El atolladero

( ... ) Los incidentes que una vez m¨¢s han ensangrentado Irlanda del Norte el domingo 12 de agosto se consideran como un aut¨¦ntico desastre en Dubl¨ªn, donde el Gobierno se esfuerza pacientemente desde hace meses, sin gran est¨ªmulo de Londres, por encontrar el camino de la conciliaci¨®n.Es cierta la provocaci¨®n en la decisi¨®n del Sinn Fein de hacer hablar en p¨²blico a un hombre deportado de Irlanda del Norte y buscado por la ayuda material que se le supone ha prestado al movimiento republicano armado. Pero a la polic¨ªa irlandesa le perjudicar¨¢ explicar qu¨¦ falta hac¨ªa disparar contra una muchedumbre desarmada para llevar a cabo una detenci¨®n. Las balas de pl¨¢stico matan. La muerte de un joven de Belfast viene a recordar, despu¨¦s de muchas otras, la de muchos ni?os irlandeses.

La comunidad cat¨®lica celebra el martes en Belfast el decimoquinto aniversario de la intervenci¨®n de las tropas brit¨¢nicas en Irlanda del Norte, a la que sigui¨®, meses m¨¢s tarde, la instauraci¨®n del gobierno directo, es decir, la administraci¨®n directa de la provincia por Londres. A buen seguro que durante la conmemoraci¨®n, en la que se complace el Ulster, pasar¨¢ en silencio el hecho de que los soldados brit¨¢nicos vinieron en principio para proteger a la comunidad cat¨®lica de los ataques de los grupos protestantes armados. Tambi¨¦n pasar¨¢ en silencio la responsabilidad de los cat¨®licos en el fracaso de los intentos hechos por Londres, al menos por ciertos ministros, de conceder a la provincia cierto grado de autonom¨ªa. (...)

, 14 de agosto