Hijos por encargo
Bancos de semen y embriones congelados permiten la procreaci¨®n a personas est¨¦riles
Cuando Robert Schoysman cre¨® el primer banco de semen del mundo, en 1949, estaba lejos de pensar que 35 a?os despu¨¦s, te¨®logos y juristas continuar¨ªan sin tener claros los criterios que deben aplicar cuando se les presenta cualquiera de las secuelas derivadas de su invento. Por ejemplo, que una mujer est¨¦ril geste en su seno un beb¨¦ fruto de un embri¨®n congelado procedente de un ¨®vulo de su hija, muerta cuatro a?os atr¨¢s, fecundado con semen de un donante, por encargo de otra hija cuyo marido sea est¨¦ril. No es un simple galimat¨ªas. Las combinaciones y complicaciones posibles ya no pertenecen a la ficci¨®n cient¨ªfica, a partir de la existencia de bancos de semen y de embriones congelados. El nacimiento en Barcelona de la ni?a Victoria Ana, fruto de la primera fecundaci¨®n in vitro espa?ola, o la pol¨¦mica suscitada en Francia por el deseo de una viuda de ser inseminada con el semen de su marido muerto, no han hecho m¨¢s que avivar un fen¨®meno sugerente y nada nuevo, por otro lado. Hace siete a?os, una neozelandesa, madre de tres hijos, fue inseminada con esperma de su marido, muerto de c¨¢ncer hac¨ªa 17 meses. Kim Casafi, la viuda, no hac¨ªa m¨¢s que cumplir con el sue?o del matrimonio de llegar a tener cuatro hijos. En Nueva Zelanda, donde Kim, es muy popular como ilustradora infantil, el suceso produjo excitaci¨®n por su novedad, no porque un juez se opusiera, como, en Francia, a los deseos de la futura madre.M¨¢s de 1.000 beb¨¦s han nacido en Espa?a por inseminaci¨®n artificial desde el 14 de enero de 1978, fecha en que se, fund¨® el primer banco espa?ol de semen en el Centro de Estudios Andr¨®ginos (CEA) de Barcelona, que dirige el doctor Marina Avenda?o. Desde su fundaci¨®n, este centro catal¨¢n ha atendido a m¨¢s de 540 parejas, llegadas de toda Espa?a en busca de una ¨²ltima soluci¨®n a una esterilidad que afecta al 12% de los matrimonios. Este primer banco de semen lleva registrados m¨¢s de 610 ni?os, de los cuales tres son trillizos y 10 mellizos. Muchas de las parejas que han tenido ¨¦xito en el tratamiento la proporci¨®n oscila entre el 50% y el 85%- suelen acudir de nuevo al centro para repetir la experiencia y buscar un compa?ero al primer beb¨¦ habido por inseminaci¨®n artificial procedente del banco de esperma de donantes an¨®nimos. En el CEA de Barcelona se atiende a unas 100 parejas anuales. No se les exige ning¨²n tipo de compromiso previo para que asuman el riesgo del resultado. "Lo que m¨¢s nos preocupa", se?ala Marina Avenda?o, "es que la pareja est¨¦ perfectamente informada de las consecuencias de lo que solicita. Cuando su decisi¨®n es firme extraemos una muestra del semen del esposo para analizarlo y poder elegir luego el semen de un donante que posea sus mismas caracten sticas antropom¨®rficas".
El banco funciona bajo la atenci¨®n de 12 ginec¨®logos, que est¨¢n en contacto con diversas cl¨ªnicas privadas catalanas, a las que acuden las parejas con dificultades de procreaci¨®n. Un 10% de los dep¨®sitos de esperma almacenados en el banco del CEA procede de hombres que padecen c¨¢ncer o se practican la vasectom¨ªa y toman esta precauci¨®n, bien para evitar malformaciones, bien para poder engendrar hijos con su propia herencia gen¨¦tica en el caso de que un d¨ªa recuperen el deseo de tenerlos.
Parejas incompatibles
El segundo banco de semen espa?ol y el primero de caracter¨ªsticas p¨²blicas fue fundado por el doctor Portuondo en la residencia de la Seguridad Social de Cruces, en Baracaldo, en 1978. El m¨¦dico vizca¨ªno aplic¨® los conocimientos que hab¨ªa adquirido en el hospital de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos) con el fin de tratar en un principio un problema muy com¨²n en el Pa¨ªs Vasco, cual es la incompatibilidad del factor Rh en las parejas, y las enfermedades cong¨¦nitas o hereditarias. Jos¨¦ ?ngel Portuondo y el equipo que dirige han comprobado que el 90% de las 300 parejas que han tenido descendencia por este procedimiento lo han conseguido al cabo de los seis primeros meses de recibir tratamiento.
Un sistema similar es el que ha seguido en el Hospital Cl¨ªnico de Madrid el.profesor Aurelio Us¨®n, que desde hace dos a?os dirige el tercer banco de semen espa?ol. Los pacientes m¨¢s comunes que acuden a su consulta son parejas cuyo c¨®nyuge var¨®n padece esterilidad o que han perdido toda esperanza de tener hijos al cabo de varios a?os de matrimonio.
En uno u otro caso, las parejas prefieren agotar todas las posibilidades a su alcance para tener hijos propios antes que recurrir a la adopci¨®n. La operaci¨®n es biensencilla, ya que cada tratamiento no dura m¨¢s de 10 minutos. Para ello se hace uso de cualq uiera de los dos procedimientos disponibles: se introduce el semen mediante una sonda en la cavidad uterina, Cerca de las trompas de Falopio, o se deposita una c¨¢psula con, esperma en el cuello de la matriz para que los espermatozoides atajen su camino hacia el ¨²tero. El precio del tratamiento que consiste en dos sesiones mensuales, con un d¨ªa por medio, durante el per¨ªodo f¨¦rtil de la mujer asciende a unas 25.000 pesetas.
A diferencia del banco catal¨¢n, en el Hospital Cl¨ªnico de Madrid s¨ª se exige un compromiso firmado por la pareja en el que ¨¦sta asuma el consentimiento para la inseminaci¨®n y exima de toda responsabilidad penal y civil al equipo m¨¦dico si se diera la circunstancia de alguna malformaci¨®n cong¨¦nita, un aborto o embarazos frustrados.
El ¨²ltimo en crearse y el m¨¢s innovador va a ser el banco aprobado por la Diputaci¨®n de Valencia para el Centro de Planificaci¨®n Familiar y Enfermedades Ven¨¦reas que funciona en el Hospital General de Valencia, donde se practica la inseminaci¨®n artificial desde 1979 a una media de ocho mujeres al mes. El semen utilizado hasta ahora procede de un banco privado abierto en una consulta urol¨®gica de la Ciudad Sanitaria La Fe, a la que llegan solicitudes de la regi¨®n y de toda Andaluc¨ªa. Sin que haya comenzado a funcionar, este banco ha recibido ya m¨¢s de 240 peticiones.
Marat¨®n de sexos
No hace falta ser un superman ni estar en posesi¨®n de un coeficiente intelectual por encima de los 150 puntos para ser donante. En Dinamarca hay cl¨ªnicas privadas donde las mujeres no s¨®lo conocen los antecedentes del donante, sino que pueden elegir entre las fotograf¨ªas que les son mostradas. En Espa?a los donantes son an¨®nimos y apenas perciben otra recompensa que unas 2.000 pesetas por las molestias derivadas de la donaci¨®n. Lo ¨²nico que se les exige es que gocen de buena salud, cosa que se comprueba mediante an¨¢lisis previos. La mayor¨ªa de estos donantes son estudiantes de Medicina con edades comprendidas entre los 25 y los 30 a?os, a los cuales no se les suele permitir que efect¨²en m¨¢s de 100 donaciones.
La discreci¨®n con la que parece aplicarse la inseminaci¨®n artificial en Espa?a no ha provocado hasta ahora ning¨²n caso discutible conocido, a pesar de que no existe reglamentaci¨®n para aplicar en casos de conflicto de paternidades o dudas morales. La irrupci¨®n de esta innovaci¨®n ha pillado en mantillas a todos los pa¨ªses donde se practica. Algunos se han apresurado a legalizarla, como Suecia, donde se puede averiguar la identidad del donante y no se permiten las donaciones a lesbianas ni a madres solteras. En Israel es completamente libre y no importa el estado civil de la donante; en Australia las futuras madres est¨¢n en disposici¨®n de poder elegir el sexo de su hijo; en Suiza s¨®lo se permite a las casadas; en Estados Unidos se ha dado el caso de que un donante identificado ha dado vida en tres a?os a 15 hijos...
En el Reino Unido, el pa¨ªs donde vio la luz el primer ni?o probeta, las nuevas t¨¦cnicas de fertilizaci¨®n han producido conmoci¨®n, incluso dentro de la clase m¨¦dica, que se pregunta hasta d¨®nde llegan los experimentos in¨¦ditos de los cient¨ªficos. La opini¨®n p¨²blica y las dudas del propio Gobierno a la hora de encarar las implicaciones legales, cient¨ªficas y morales de este nuevo fen¨®meno de tanta incidencia en la sociedad, condujeron a encargar a expertos de diversas disciplinas, un informe sobre la fertilizaci¨®n humana y la embriolog¨ªa. El estudio, cuyos resultados acaba de hacer p¨²blicos la presidenta del equipo de expertos, Elizabeth Warnock, recomienda la creaci¨®n de un organismo que autorice cada caso individualmente. Este organismo -estima el informe Warnock- deber¨ªa ajustarse a unos principio s b¨¢sicos, cuales son: no consentir la maternidad alquilada, regular la cantidad de ¨®vulos o semen que puede donar una persona, mantener en el anonimato a donantes y receptores, controlar bajo licencia la venta de ¨®vulos y embriones, atribuir la filiaci¨®n de los hijos a sus padres leg¨ªtimos, informarles en su momento de su origen gen¨¦tico y no autorizar experimentos con embriones fertilizados m¨¢s all¨¢ de los 14 d¨ªas despu¨¦s de producirse la fertilizaci¨®n.
Casos consumados como el sucedido en Australia, donde se discute el derecho de herencia de unos embriones congelados, hijos de un matrimonio que ha fallecido en Chile en un accidente, o el de una madre alquilada brit¨¢nica, que se niega a devolver el hijo que gest¨® en su vientre por encargo, colocan a la justicia en un brete. Tanto m¨¢s cuando se consumen los experimentos que actualmente se llevan a cabo con la selecci¨®n previa del sexo de los ni?os que se desean tener. Entre las 37.000 y las 50.000 pesetas oscilan las tarifas que ha establecido el doctor Ronald Ericcon, de Sausalito, en California, para aplicar su t¨¦cnica en las pareja que eligen el sexo de sus hijos. Su m¨¦todo radica en separar las c¨¦lulas que contienen los cromosomas masculinos de los femeninos, dentro del esperma, por un proceso parecido al de una marat¨®n- "los m¨¢s fuertes y los m¨¢s r¨¢pidos en llegar a la meta son los masculinos. Si quieren varones selecciono a los primeros, si prefieren hembras elijo entre las ¨²ltimas c¨¦lulas".
"El Derecho no est¨¢ preparado para valorar las implicaciones de hechos como ¨¦stos, completamente nuevos", precisa Lacruz Berdejo, catedr¨¢tico de Derecho Civil de la Universidad de Madrid. "La legislaci¨®n civil alcanza a determinar qui¨¦n es el padre y la madre a trav¨¦s de pruebas. Eso es todo. Los legisladores que redactaron el C¨®digo ni siquiera so?aron con otras posibilidades que no fueran las de los hijos habidos dentro o fuera del matrimonio, por tanto, hace falta un esfuerzo de imaginaci¨®n para establecer unos principios sustitutorios de la idea, ya superada, de la presencia de los padres para que nazca el hijo. En mi opini¨®n", puntualiza el profesor Lacruz, "si los padres pueden adoptar con plenos efectos un hijo que queda equiparado en derecho a los hijos matrimoniales, es comprensible que la madre pueda recibir c¨¦lulas germinadas con el consentimiento del padre y que la procreaci¨®n de ese hijo equivalga a la de una adopci¨®n. Lo esencial de todo ello es la voluntad de adopci¨®n. Ahora bien, ?es igual la adopci¨®n f¨ªsica de la que no lo es? ?Tiene la misma validez? Yo creo que s¨ª. En ambos casos, lo esencial es la voluntad de adopci¨®n, y ?qui¨¦n adopta?: la madre, que acoge en su seno, que adopta durante nueve meses a un erribri¨®n".
Eticamente aceptable
La Iglesia cat¨®lica se encuentra en el mismo vac¨ªo que el Derecho. Su pronunciamiento en este tema alcanza.a definirse con m¨¢s cautela a¨²n que los propios legisladores. Para Javier Gafo, profesor de Moral Sexual de Comillas y voz autorizada de esta religi¨®n, la inseminaci¨®n artificial y los ni?os probeta son aceptables. Considera leg¨ªtima la implantaci¨®n de embriones en mujeres est¨¦riles, "una nueva forma de adopci¨®n prenatal", pero no le parece ¨¦ticamente aceptable la utilizaci¨®n de embriones congelados con fines de experimentaci¨®n ni su destrucci¨®n". Antonio Arza, catedr¨¢tico de Derecho Can¨®nico en Deusto, asume los principios del informe Warnock, con algunas precisiones: "La doctrina oficial de la Iglesia es contraria a la inseminaci¨®n artificial con semen ajeno al. marido. Sin embargo", puntualiza, "hay doctores moralistas que sostienen que en casos extremos puede efectuarse, siempre que para la obtenci¨®n del semen se respeten las normas de la moral y no se comercie con ¨¦l".
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