes de octubre a Gomulka como su nuevo dirigente, que inici¨® una pol¨ªtica de deshielo. Fue el per¨ªodo conocido como el octubre polaco. El cardenal Wyszynski regres¨® a Varsovia y pidi¨® calma a la poblaci¨®n. Se decide la reprivatizaci¨®n de la agricultura y el mariscal Rokossowski se march¨® a Mosc¨².
La 'segunda revoluci¨®n industrial'
El deshielo dur¨® poco tras la sangriente rebeli¨®n de Hungr¨ªa, que se produjo casi simult¨¢neamente al octubre polaco. El r¨¦gimen de Gomulka se endureci¨® y comenz¨® a actuar represivamente contra los intelectuales cr¨ªticos. El a?o 1968 una revuelta en las universidades polacas desencaden¨® una ola de persecuciones contra intelectuales y jud¨ªos, que llev¨® a muchos al exilio y a otros a la oposici¨®n al r¨¦gimen. Los obreros permanecieron quietos en esta ocasi¨®n, pero dos a?os m¨¢s tarde, en diciembre de 1970, la costa del B¨¢ltico (los puertos de Gdansk y Gdynia) fueron escenarios de una violenta represi¨®n obrera, acompa?ada de quema de locales del POUP y matanza de polic¨ªas y obreros. El factor desencadenante hab¨ªa sido el anuncio de una subida de precios.La rebeli¨®n del B¨¢ltico provoc¨® la ca¨ªda de Gomulka y la llegada al poder de Edward Gierek, un dirigente comunista que adopt¨® rasgos tecnocr¨¢ticos en su actuaci¨®n y que intent¨® la segunda revoluci¨®n industrial en Polonia, pero que llev¨® al pa¨ªs a la ruina tras un ficticio boom econ¨®mico.
El 25 de junio de 1976 se produjeron nuevas revueltas de obreros en Radom y Ursus como consecuencia de una subida de precios, que fue anulada inmediatamente. En agosto de 1980 nuevas subidas de precios y las consiguientes huelgas, que provocaron la ca¨ªda de Gierek, pero en esta ocasi¨®n dieron lugar tambi¨¦n al nacimiento del sindicato independiente Solidaridad y al reconocimiento del derecho de huelga por primera vez en un pa¨ªs del llamado socialismo real.
La nueva situaci¨®n dur¨® 469 d¨ªas, hasta que el 13 de diciembre el general Wcjciech Jaruzeslki impuso en Polonia la ley marcial, levantada hace s¨®lo un a?o. En Polonia ha comenzado un proceso de normalizaci¨®n, en el que la apat¨ªa de la sociedad acompa?a las acciones del poder como si se cumpliese la profec¨ªa staliniana de que implantar el socialismo -o esa forma de socialismo- en Polonia es como cabalgar sobre un bovino.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.