El escritor Truman Capote, que acostumbraba a tomar tranquilizantes, muri¨® muentras dorm¨ªa
Joanne Carson se dispon¨ªa a despertarle para invitarle a tomar un ba?o en la piscina. La polic¨ªa dijo que en la mesilla de noche hab¨ªa f¨¢rmacos, pero se desconoce si la muerte pudo producirse como consecuencia de una sobredosis de droga.Capote, que el pr¨®ximo mes de septiembre cumplir¨ªa 60 a?os, so l¨ªa tomar grandes dosis de tranquilizantes, lo que en varias ocasiones le llev¨® a los hospitales para someterse a curas de desintoxicaci¨®n.
Joanne Carson hab¨ªa invitado a Capote a pasar unos d¨ªas en su casa del selecto barrio de Bel Air y estaba planeando celebrar una fiesta de cumplea?os, seg¨²n declar¨® a la polic¨ªa.Truman Streofkus Persons, verdadero nombre del escritor (v¨¦ase la segunda edici¨®n de EL PAIS de ayer), que adopt¨® el apellido de su padrastro, cubano, se declaraba abiertamente homosexual, padec¨ªa ataques epil¨¦pticos, abusaba del Valium y se confesaba alcoh¨®lico.
Capote resid¨ªa normalmente en Nueva York. "Es el ¨²nico lugar que conozco que 'sea aut¨¦nticamente una ciudad. Si quieres comprar un libro a las cuatro de la madrugada, lo puedes hacer", dijo en una entrevista reciente. Ten¨ªa casas en Long Island, cerca de Nueva York, Suiza y California, pero s¨®lo amaba la ciudad de los rascacielos.Vivir sin complejos
El escritor, que contrajo matrimonio con una miss Alabama y admiraba a Marilyn Monroe, ("la bondad es Marilyn", lleg¨® a afirmar en una ocasi¨®n) contestaba a los periodistas cuando le preguntaban sobre sus amaneramientos: "S¨ª, soy homosexual. ?Y qu¨¦? Hay tantos que lo son...La vida es dura, muy dura, y si vamos a vivirla con traumas y complejos...". "Nunca trat¨¦ de ocultar el hecho de que soy homosexual. ?Par qu¨¦ iba a hacerlo? M¨ªreme, soy el prototipo del homosexual. Soy homosexual y, aunque no estoy orgulloso de ello, tampoco me averg¨¹enzo".
Nacido en Nueva Orleans el 30 de septiembre de 1924, Truman Capote idolatraba a su padrastro, el industrial cubano Jos¨¦ Garc¨ªa Capote, que se pas¨® con su madre cuando el futuro escritor contaba cuatro a?os.
A los 17 a?os finaliz¨® los estudios y comenz¨® a ejercer su verdadera vocaci¨®n, la literatura. Public¨® su primera obra a los 20 a?os, un cuento titulado Miriam (1944), y obtuvo el Premio O. Henry Memorial en los a?os 1946, 1948 y 1951.
Pero cuando logr¨® la fama fue en 1948, con la publicaci¨®n de Otras voces, otros ¨¢mbitos, novela a la que la cr¨ªtica no recibi¨® del todo bien. Esta obra fue escrita a lo largo de seis a?os, despu¨¦s de "vagar por las llanuras de Kansas y a punto de volverme loco.
En 1964 aparece Desayuno en Tiffany's, con la que obtuvo un re sonante ¨¦xito y que fue llevada al cine. Un a?o m¨¢s tarde public¨® A sangre fr¨ªa, considerada su obra maestra, que narra la historia de dos condenados a Muerte. Con ella logr¨® m¨¢s de seis millones de d¨®lares.
Otros t¨ªtulos suyos son: Answered players, Three of night, Local color, The grass Harp..., que han sido traducidas a numerosos idiomas y s¨®lo en Estados Unidos alcanzaron m¨¢s de 15 millones de ejemplares.
"Quedan tres o cuatro escritores de mi generaci¨®n con vida en una carrera que siento voy a ganar", dec¨ªa con soberbia en una entrevista, al autoconsiderarse el mejor entre los mejores.
Al enjuiciar a sus compa?eros de profesi¨®n, Capote no se mord¨ªa nunca la lengua. As¨ª, de Norman Mailer opinaba que "nunca fue buen novelista. Es un buen cr¨ªtico literario, aunque tiene algunas est¨²pidas ideas". Con todo, el peor parado en sus juicios fue Hemingway al que odiaba como persona y como escritor. "Le odio todo entero. Era una enga?ifa. Un tipo absolutamente embebido en la idea del machismo, del supermachismo".Sagaz
En tiempos declar¨® que "la mafia literaria jud¨ªa" controlaba el mundo del libro, si bien reconoc¨ªa que ¨²ltimamente las cosas hab¨ªan cambiado.
Su sagacidad y crudo sentido del humor quedaron patentes en las numerosas entrevistas que se se realizaron. As¨ª, al referirse a su costumbre de escribir los textos a mano, dec¨ªa: "cuando env¨ªo el manuscrito al editor estoy seguro de cada palabra. Las palabras me han salvado siempre de la tristeza".
Respecto a las insinuaciones de que su obra estaba dedicada a la clase alta, contest¨®: "No, no soy el escritor de los ricos de Nueva York. Mi libro A sangre fr¨ªa ha vendido ocho millones de ejemplares, y no creo que haya tantos ricos en Nueva York. Y si los hay, son demasiado bastos para gozar con esta literatura".
Su conocida adicci¨®n al alcohol la defend¨ªa diciendo que "todos los escritores, grandes o peque?os, son bebedores compulsivos, porque empiezan sus d¨ªas totalmente en blanco, sin nada". De todas formas, la publicidad que se daba a sus poco ejemplares h¨¢bitos no le preocupaba. "Si tuviera que prestar atenci¨®n a todo lo que se ha escrito sobre m¨ª, en ese caso me habr¨ªa tirado por la ventana tras la aparici¨®n de mi primer libro".
Pero si hac¨ªa gala de una gran mordacidad al referirse a los dem¨¢s, no era menos generoso cuando se refer¨ªa a ¨¦l mismo. Sobre su escasa estatura dijo en una entrevista que "tengo el tama?o de un rev¨®lver y soy igual de ruidoso".
Babelia
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