Energ¨ªa vital y curiosidad literaria
La desaparici¨®n s¨²bita de Guillermo D¨ªaz-Plaja habr¨¢ sorprendido a quienes hayan podido tratar -a¨²n en fechas recientes- al profesor y cr¨ªtico de toda una ¨¦poca. Guillermo D¨ªaz-Plaja era energ¨ªa y complacencia vitales y, sobre todo, constitu¨ªa un caso ejemplar de continuidad atenta y curiosa, infatigable, respecto a las letras.Su direcci¨®n y coordinaci¨®n de la Historia de las Literaturas hisp¨¢nicas supuso el af¨¢n de congregar una visi¨®n conjunta del fen¨®meno literario que, si bien superada en muchos aspectos, no deja por ello de resultar encomiable, habida cuenta del momento y las dificultades (fines de los a?os 40) en que se gest¨®. A igual prop¨®sito de ofrecer una visi¨®n panor¨¢mica del proceso de la literatura espa?ola obedecen sus antolog¨ªas. Hay que comprender el extraordinario valor de consulta que, en las circunstancias de posguerra civil, ten¨ªan aquellos vol¨²menes.
Ya en 1935, obtuvo el Premio Nacional de Literatura con su Introducci¨®n al estudio de romanticismo espa?ol. La labor de Guillermo D¨ªaz-Plaja ha nutrido a generaciones y generaciones de estudiantes, y todos aquellos que le tuvieron de profesor en el Instituto Balmes (hay que decirlo desde Barcelona) recordar¨¢n con afecto a quien fue un verdadero lector y comentarista vivo, cosa ins¨®lita durante el franquismo, de la literatura. A la faceta de perpetuador del respeto al legado humanista (que pareci¨® eclipsarse durante aquellos a?os) y del que D¨ªaz-Plaja supo guardar sus t¨ªtulos de fidelidad imprescindibles, habr¨ªa que a?adir el aspecto de indagador temprano en las vanguardias de los a?os 30 y sus libros sobre el novecentismo y modernismo, que ¨¦l enriqueci¨® desde su perspectiva barcelonesa.
En sus a?os j¨®venes, Guillerno D¨ªaz-Plaja public¨® art¨ªculos varios sobre literatura castellana y catalana, y sobre la evoluci¨®n -no siempre, como hoy, acompasada- de sus relaciones mutuas. De esas inquietudes, y de ah¨ª que lo mencione, ofrece una panor¨¢mica el libro Vanguardismo y protesta, que acertadamente prolog¨® el profesor Jos¨¦ Carlos Mainer, y que reun¨ªa textos de los a?os previos a la guerra civil (Ed. Libros de la Frontera, 1975).
Algunos raros, o menores, parec¨ªan agradarle a D¨ªaz-Plaja, y ello no hace sino "devolv¨¦rnoslo", se dir¨ªa, con un aura de simpat¨ªa interior, .. y entristecida. Si tal hecho es obvio en Vanguardismo y protesta, tanto m¨¢s sugerente resulta -aparte de su pol¨¦mico Modernismo frente a Noventa y ocho- en su volumen de Alianza Editorial Estructura y sentido del novecentismo espa?ol. Junto a los grandes nombres (un G¨®mez de la Serna, un Riba) sabe comentar tambi¨¦n a un Bacarisse, un Moreno Villa, un Benjam¨ªn Jarn¨¦s.
Todav¨ªa es reciente su El esp¨ªritu del Barroco, en el que recoge aproximaciones sobre el gran movimiento desde un primer estudio de 1940. Divulgador exigente y degustador infatigable de las letras, e iniciador, para muchos, de sus laberintos. Junto a este perfil sumario de una entrega aqu¨ª esquem¨¢ticamente aludida, su preocupaci¨®n por las influencias rec¨ªprocas de Madrid a Barcelona, y las p¨¢ginas de sus memorias, constituyen una constante invitaci¨®n a re/considerar el desenvolvimiento cambiante y sugestivo de la escena art¨ªstica.
Babelia
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