Gunilla von Bismarck
Aristócrata y animador a de fiestas nocturnas de la 'jet-set' marbellí
Dice tener 34 a?os y es bisnieta del príncipe Otto von Bismarck, el hombre que logró la unidad de Alemania y que pasó a la historia como el Canciller de Hierro. Gunilla von Bismarck no se dedica a la política, aunque se define conservadora, muy en la línea de la democracia cristiana alemana, sino a animar, junto a los famosos de la llamada jet-set, las fiestas nocturnas de Marbella, donde reside todo el a?o. Es licenciada en Ciencias Políticas e Historia por la Universidad de la Sorbona, de París, y está casada con el espa?ol Luis Ortiz, gestor de negocios en la Costa del Sol.
Gunilla es una mujer alta y de cabellos rubios, una princesa nibelunga hija de un diplomático germano y hermana de un dirigente regional de la CDU, partido democristiano de la República Federal de Alemania, que desde ni?a conoce la Costa del Sol, donde sus padres adquirieron unos terrenos en la década de los cincuenta. Hoy Gunilla es imprescindible en la Marbella de noche, en esas fiestas de madrugada objetivo de los fotógrafos de la prensa del corazón, amalgama de famosos, entre príncipes centroeuropeos y jeques árabes, actores de Hollywood y aristócratas espa?oles, cantantes de moda y hombres de negocios de todo el mundo.No hay una fiesta a la que no inviten a Gunilla, que acude a ellas porque "quiero a Marbella". La Bismarck tiene su propio concepto de Marbella y piensa que con su presencia en las fiestas, a las que contribuye llevandoa sus amigos de la jet-set, mantiene el nombre de la ciudad en el candelero. "Me gustan, me divierten las fiestas; soy una mujer de la noche...".
Gunilla hizo sus estudios de bachillerato en un internado mixto situado en las afueras de Estocolmo, el mismo colegio en el que estudió el actual primer ministro sueco, Olof Palme. Entre sus compa?eros de clase figuraba el actual rey Carlos Gustavo, con el que mantiene una excelente amistad y con el que se cartea con frecuencia, hasta el punto de que su esposa, la reina Silvia de Suecia, fue madrina de su segundo hijo.
Las distintas residencias alemanas de los Bismarck, entre ellas el castillo de Schleswig-Holstein, han sido el principal punto de encuentro de Gunilla con muchos de sus amigos, que tiene repartidos por el mundo. Al rey Juan Carlos lo conoció precisamente en uno de sus castillos cuando aún era príncipe y participaba en unas regatas en Kiel, y a la Reina, ya en Espa?a, con motivo, del bautizo de un hijo del conde de Schomburg, emparentado con do?a Sofia. Gunilla sigue la política espa?ola porque reside aquí, aunque conoce a muy pocos gobernantes socialistas. Se muestra reacia, por su condición de súbdita, extranjera, a dar su opinión sobre los actuales dirigentes políticos espa?oles, pero dice que le parece que Felipe González está haciendo un "buen trabajo". Sobre Miguel Boyer indica que es "muy difícil" hacer una valoración, y sobre Alfonso Guerra es más concisa: "Sin comentarios". La Bismarck no está afiliada a ningún partido alemán, aunque se muestra partidaria del canciller democristiano Helmut Kohl, y dice que si quisiera entrar en la CDU en segundos la admitirían. Es consciente de poseer un apellido influyente en la República Federal de Alemania, y dice que sus mejores amigas son Marisa de Borbón, la duquesa de Sevilla e Isabel Preysler.
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