La doble imagen de Belisario Betancur
Muchas de las decisiones tomadas por Betancur a nivel nacional han tenido tambi¨¦n un enorme eco. A los pocos d¨ªas de asumir el poder, concedi¨® a los alzados en armas la amnist¨ªa m¨¢s amplia registrada en Colombia y, posteriormente, sostuvo di¨¢logos, cara a cara, con la guerrilla. El pasado 28 de abril se firm¨® un tratado de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el grupo sublevado m¨¢s antiguo y m¨¢s fuerte del pa¨ªs. El acuerdo con otras dos organizaciones guerilleras, el M-19 y el Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n, es cuesti¨®n de d¨ªas.Nadie, al conocer estas noticias, dudar¨ªa en calificar a Betancur como un pol¨ªtico progresista. Pero esta imagen queda en entredicho de puertas para adentro por el hecho de ir perdiendo. la batalla contra los problemas sociales y econ¨®micos de la naci¨®n. Es frecuente o¨ªr en Colombia que Belisario es bueno, pero su Gobierno malo. La amplia mayor¨ªa que le respald¨® en los primeros pa¨ªses ha ido desertando hacia el escepticismo o hacia la decepci¨®n. Los detractores de su gesti¨®n est¨¢n divididos en dos frentes: de un lado, los que lo tachan de comunista, y del otro, quienes lo acusan de estar abriendo el camino a un r¨¦gimen de ultraderecha. Para estos ¨²ltimos no todo est¨¢ claro, en el pasado y en las acciones de Belisario Betancur.
Cuatro veces debi¨® recorrer como candidato Belisario, Retancur la accidentada geograf¨ªa colombiana buscando apoyo para llegara la presidencia. En 1978 lleg¨® a proclamarse presidente en unas re?idas, y para algunos discutidas, elecciones, que dieron el triunfo, finalmente, y por un estrecho margen, al liberal Julio C¨¦sar Turbay Ayala.
Elegido por la convenci¨®n conservadora, pero present¨¢ndose como candidato de un movimiento nacional, este hombre, que no ha perdido su apariencia y su sencillez campesina y que tiene una biograf¨ªa que incluye oficios desde limpibotas hasta ministro y embajador en Espa?a, logr¨® su prop¨®sito en las elecciones de 1982. Fue un triunfo del partido conservador, que no gobernaba desde ocho a?os atr¨¢s, cuando termin¨® el Frente Nacional, un engendro pol¨ªtico jur¨ªdico que les permiti¨®, durante 16 a?os, alternarse en el poder con los liberales.
"Jam¨¢s he sido candidato,de partido", ha insistido Betancur. Sin embargo, son los conservadores quienes en este momento capitalizan como suya la gesti¨®n de Belisario, y prometen continuarla. Hasta ?lvaro G¨®mez, portavoz de la derecha m¨¢s reaccionaria, ha sido un prudente c¨®mplice de las medidas progresistas del Gobierno: Para los observadores, esta actitud de quien por a?os se rasg¨® las vestiduras ante la sola menci¨®n de la palabra amnist¨ªa, se explica por su af¨¢n de ser el pr¨®ximo inquilino del palacio de Nari?o. A G¨®mez en m¨¢s de una ocasi¨®n se le ha cerrado el camino al solio de los presidentes porque el pueblo se?ala a su padre como el gran culpable de la atroz violencia que azot¨® a Colombia a mitad de siglo, dejando m¨¢s de medi¨® mill¨®n de v¨ªctimas. Por otra parte, aunque la pol¨ªtica de Belisario ha borrado las diferencias ideol¨®gicas entre los dos partidos tradicionales y el Partido Liberal, no ha sabido dirimir en su seno si lo acertado es arriar o izar las banderas de la oposici¨®n.
El pasado 7 de agosto se cumplieron dos a?os del d¨ªa en que Belisario -as¨ª se le llama en Colombia rompiendo la tradici¨®n de prestar juramento como nuevo presidente s¨®lo ante el Congreso, sali¨® a hacerlo tambi¨¦n axite el pueblo que llenaba la plaza de Bolivar, jurando que cumplir¨ªa en su Gobierno las promesas hechas como candidato: aumentar la producci¨®n, construir viviendas populares sin cuota inicial, fortalecer la educaci¨®n y la familia, fortalecer las fuerzas armadas y devolver la paz al pa¨ªs. A dos a?os de finalizar su per¨ªodo, las cifras muestran esta realidad: disminuci¨®n del poder adquisitivo de los colombianos, el m¨¢s alto nivel de desempleo de los ¨²ltimos a?os, fracaso de la universidad a distancia...
Para muchos, el hecho de que a mediados de junio pasado s¨®lo 300 personas asistieran al sorteo de 5.000 viviendas sin entrada inicial refleja el fracaso de este programa-bandera del Gobierno. Quedan los esfuerzos por la paz, ciertamente elogiables, pero de los cuales a¨²n no se puede hacer balance.
F¨®rmulas para la paz
"Colombia ser¨¢ El Salvador de Suram¨¦rica", se repiti¨® sin descanso durante la pasada campa?a presidencial. Liberales y conservadores dec¨ªan tener la f¨®rmula m¨¢gica para conseguir la paz.. A pesar de esto, el- pa¨ªs se sorprendi¨® cuando, meses despu¨¦s de tomar posesi¨®n, Belisario, dio la amnist¨ªa a los guerrilleros. El Gobierno anterior, del liberal Julio C¨¦sar Turbay Ayala, hab¨ªa intentado lograrla durante cuatro a?os, infructuosamente. D¨ªas despu¨¦s de firmada la ley, unas declaraciones del ministro de Defensa dejaron entrever, como dijo Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, que por un lado va el Gobierno, y por otro, las Fuerzas Armadas.
La historia se repiti¨® este a?o cuando, a los pocos d¨ªas de firmarse el acuerdo de paz con las FARC, el ministro de Defensa Gustavo Matamoros, asegur¨® que el grupo guerrillero hab¨ªa violado en repetidas ocasiones lo pactado y hab¨ªa continuado efectuando secuestros.
afirmaci¨®n hace pensar en la frase pronunciada por Oto Morales Ben¨ªtez al renunciar a la presidencia de la Comisi¨®n de Paz: "La paz tiene enemigos dentro y fuera del Gobierno". Para la izquierda, esta actitud de los militares es premonitoria de una acci¨®n represiva. Las cifras que muestran la otra cara de la amnist¨ªa refuerzan esta teor¨ªa.
A estas y otras incertidumbres Belisario responde siempre con una sonrisa, dando su apoyo a las Fuerzas Armadas y repitiendo una frase que ha convertido en su muletilla: "La lucha contra la subversi¨®n es la lucha contra el subdesarrollo". En los pactos firmados con la guerrilla se contempla el compro miso del Gobierno de hacer profundos cambios en el, campo econ¨®mico, social y pol¨ªtico del pa¨ªs. Muchos de estos proyectos ya fueron presentados y derrotados en el Congreso el a?o pasado. Los liberales ya expresaron que apoyar¨¢n las reformas, a pesar de no estar convencidos de su utiidad. La clave de todo u la reforma agraria, una reforma que se inici¨® en Colombia en 1968 y que todav¨ªa no ha pasado de ser un rotundo fracaso.
Todo el pa¨ªs vive pendiente de cada golpe de tim¨®n de este presidente. Un pol¨ªtico que intentar¨¢ demostrar durante dos a?os m¨¢s que se puede gobernar estando a la vez con Dios y con el diablo.
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