Felipe Gonz¨¢lez se reunir¨¢ esta semana con patronal y sindicatos para iniciar las negociaciones del futuro acuerdo
El presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, convocar¨¢ esta misma semana a los representantes de sindicatos y patronal para iniciar formalmente las negociaciones del pr¨®ximo acuerdo social. La reuni¨®n podr¨ªa celebrarse hoy mismo, dada la urgencia por tener el marco de las negociaciones pr¨¢cticamente concluido antes de dar por cerrados los Presupuestos Generales del Estado. Las mayores dificultades del pacto se encuentran en la necesidad de modificar determinadas partidas presupuestarias y buena parte de la fiosof¨ªa econ¨®mica que ha venido aplicando hasta ahora el Ejecutivo, con el fin de dar cabida a las reivindicaciones de patronal y sindicatos.
De las condiciones que cada uno de los interlocutores sociales ha introducido en el futuro pacto, las de CC OO son, como ha reconocido recientemente el propio Ministro de Trabajo, las m¨¢s costosas y las que mayores dificultades presentan a la hora de ser asumidas por el Gobierno. Algunos de los temas planteados por CC OO se traducen en una fuerte aportaci¨®n de recursos. As¨ª, la ampliaci¨®n de la cobertura de desempleo, o al menos de un subsidio m¨ªnimo, a todos aquellos trabajadores en paro con cargas familiares supone la transferencia al Instituto Nacional de Empleo (Inem) de fondos que el Ministerio de Trabajo est¨¢ escrupulosamente cuantificando.La propuesta de CC OO choca adem¨¢s con los criterios que la CEOE ha venido defendiendo. Para la patronal, una pol¨ªtica basada en las transferencias sociales va en detrimento del propio empleo, al tener que detraer recursos de inversi¨®n para prestaciones sociales. La CEOE pondr¨¢ en las negociaciones un especial ¨¦nfasis en la necesidad de aportar mayores recursos a las empresas y en aplicar una mayor flexibilidad del mercado de trabajo.
Por otra parte, las modificaciones efectuadas, en la ley B¨¢sica de Empleo en las prestaciones de paro ampliaron los recursos por encima de las primeras previsiones. El espectacular aumento del paro, registrado desde que se aprobaran estas modificaciones en el pasado mes de octubre, ha incrementado l¨®gicamente los beneficiarios de las mismas y las cantidades destinadas a este fin.
Moderaci¨®n salarial
Sin embargo, la moderaci¨®n salarial que exige el Gobierno s¨®lo puede tener para los dos sindicatos, CC OO y UGT, dos contrapartidas: o empleo o mayor cobertura. En caso contrario, las dos organizaciones han anunciado su negativa a suscribir los acuerdos. Bien es cierto que UGT tiene en este aspecto una postura mucho m¨¢s flexible. Las exigencias de la central socialista en prestaciones de desempleo se basan en conseguir que al menos el 46% de los parados reciba ayuda del Estado. Y para lograrlo, o aumentar este porcentaje, estar¨ªa dispuesta a aceptar que se redujera el tope m¨¢ximo de las prestaciones. Cobrar menos y cobrar m¨¢s gente. Hay otra posibilidad que los dos sindicatos defienden: que el sacrificio que hagan los trabajadores tenga alg¨²n reflejo en la presi¨®n fiscal, estableciendo mecanismos que favorezcan a las rentas m¨¢s bajas.En cuanto a empleo, UGT exige la cuantificaci¨®n de los puestos de trabajo a crear con el acuerdo. Una vez que se ha renunciado al objetivo de los 800.000 puestos de trabajo prometidos en el programa electoral del Gobierno, la central socialista exige que, al menos, exista un compromiso en firme de los que se pueden crear en lo que queda de legislatura. Para empezar, UGT habla de 200.000 contratos a trav¨¦s de convenios entre el Inem y los organismos p¨²blicos (Iryda, leona, ayuntamientos), aunque no dejan de reconocer que no podr¨ªan entenderse como nuevos empleos. En cualquier caso, esta filosof¨ªa requiere aportaci¨®n de nuevos fondos de los Presupuestos Generales del Estado.
La necesidad de modificar los presupuestos en este sentido, y el cambio de pol¨ªtica que se demanda desde los interlocutores sociales ha encontrado distinto reflejo en ¨¢reas del Gobierno. Frente a los que son partidarios de mantener a ultranza (fundamentalmente el equipo econ¨®mico) la pol¨ªtica seguida hasta ahora, otras ¨¢reas han advertido de la conveniencia de dulcificar las formas y los contenidos de los criterios econ¨®micos y orientar los objetivos gubernamentales hacia la creaci¨®n de empleo, aunque ello no suponga abandonar la lucha contra el d¨¦ficit y la inflaci¨®n.
Las presiones que UGT ha venido realizando en este sentido tienen incluso dentro del sindicato muy distinto car¨¢cter. El bloque monol¨ªtico que hasta ahora ha sido la central socialista comienza a resquebrajarse entre los partidarios de exigir del Gobierno un cambio profundo de sus objetivos y los que tratan de justificar las medidas del Gobierno. El propio secretario general, Nicol¨¢s Redondo, se encuentra sumergido en el remolino de contradicciones que soporta el sindicato. Sus ataques hacia el ¨¢rea econ¨®mica han ido haci¨¦ndose m¨¢s ¨¢cidos. Y su pesimismo respecto a la posibilidad de un acuerdo social no se ha visto despejado despu¨¦s de los primeros contactos con el ministro de Trabajo.
Miguel Boyer, m¨¢ximo responsable econ¨®mico del Gobierno, ha sido quien mayor deterioro ha sufrido en su imagen dentro de la central socialista. Miembros del sindicato no ocultan su animadversi¨®n hacia un hombre que, un d¨ªa ya lejano, fue asesor de la UGT del metal. Su car¨¢cter, distante y autoritario hacia los representantes sindicales, pod¨ªa haber sido la raz¨®n, seg¨²n algunas fuentes, de que haya sido designado Joaqu¨ªn Almunia como representante del Ejecutivo en las negociaciones con los representantes de la patronal y de las centrales.
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