Francisco Ayala predice el agotamiento de la novela como g¨¦nero hist¨®rico
ENVIADA ESPECIALFrancisco Ayala, ¨²ltimo premio nacional de Literatura, ha venido a la Universidad Internacional de Santander para hablar del problema de la novela actual y ha sido implacable: "La novela como g¨¦nero hist¨®rico est¨¢ agotado". Con el prop¨®sito de no resultar tan apocal¨ªptico, el soci¨®logo Rom¨¢n Gubern, que ha venido a hablar de cine en el seminario dirigido por Guillermo Cabrera Infante y Vicente Molina Foix, opina que "la novela no va a morir, pero s¨ª est¨¢ destinada a ocupar un lugar Secundario". El poeta Jaime Gil de Biedma, que tambi¨¦n est¨¢ presente en el palacio de la Magdalena, dice a este respecto que no le interesa en absoluto el futuro de la novela ni de la poes¨ªa. En lo que s¨ª est¨¢n plenamente de acuerdo los tres es en afirmar que la gente lee lo que la industria editorial quiere que lea.
"Que un libro sea un best seller no depende de la calidad o la maldad de la obra; depende exclusivamente de la editorial, que es capaz de meter una obra por la boca a todo el mundo", dice Gil de Biedma, autor de Las personas del verbo, obra antol¨®gica de todos sus poemas. En este punto Francisco Ayala fue m¨¢s all¨¢ de la teor¨ªa. Preguntado en el coloquio posterior a su conferencia sobre el llamado boom de la literatura latinoamericana, contest¨® que ¨¦ste es "una operaci¨®n comercial en la que ha habido buenos escritores que no han entrado. Ni son todos los que est¨¢n ni est¨¢n todos los que son". Previamente, Ayala, autor de Tragicomedia de un hombre sin esp¨ªritu, La cabeza del cordero, El fondo del vaso y Los usurpadores, y premio nacional con el segundo tomo de sus memorias, Recuerdos olvidos, anunci¨® que y nunca m¨¢s escribir¨¢ una novela. "Mis materiales de ahora pretenden ser elaborados en un sentido literario, no narrativo. Prefiero escribir lo subjetivo, porque no tengo ese af¨¢n de objetivar que es sustancial a la novela. Adem¨¢s, no s¨¦ c¨®mo puedo hacer una novela nueva sin repetir las f¨®rmulas que ya he utilizado hasta ahora".
"La novela moderna, desde sus comienzos a partir de El Quijote hasta su m¨¢ximo auge en el siglo XIX, ha cumplido una funci¨®n social", dice el granadino Francisco Ayala. "Porque la novela ha sustituido a la Iglesia al servir de orientaci¨®n de las conductas humanas. Ahora no veo c¨®mo puede cumplir esa funci¨®n. Otras formas de expresi¨®n han tomado su lugar". Para Ayala todo est¨¢ en este momento "un poco a la deriva", porque quien hoy dirige y orienta a la gente es la televisi¨®n, y "la televisi¨®n se dirige a s¨ª misma".
Si Ayala ha decidido no seguir escribiendo novelas, Jaime Gil de Biedma est¨¢ dispuesto,
simplemente, a no escribir nunca m¨¢s. "Yo no creo en la funci¨®n social de la literatura. Quiz¨¢ sirva como entretenimiento o para una mayor comprensi¨®n de uno mismo, de la vida o de la consolaci¨®n de la vida. En cualquier caso", concluye, "escribir no es para m¨ª ni una necesidad ni un entretenimiento. Me cansa mucho. Por eso no escribo".
A pesar de las opiniones aqu¨ª manifestadas, la narrativa es un g¨¦nero en alza en la cultura espa?ola. "Quiz¨¢ porque siempre va retrasada, a remolque de lo que ocurre en otros pa¨ªses", dice Rom¨¢n Gubern, catedr¨¢tico de Historia y Teor¨ªa del Cine. Ayala piensa, adem¨¢s, que hay ahora muchos escritores que son "m¨¢s h¨¢biles, m¨¢s preparados, m¨¢s competentes", pero que son "las circunstancias hist¨®ricas y el progreso tecnol¨®gico los que hacen imposible su desarrollo".
"La lectura requiere concentraci¨®n, es un trabajo intelectual", dice Gubern, "mientras que una pel¨ªcula exige un proceso casi hipn¨®tico. El problema es que se ha ampliado enormemente la oferta de ocio -cine, lelevisi¨®n, discoteca, piscina- y la ley del m¨ªnimo esfuerzo empuja a la gente hacia una cultura m¨¢s liviana. Yo jam¨¢s recomendar¨ªa a mis alumnos que leyeran, por ejemplo, Guerra y paz, porque es un libro demasiado extenso. No hay tiempo, y no es casual que en Estados Unidos est¨¦ de moda la short-story".
La literatura y uno de sus g¨¦neros, la novela, seguir¨ªa estando, por tanto, llamada a ser un producto de consumo minoritario. Ayala se?alaba ayer la actual tendencia de los cr¨ªticos a utilizar una especia de "jerga secreta" que lejos de acercar la literatura al p¨²blico pretende llegar exclusivamente a un "peque?o grupo de iniciados". De la misma forma que, seg¨²n Ayala, "hay algunos escritores que s¨®lo escriben p1ra los cr¨ªticos y sus compa?eros".
Promocionar la literatura
"En este pa¨ªs siempre se ha le¨ªdo muy poco", dijo Rom¨¢n Gubern, "y yo creo que es porque la cultura ha estado considerada hasta hace pocos a?os como maldita. Cultura y progresismo caminan unidos, y aqu¨ª el progresismo ha sido el eterno derrotado. La llamada generaci¨®n del 27 fue en su momento uno de los movimientos culturales m¨¢s importantes del mundo. Sin embargo, es Francia la que destaca por esas fechas gracias a su poder de autopublicitar todo lo que hace. Yo no soy chovinista, pero es que no ha habido ning¨²n pa¨ªs europeo que haya tenido un siglo de oro como el nuestro. El problema ha sido aqu¨ª la mala imagen escol¨¢stica de los colegios. Cuando nos dec¨ªan que El Quijote o El Lazarillo eran libros estupendos, no acababas de cre¨¦rtelo, porque no confiabas en la fuente de informaci¨®n".Que se lea mucho o no un libro es algo que, seg¨²n Gil de Biedma y Francisco Ayala, no quiere decir nada respecto a su calidad. Aqu¨ª, en Santander, se est¨¢ realizando estos d¨ªas un seminario sobre la literatura medieval, literatura b¨¢sica de nuestras letras, que seg¨²n reconocen el director del curso, Francisco Rico, o el propio Ayala es casi una literatura secreta, desconocida. Para Ayala, a veces ha sido la tecnolog¨ªa, esa que seg¨²n el escritor Robbe-Grillet amenaza a la literatura, la que ha acercado aqu¨¦lla al p¨²blico. "La televisi¨®n o el cine han promocionado en multitud de ocasiones la lectura de libros", dice el escritor. "Una novela de Miguel de Unamuno como La t¨ªa Tula, que s¨®lo vendi¨® 3.000 ejemplares, pas¨® a los 400.000 despu¨¦s de emitirse por televisi¨®n una serie basada en aquel relato. Un fen¨®meno similar ocurri¨® con Los gozos y las sombras, de Gonzalo Torrente Ballester".
La imagen, sin embargo, seg¨²n Francisco Ayala, est¨¢ "re?ida con la imaginaci¨®n. Cuando una novela es adaptada a la televisi¨®n o el cine", dice, "deja de ser una novela y se convierte en otra cosa, que puede estar muy bien, pero que es distinta, porque una novela no es s¨®lo el argumento". La escasez de las tiradas de los libros espa?oles es un problema que, seg¨²n Rom¨¢n Gubern, se podr¨ªa paliar en cierto modo ayudando a los escritores a financiar las traducciones de sus libros. "Creo que el Ministerio de Cultura o alg¨²n organismo similar podr¨ªa plantearse. este tema, porque favorecer¨ªa mucho a los escritores espa?oles".
La difusi¨®n es, en cambio, algo que tampoco preocupa a Jaime Gil de Biedma. "Antes de empezara escribir ya s¨¦ que un libro m¨ªo de poemas no va a tirar 300.000 ejemplares; como tampoco me he planteado nunca vivir de la literatura, porque s¨¦ que es imposible".
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