El pr¨®ximo Festival de Oto?o de Madrid plantea la conveniencia del fomento estatal de la cultura
El certamen comienza el 19 de septiembre, con 150 millones de presupuesto
El Festival de Oto?o de Madrid es, hasta ahora, el ¨²ltimo eslab¨®n de una cadena de fomento de la cultura desde la iniciativa p¨²blica: festivales de toda ¨ªndole, universidades de verano, jornadas y mesas redondas. Cr¨ªticos de estas iniciativas consideran que no acaba de verse la vocaci¨®n limpiamente cultural de estas. Tras la luz de los espect¨¢culos p¨²blicos se oscurecen peque?as intenciones privadas y tras el deslumbr¨®n salta la duda de si tanto aparato cultural no busca mas que la rentabilidad pol¨ªtica. ?Por qu¨¦ si no ese af¨¢n porque los actos salgan en los medios de difusi¨®n?
Un presupuesto de 150 millones de pesetas costar¨¢ el Festival de Oto?o de Madrid, que se celebrar¨¢ entre el pr¨®ximo 19 de septiembre y el 30 de octubre. Organizado por la Comunidad de Madrid -un 30% de la financiaci¨®n corre a cargo de un banco, unos grandes almacenes, el Ayuntamiento de Madrid, la Direcci¨®n General de Bellas Artes y otros organismos-, ¨¦sta espera recaudar cerca de un 30% de los costes con las recaudaciones de taquilla, con entradas que van desde las 3.000 hasta las 100 pesetas.El Festival de Oto?o de Madrid nace con la pretensi¨®n de ser una celebraci¨®n cultural de car¨¢cter anual, uno de cuyos secretos prop¨®sitos es que no sea necesario acudir este a?o al Festival de Oto?o de Par¨ªs. Figuras de la talla de Leonard Bernstein -que viene por primera vez a Espa?a- y Jos¨¦ Carreras; la Orquesta.y Coro Monteverdi, de Hamburgo, y varias otras formaciones; m¨²sica de jazz, teatro y danza, componen un plantel que ocupar¨¢ las carteleras madrile?as de la capital y la provincia durante 45 d¨ªas.
Ant¨®n Garc¨ªa Abril, compositor, valora el Festival de Oto?o como "una gran idea que debemos recibir con aplauso". Para Garc¨ªa Abril, la programaci¨®n "es ambiciosa. Creo que en ella se da cabida a estilos, g¨¦neros y conceptos art¨ªsticos variados, atendiendo as¨ª a Ia demanda de una sociedad m¨²ltiple". El hecho de que se den cita en los 45 d¨ªas del festival ciclos de cultura antigua, int¨¦rpretes y orquestas sinf¨®nicas de relieve, grupos de c¨¢mara, teatro, danza y parcelas populares, como la dedicada a bandas de m¨²sica o la presentaci¨®n de una marat¨®n para j¨®venes pianistas, le parece a Garc¨ªa Abril "muy positivo", aunque, desde "su visi¨®n de compositor", echa en falta "una presencia m¨¢s activa de la m¨²sica de los compositores espa?oles del siglo XX".
El deseo de que el festival no se limite a un "aluvi¨®n de cosas im portantes" le hace a Garc¨ªa Abril llamar la atenci¨®n sobre la "zona de sequ¨ªa que habr¨ªa que fertilizar el resto del a?o. Hay que fomentar una actividad diaria que enriquezca la m¨²sica en general".
"Todo lo que sea oferta cultural es dif¨ªcil que llegue a la saturaci¨®n, sobre todo despu¨¦s del erial en el que nos encontr¨¢bamos", manifiesta Jos¨¦ Luis Garc¨ªa Alonso, consejero de Cultura de la Comunidad de Madrid, para quien "es obligaci¨®n de la Administraci¨®n este fomento de la cultura". No cree que se est¨¦ produciendo - un incremento del dirigismo cultural. "La oferta privada sigue existiendo. Lo que antes hab¨ªa era una carencia de la oferta p¨²blica, que se est¨¢ tratando de cubrir".
El consejero de Cultura considera que "la cultura siempre es pol¨ªticamente rentable, porque contribuye a formar criterios de libertad", pero matiza que "nunca bajo un prisma de rentabilidad pol¨ªtica de car¨¢cter partidista", y, diferencia la buena pol¨ªtica cultural de la pol¨ªtica cultural negativa, en la que se "tiende a manipular, se utiliza al margen del beneficio cultural del pa¨ªs".
Advierte Garc¨ªa Alonso que "este festival no es m¨¢s que una pieza dentro del engranaje. No debe ser contemplado de forma aislada, sino dentro del contexto de una pol¨ªtica cultural. La labor de la Administraci¨®n es limpiar los cauces, facilitar la llegada de la cultura", dice.
Rentabilidad pol¨ªtica
El fil¨®sofo Jos¨¦ Luis Aranguren no cree que el actual Gobierno socialista est¨¦ buscando la rentabilidad pol¨ªtica a trav¨¦s de la cultura, sino que "trata de compensar una pol¨ªtica que es muy poco de izquierdas con unas actividades de car¨¢cter cultural en un terreno en el que se siente libre". El profesor de ¨¦tica apunta que, al Gobierno "le resulta m¨¢s f¨¢cil enfrentarse a la Iglesia que a EE UU o a la URSS".Aranguren entiende este apoyo a la cultura m¨¢s como "coartada que como dirigismo". Y como prueba de la capacidad de la iniciativa privada apunta los casos de las universidades del Atl¨¢ntico y del Mediterr¨¢neo, "dos iniciativas privadas disparatadas" que imitan a las otras universidades de verano. Para Aranguren, ¨¦sta ser¨ªa la prueba de que no se piensa mal, de que las universidades que cuentan con apoyo estatal no son iniciativas tan negativas, ya que se imitan.
Al cantante Joan Manuel Serrat, en recientes declaraciones, le parec¨ªa que la actuaci¨®n de ayuntamientos y diputaciones ha mejorado las perspectivas de trabajo de los m¨²sicos y cantantes, "porque han puesto al servicio de la canci¨®n unos espacios amplios en los que se puede cantar y que abaratan el precio de las entradas". Pero a Serrat le parece "lamentable que no exista una infraestructura de locales adecuados organizados por el Estado. Ya es hora de que se cree una infraestructura que permita cantar en buenas condiciones en todo el mundo, en lugar degastarse el dinero en grandes festivales, que pasan y no dejan nada detr¨¢s".
El caso de la Comunidad Aut¨®noma de Galicia es quiz¨¢ at¨ªpico. Gobernada por una mayor¨ªa de Alianza Popular, Luis ?lvarez Pousa, el director general de Cultura de la Xunta, asegura no estar fomentando "ning¨²n tipo de dirigismo cultural. Se trata de crear un campo de juego en el que confluyan todas las direcciones culturales y creativas de Galicia". Apunta que la creaci¨®n de una infraestructura cultural ocupa buena parte de los presupuestos. Alvarez Pousa, periodista adscrito a sectores progresistas, acept¨® la propuesta de Alianza Popular y ahora afirma que "estamos dando un ejemplo de democracia en la tarea de reconstruir la cultura de un pa¨ªs por encima de intereses partidarios. Galicia est¨¢ en inferioridad respecto a otras comunidades", por lo que "estar¨ªa justificada la inversi¨®n p¨²blica en cultura, frente a otras autonom¨ªas que "comparten la cultura del Estado, que es la castellana".
"La iniciativa p¨²blica", precisa ?lvarez Pousa, "es absolutamente necesaria en Galicia, en un momento en que partimos casi de cero. Tenemos que salir de la imagen de cultura de pandereta que hasta ahora hab¨ªa venido promoviendo la Administraci¨®n central".
"La relaci¨®n entre la libertad. art¨ªltica y el Estado, cuyas ayudas son necesarias cada vez m¨¢s para hacer algo" no es, para el escritor Alfonso Sastre, "un tema cualitativamente distinto al de la relaci¨®n de cualquier ciudadano, de su presunta libertad, con la Administraci¨®n del Estado o, en su caso, la administraci¨®n de las comunidades llamadas aut¨®nomas".
Estado y libertad
Sastre cree que "hay un conflicto muy serio ah¨ª, de car¨¢cter filos¨®fico, y que no se puede destacar diciendo, por ejemplo, que el Estado democr¨¢tico burgu¨¦s es el reino de la libertad, frente a las opresiones que sufre el individuo en los pa¨ªses del socialismo real, y cosas parecidas. Personalmente, pienso, aunque est¨¦ mal el decirlo, que encuentro mucha m¨¢s libertad real en pa¨ªses como la Cuba socialista que en muchos de los pa¨ªses que se consideran pertenecientes a lo que en otros tiempos se denomin¨® mundo libre".A?ade Sastre que "los escritores literarios, y los artistas en general, estamos situados, si es que estamos situados en alguna parte, en el sector social que se llama de los servicios, y nos vemos afectados, eso s¨ª, por el menosprecio con que este tipo que parece innecesario de servicios (el teatro, el cine, la literatura, el arte ... ) es considerado desde el poder, pero no s¨®lo desde el poder, cuidado: tambi¨¦n desde la oposici¨®n pol¨ªtica al poder, por muy revolucionaria que en ocasiones se diga... Marginados, etc¨¦tera. No insistamos en eso. Pero ?qu¨¦ hacer? ?Encastillarnos en la presunta libertad de la marginaci¨®n? Nunca he estado por esa opci¨®n".
Babelia
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