Cooperar con Centroam¨¦rica
Espa?a env¨ªa 117 t¨¦cnicos a Nicaragua, Costa Rica y Honduras, en un gesto de apoyo al 'esp¨ªritu de Contadora'
Diecis¨¦is personas forman el primer contingente de t¨¦cnicos para Centroam¨¦rica, con la categor¨ªa de expertos-coordinadores; 7 de ellos ya han emprendido viaje, y los dem¨¢s marchan los d¨ªas 6 y 10 de este mes. Su misi¨®n consiste en realizar un diagn¨®stico preciso de las necesidades y programar el trabajo de los otros 100 cooperantes, que marchar¨¢n en octubre pr¨®ximo. Costa Rica recibir¨¢ 40 t¨¦cnicos, y Nicaragua y Honduras, 30 cada uno, adem¨¢s de los coordinadores ya mencionados. Un diplom¨¢tico espa?ol, Javier Sandomingo, actuar¨¢ como consejero de cooperaci¨®n para Centroam¨¦rica, con sede en Costa Rica.La elecci¨®n de este ¨¢rea se debe al apoyo que el jefe del Ejecutivo espa?ol, Felipe Gonz¨¢lez, ha prestado al grupo de Contadora. La solidaridad pol¨ªtica se instrumenta a trav¨¦s de una ayuda t¨¦cnica, que trata de incidir en las ra¨ªces de la conflictividad de Am¨¦rica Central, donde cerca del 70% de la poblaci¨®n vive con ingresos inferiores a los 100 d¨®lares anuales; 120 de cada mil ni?os nacidos vivos mueren antes de cumplir el a?o; y de cada 100 personas, 60 no saben leer ni escribir y otras 20 son semianalfabetas. Asimismo se trata de incrementar la presencia de Espa?a en la zona, respecto a la de Estados Unidos y la Comunidad Econ¨®mica Europea. Los 117 cooperantes constituyen s¨®lo la pr¨ªmera fase del plan, que se incrementar¨¢ con 400 m¨¢s en 1985.
Los planteamientos te¨®ricos tropiezan, sin embargo, con bastantes problemas. El proyecto iniciado por Espa?a supone un intento novedoso de aunar las actuaciones de distintos departamentos -Agricultura, Educaci¨®n, Sanidad, Trabajo, Instituto de Estudios de Administraci¨®n Local, Instituto de Administraci¨®n P¨²blica-, coordinados por una oficina instalada en el Instituto de Cooperaci¨®n Iberoamericana (ICI), contra la costumbre habitual, que era la de realizar proyectos aut¨®nomos en cada departamento. Tambi¨¦n se encuentra en el aire la financiaci¨®n, hasta el punto de que el plan centroamericano s¨®lo tiene asegurados 150 millones de pesetas, en su mayor parte presupuestados por el ICI, para sufragar los gastos de los meses que restan de 1984.
El compromiso adquirido por Espa?a se extiende hacia a?os sucesivos, por lo que la oficina coordinadora del plan supone que los pr¨®ximos Presupuestos del Estado recoger¨¢n las partidas correspondientes. La viabilidad del proyecto depende tambi¨¦n de que los pa¨ªses receptores sufraguen la infraestructura necesaria para el personal espa?ol -alojamiento y material de trabajo de los cooperantes-, concepto que los pa¨ªses receptores no se han comprometido a pagar en 1984, alegando problemas presupuestarios. Han adelantado que lo har¨¢n en a?os sucesivos, pero, de momento, los gastos corren a cargo de Espa?a.
Todo el plan para Am¨¦rica Central se circunscribe al env¨ªo de recursos humanos, costeados por el presupuesto p¨²blico espa?ol, y no a la transferencia de ayuda financiera directa. Existen contactos exploratorios para extender el proyecto a El Salvador y Guatemala -¨¦ste ¨²ltimo en funci¨®n de que se restablezcan las relaciones diplom¨¢ticas-, y en una fase posterior, a algunos pa¨ªses del Pacto Andino.
18 aspirantes por puesto
La convocatoria de plazas para Centroam¨¦rica ha proporcionado otro interesante indicio: una masa considerable de profesionales en paro est¨¢n dispuestos a marcharse del pa¨ªs, aunque sea a regiones del mundo con niveles de vida tan bajos como los de Am¨¦rica Central. Cerca de 2.000 personas han optado a los 117 puestos previstos para este a?o, lo que supone casi 18 aspirantes por plaza, una cifra verdaderamente importante. La selecci¨®n se basa en el expediente acad¨¦mico, las eventuales experiencias profesionales y la superaci¨®n de un corto curso de capacitaci¨®n.A diferencia de las emigraciones de los a?os 60, el.n¨²mero de afectados por este ¨¦xodo en ciernes ha de ser forzosamente inferior, puesto que se circunscribe a personal cualificado. Su marcha no aliviar¨¢ de cargas al presupuesto espa?ol, que habr¨¢ de sufragar los salarios de los que se vayan. El alcance de la operaci¨®n consiste en que parte de los profesionales sobrantes en Espa?a -donde hay, unos 100.000 licenciados y t¨¦cnicos en paro puedan encontrar trabajo en Latinoam¨¦rica, donde falta este personal. Seg¨²n un estudio realizado en 1982 por el Instituto Italo-Latinoamericano, en cuatro pa¨ªses de Centroam¨¦rica fueron detectados 615 puestos de alta cualificaci¨®n, cuya cobertura se consideraba prioritaria, para los que no exist¨ªa personal disponible localmente.
El reajuste de la pol¨ªtica de cooperaci¨®n afecta tambi¨¦n al tipo de personas que pueden comprometerse en ella. Frente a la opci¨®n tradicional de enviar expertos para misiones aisladas, muchos de los cuales hac¨ªan las Am¨¦ricas -a juzgar por sus considerables sueldos-, los nuevos proyectos se dirigen a facilitar salidas a licenciados que buscan su primer empleo. Por encima de este nivel se prev¨¦ otro, m¨¢s cualificado, que es el de los expertos-coordinadores.
Precisamente la redefinici¨®n del marco administrativo y pol¨ªtico de la cooperaci¨®n espa?ola es una fuente de problemas entre el Ministerio de Asuntos Exteriores -que tiene una direcci¨®n de cooperaci¨®n t¨¦cnica internacional, a cargo de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Pardo- y el Instituto de Cooperaci¨®n Iberoamericana (ICI), presidido por Luis Y¨¢?ez.
El problema de fondo consiste en que, tradicionalmente, la cooperaci¨®n exterior ha estado dividida en decenas de reductos aislados, en el seno de los m¨¢s diversos organismos. Frente a esta situaci¨®n de hecho, el Gobierno se muestra dispuesto a reforzar una estructura ¨²nica, que coordine a las dem¨¢s y que se responsabilice no 's¨®lo de poner en marcha los programas, sino de realizar su seguimiento y de atender a las dificultades que se presenten.
Dado que el 80% de la cooperaci¨®n exterior de Espa?a se dirige a Latinoam¨¦rica, el ICI ha dedicado estos ¨²ltimos a?os, bajo la presidencia de Luis Y¨¢?ez, a reorganizarse para servir como infraestructura b¨¢sica de dicha tarea. En funci¨®n de ello elev¨® al Gobierno un borrador de proyecto d¨¦ ley de cooperaci¨®n, centrado en el aprovechamiento de su propia infraestructura. Sin embargo, el Ministerio de Exteriores -cuyo titular, Fernando Mor¨¢n, mantiene relaciones intermitentemente tensas con Y¨¢?ez- replic¨® con otro anteproyecto, donde no se menciona al ICI, y en el que se prev¨¦ la creaci¨®n de una unidad administrativa nueva para dichas funciones.
Dos proyectos
Antes de redactar su borrador, el ICI hab¨ªa realizado un inventario de las actividades de cooperaci¨®n con Latinoam¨¦rica desarrolladas por Espa?a en el per¨ªodo 1980-1983. Entre otros datos, encontr¨® dos muy curiosos: "en general", dice el documento del ICI, "en la mayor¨ªa de los departamentos de la Administraci¨®n se desconoc¨ªa el alcance real de su actuaci¨®n en el ¨¢rea iberoamericana". El segundo dato es que el inventario no permiti¨® cuantificar con exactitud el alcance de la cooperaci¨®n en el per¨ªodo estudiado, debido a que no exist¨ªan garant¨ªas de que los datos recogidos fueran exhaustivos.Con la base de esta experiencia y del trabajo realizado en otros terrenos, el ICI elabor¨® su borrador de ley de cooperaci¨®n, mientras que el Ministerio de Exteriores prepar¨® el suyo. Los principios orientadores de ambos son parecidos puesto que en los dos se desarrolla la filosof¨ªa gubernamental de impulso a la cooperaci¨®n y de coordinaci¨®n administrativa de la misma; pero contienen diferencias a la hora de establecer responsabilidades e infraestructura.
Para el ICI, el ¨®rgano de ejecuci¨®n debe ser el propio organismo ya existente, con rango de secretar¨ªa de Estado -adscrita al Ministerio de Exteriores-, que tendr¨ªa tres Institutos para la ejecuci¨®n de programas: Cooperaci¨®n Iberoamericana, Cooperaci¨®n Hispano-?rabe y Cooperaci¨®n Hispano-Africana. Para el Ministerio de Exteriores, sin embargo, parece necesario reorganizar todo el edificio de la cooperaci¨®n, seg¨²n se desprende del anteproyecto, en el que se dice que Exteriores elevar¨¢ al Gobierno "un proyecto de coordinaci¨®n de los ¨®rganos de la Administraci¨®n del Estado que actualmente llevan a cabo funciones de cooperaci¨®n internacional, que incluir¨¢, en todo caso, la creaci¨®n de una unidad especial de cooperaci¨®n dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores".
Esta situaci¨®n se produce en el marco de una l¨ªnea pol¨ªtica decidida hacia el impulso de la cooperaci¨®n. Como puso de manifiesto un reciente informe del Senado, los principales partidos se muestran de acuerdo en aproximar nuestro pa¨ªs al gasto del 0,70% del producto interior bruto (PIB) en ayuda exterior. ?ste es el porcentaje recomendado por Naciones Unidas. Actualmente, s¨®lo Noruega y Holanda alcanzan el 1% de su PIB para ayuda al desarrollo; B¨¦lgica, Francia, Dinamarca, Finlandia, Suecia y Australia sobrepasan el 0,50%, y el resto de los pa¨ªses desarrollados, incluidos los Estados Unidos, dedican a dichos fines porcentajes inferiores.
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