Intento de aventura

En la moda de las pel¨ªculas de aventuras que retoman de los viejos seriales tanta inspiraci¨®n como de los m¨¢s cl¨¢sicos tebeos aparece ahora una t¨ªmida aportaci¨®n al g¨¦nero, Tras el coraz¨®n verde, que, a su vez, emula los deslumbrantes espect¨¢culos de George Lucas o Steven Spielberg.Precisamente el remitirse a tantos precedentes es parte del juego del filme, cuyo humor, nace del gui?o y no de la posible verosimilitud dram¨¢tica de la narraci¨®n.

De hecho es poco cre¨ªble, y no tanto porque no se puedan cruzar cascadas, huir sano y salvo de cientos de disparos, salir victorioso de peleas con cocodrilos o encontrar la fabulosa joya que da t¨ªtulo a la pel¨ªcula, como porque las reglas de la narraci¨®n se abren o cierran caprichosamente, sin el rigor que resulta b¨¢sico para este tipo de empresa. Incluso es extra?o que, rodada en M¨¦xico, la pel¨ªcula finja situarse en los decorados naturales de Colombia, como si cualquier selva, folklore o tradici¨®n fuera id¨¦ntica a los ojos del productor.

Trayectoria curiosa

?ste, Michael Douglas, tiene una trayectoria curiosa. Desde la propuesta de El s¨ªndrome de China, con la que colabor¨® al discurso antinuclear, a Los jueces de la ley, en la que denunciaba la corrupci¨®n del aparato de justicia a trav¨¦s de unos magistrados dispuestos a aplicar por su cuenta condenas a muerte si no encontraban suficientes pruebas, su inquietud se ha traducido a enunciados de cierto peso.En Tras el coraz¨®n verde, quiz¨¢ como respiro, le importa m¨¢s el divertimento, pero ha quedado a medio camino, sin la brillantez o el humor de las mejores pel¨ªculas de sus contempor¨¢neos, es decir, con imaginaci¨®n adolescente. ?l mismo, como actor, no tiene la fuerza de los dem¨¢s aventureros de moda.

Le acompa?a, y con solvencia, Kathleen Turner, la actriz descubierta en Fuego en el cuerpo, cuya sensualidad pod¨ªa convertirla en un nuevo mito er¨®tico. En este filme interpreta un personaje opuesto, la cursi escritora de ¨¦xito que contempla la vida como parte de sus malas novelas. No tiene el br¨ªo de su trabajo anterior, pero es precisa y disciplinada.

De hecho, la primera parte del filme, cuando se ve envuelta en la aventura de viajar a Colombia para entregar a los secuestradores de su hermana el plano del codiciado tesoro, es la mejor, porque promete la iron¨ªa y el esplendor que luego s¨®lo queda apuntado al aparecer el protagonista masculino.

Decepci¨®n debida fundamentalmente a los torpes inventos del gui¨®n, como, por ejemplo, el que un terrateniente perdido en la selva sea un fan¨¢tico lector de sus libros: una soluci¨®n demasiado f¨¢cil para los conflictos de los personajes.