La medalla de Ronald Reagan

ENVIADO ESPECIALEl presidente estadounidense, Ronald Reagan, busca tambi¨¦n su medalla en los Juegos Ol¨ªmpicos de Los ?ngeles, aunque no haya podido aprovechar la ceremonia inaugural para exponer ante el mundo las virtudes de su Administraci¨®n republicano-conservadora. Reagan se atiene a las 16 palabras protocolarias -"Declaro inaugurados los Juegos de Los ?ngeles, que celebran la 23? Olimpiada de la era moderna"-, y deja para otros foros la competici¨®n verbal de corredor de fondo que busca la medalla para ganar la pr¨®xima elecci¨®n presidencial norteamericana.

Reagan s¨ª aprovech¨® electoralmente la visita al equipo ol¨ªmpico de su pa¨ªs. "Hay un nuevo patriotismo que cruza nuestro pa¨ªs", les dijo, "es el amor a nuestra manera de vivir; ( ... ) es una actitud positiva ante las cosas fundamentales: nuestra libertad, nuestra honestidad y nuestro sentido del juego limpio. ( ... ) Vosotros represent¨¢is este nuevo esp¨ªritu del que hablo. ( ... ) El ideal americano no es s¨®lo ganar, sino ir m¨¢s lejos de lo que se puede"

En un principio, los estrategas de la Casa Blanca pensaron en el podio ol¨ªmpico del Coliseo, en Los ?ngeles, para que Reagan lanzara su doctrina a los 2.500 millones de telespectadores que ver¨¢n la ceremonia inaugural a trav¨¦s de la peque?a pantalla. Habr¨ªa sido una oportunidad para mostrar la medalla de oro que, en opini¨®n de Reagan ha ganado EE UU ante los dem¨¢s pa¨ªses del mundo.

El mitin propagand¨ªstico que Reagan quer¨ªa ofrecer desde la tribuna de "los JJ OO del mundo libre", como gusta recordar y repetir, origin¨® divergencias, tanto en el seno de la Administraci¨®n de EE UU como en el COI.

Los duros del equipo de relevos de la Casa Blanca, entre los que destaca el secretario de Defensa, Caspar Weinberger, y la embajadora ante la ONU, Jeane Kirkpatrick, eran partidarios de acompa?ar el simbolismo de la llama ol¨ªmpica con la ret¨®rica incendiaria de Reagan. Sobre todo contra Mosc¨².

Para los moderados de la Administraci¨®n Reagan, entre los que sobresale el secretario de Estado, George Shultz, es mejor dejar las cosas en su contexto ol¨ªmpico, sin caer en los riesgos de la dial¨¦ctica antisovi¨¦tica de Reagan, a la que se habr¨ªa visto forzado en caso de un discurso pol¨ªtico-deportivo.

Las denuncias de Reagan contra la URSS, en medio del espect¨¢culo hollywoodiano de la apertura de los JJ OO de Los Angeles, tambi¨¦n llegar¨ªa en mal momento. Aunque, en el fondo, la doctrina Reagan de firmeza frente a la URSS no ha variado en su objetivo, el presidente conservador necesita el voto de Mosc¨².

La fastuosidad de la apertura de los Juegos de Los ?ngeles, ciudad que Reagan conoce al dedillo por haber estado media vida entre los estudios de Hollywood -donde s¨®lo cosech¨® medallas de cobre- y los c¨ªrculos pol¨ªticos de su ¨¦poca de gobernador de California, no habr¨¢ dado oportunidad. directa de medalla pol¨ªtica para Ronald Reagan.