lan Gibson
El hispanista irland¨¦s estudioso de Garc¨ªa Lorca ha conseguido la nacionalidad espa?ola
El estudio del castellano le Lev¨® a Garc¨ªa Lorca, y Garc¨ªa Lorca le cautiv¨® de tal manera que ha terminado por quedarse a vivir en Espa?a. Ian Gibson, dublin¨¦s, es ciudadano espa?ol desde el ¨²ltimo Consejo de Ministros, que decidi¨® tener en cuenta sus siete a?os de permanencia ininterrumpida en Espa?a y sus trabajos de investigaci¨®n en la historia reciente. Para celebrarlo abri¨® un par de botellas de buen vino blanco del Duero y se fue a Ronda a participar en la clausura de un seminario sobre los viajeros rom¨¢nticos organizado por la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo.
lan Gibson naci¨® en Dubl¨ªn poco despu¨¦s de que terminara la guerra espa?ola, que tanto ha estudiado luego. Concretamente, el 21 de abril de 1939. Hijo de una familia de buena posici¨®n, confiesa que era muy t¨ªmido cuando ni?o y adolescente. Estudi¨® filolog¨ªa francesa y espa?ola, y en el espa?ol encontr¨® una curiosa terapia de autoafirmaci¨®n: "El espa?ol me gust¨® en seguida, m¨¢s que el. franc¨¦s, porque esos sonidos fuertes me permit¨ªan sentir una seguridad ea m¨ª mismo cuando hablaba en este idioma, que de otra forma no ten¨ªa".Ya hab¨ªa pasado de ser estudiante a profesor cuando vino a Espa?a para hacer una tesis doctoral sobre Federico Garc¨ªa Lorca. Era el a?o 1965, y entonces, tras la obra de Lorca, comenz¨® a vislumbrar el personaje, "Me hablaron de Lorca, de la guerra, de su muerte, y decid¨ª que ten¨ªa el deber de investigarlo, de recoger informaci¨®n". Desde entonces na ha parado, a pesar de las dificultades: "La locuacidad del espa?ol me ha creado problemas. De los mismos hechos he recogido versiones contradictorias, y a veces es dif¨ªcil saber cu¨¢l es la verdad y, qui¨¦n te quiere confundir o simplemente deforma las cosas por obra de su propia fantas¨ªa. Y es una tarea que no se termina nunca. Ahora mismo voy a Granada porque me han hablado de una persona que asisti¨® a los ¨²ltimos minutos de Lorca, y que yo no conoc¨ªa".
Lorca es en realidad lo ¨²nico que le interesa, la obra de su vida. Ahora prepara el segundo tomo de la biograf¨ªa del poeta: "Tengo que confesar que los dem¨¢s libros los he escrito para ganar dinero y sin el tiempo necesario para prese ritar un producto realmente bueno. Y en cualquier caso, ni Calvo Sotelo, ni Jos¨¦ Antonio, ni Carrillo, sen figuras que me fascinen como la de Federico". De su ¨²ltimo libro sobre Paracuellos sac¨® una fuerte decepci¨®n: "Me entristeci¨® c¨®mo la izquierda, fundamentalmente los comunistas, me han cerrado cualquier informaci¨®n, incluso me han criticado por intentar esta investigaci¨®n despu¨¦s de haber hecho otras de signo contrario. No obstante, hay aportaciones en el libro que lo hacen v¨¢lido. Pero me ha dolido ese deseo de ocultaci¨®n que he encontrado".
Ahora que es espa?ol se siente especialmente c¨®modo entre nosotros. No renunciar¨¢ a la nacionalidad irlandesa y podr¨¢ inscribirse en la, Sociedad de Autores, posa que, hasta ahora, no pod¨ªa hacer, por ser extranjero. Y podr¨¢ militar por fin. Quiz¨¢ lo haga en pol¨ªtica, y quiz¨¢ la suya sea una aparici¨®n en el campo de los verdes, al que puede llevarle su afici¨®n por la ornitolog¨ªa. Una afici¨®n muy brit¨¢nica. Pero no todo lo brit¨¢nico le gusta: "No soporto dos cosas del Reino Unido: el clima y la hora a la que cierran los bares. Una naci¨®n de 60 millones que se impone ese autocastigo es masoquista, y a m¨ª no me interesa". Vive con su mujer y sus dos hijos en Madrid, que es, junto con Dubl¨ªn, la ciudad que m¨¢s le gusta: "Son dos capitales lo bastante peque?as como para que la gente se conozca en ellas", y est¨¢ contento porque los tr¨¢mites han sido cortos: "Habl¨¦ con destacados miembros del partido socialista, y no sab¨ªan bien cu¨¢les eran, los pasos. Finalmente, decid¨ª escribirle una larga carta al ministro de Justicia, en la que. le expon¨ªa por qu¨¦ quer¨ªa ser espa?ol y cu¨¢les eran los argumentos en que apoyaba la petici¨®n. En dos meses se me ha dado".
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