Los riesgos de la sobreexplotaci¨®n

El titular del Ministerio de Obras P¨²blicas y Urbanismo (MOPU), Juli¨¢n Campo, justifica los dos puntos m¨¢s pol¨¦micos de la la futura ley de Aguas -el control del Estado sobre todas las aguas del territorio nacional, tanto superficiales como subterr¨¢neas, y la supremac¨ªa del criterio del Estado a la hora de definir el aprovechamiento de Ias cuencas de las comunidades aut¨®nomas- alegando que Espa?a corre un elevado riesgo de desertizaci¨®n en numerosas zonas que ahora son de regad¨ªo -por lo que el agua debe estar bajo control del Estado- y en que el agua es un recurso "¨²nico", forma parte de un s¨®lo "ciclo hidrol¨®gico" y, en consecuencia, a finales del siglo XX no se puede distinguir entre aguas superficiales y aguas del subsuelo.Casi todas las islas, mayores y menores; los deltas de los r¨ªos catalanes, pr¨¢cticamente la totalidad del litoral de Levante, las cuencas del J¨²car y del Segura y La Mancha meridional son las zonas que el MOPU tiene se?aladas en estado de alerta por las consecuencias que se derivar¨¢n si contin¨²a la sobreexplotaci¨®n de sus pozos de riego. En todas estas ¨¢reas, asegura un informe oficial del MOPU, las aguas subterr¨¢neas suponen la mayor parte de las reservas, y los agricultores "hacen pozos muy rentables y apenas se aperciben de que est¨¢n rebajando la capa fre¨¢tica, de que se restan unos agua a otros y se detraen las aguas superficiales". La salinizaci¨®n de litoral, la desertizaci¨®n "en menos de 15 a?os, asegura el ministro, y la contaminaci¨®n de las aguas subterr¨¢neas son consecuencia negativas de esta pr¨¢ctica.