Los hombres de Finisterre

Hasta mediados del siglo XX, los gallegos han porfiado desde su posici¨®n de finis terrae con los bravos mares que les separaban del Eldorado americano; despu¨¦s, con las fronteras naturales del resto de Espa?a y Europa, siempre a la b¨²squeda de condiciones menos ¨¢speras donde sobrevivir con dignidad. Pero de pronto, de donde menos se esperaba ha brotado la imaginaci¨®n. Ha sido, Orense, el coraz¨®n marginado de Galicia, quien ha descubierto la fantas¨ªa como materia prima para modelar y exportar. Primero sorprendieron con anuncios de choque, como "la arruga es bella", y a continuaci¨®n, 'sin que apenas haya dado tiempo a ver qui¨¦nes firmaban tales propuestas, aparecen cifras de facturaci¨®n de miles de millones de pesetas.Nombres como Pressman, Caramelo, D'Aquino, Vesgante, Unicen, Cafre, Florentino, Corteman's, Adolfo Dom¨ªnguez, Verinno, Mogal, Viriato, Montalvo, Maperlan... ocupan ya un lugar destacado entre los nuevos creadores de moda espa?oles.

Los talleres donde se elaboran los modelos made in Galicia se sit¨²an en el eje Vigo-Orense. En ellos trabajan codo a codo fabricantes, estilistas, costureras, fot¨®grafos y cuantos profesionales intervienen en el particular proceso de confecci¨®n que requiere un vestido con pretensiones innovadoras, como lo son los gallegos. Un proceso que casi parece una r¨¦plica del camino que han seguido los dise?adores italianos.

En plena can¨ªcula estival presentan su oferta para el invierno de los varones, a los que, a grandes rasgos, van a cubrir con abrigos largos, trajes convencionales antirr¨ªgidos, americanas s¨ªntesis entre chaqueta y cazadora, camisas rectas con 2,5 cent¨ªmetros de cuello y sisas profundas, pantalones con volumen en cadera y bajos con cuatro cent¨ªmetros o cintura alta y bajos estrechos hasta el tobillo. En jerseis mandan los jacquards con cuellos de fantas¨ªa. Pero todo esto no es m¨¢s que un aperitivo. Los de Orense y Vigo tienen mucho m¨¢s que ofrecer, incluso para las se?oras.