Carta de una pacifista alemana a los ciudadanos espa?oles / y 2
Todo indica que al Gobierno Gonz¨¢lez no le interesa ya la salida de la OTAN, sino s¨®lo las dimensiones de la colaboraci¨®n en y con la OTAN. La pol¨ªtica de neutralidad espa?ola, que tuvo su m¨¢xima expresi¨®n en la asistencia a la reuni¨®n de pa¨ªses no alineados de La Habana, ?se encamina desgraciadamente a su final! Entre el Ej¨¦rcito espa?ol y el cuartel general de la Alianza hay ya un intercambio activo de informaci¨®n. Oficiales espa?oles hacen cursos de adaptaci¨®n a la OTAN, y los instrumentos de control de la defensa a¨¦rea espa?ola est¨¢n preparados para su conexi¨®n a las normas de la Alianza. Los altos jefes del Ej¨¦rcito aceptan la integraci¨®n. Con ello, el Gobierno espa?ol ha llegado all¨ª donde los miembros de la Alianza quer¨ªan llevarlo.Seg¨²n nuestros dirigentes pol¨ªticos, es impensable, sobre todo para Estados Unidos y la Rep¨²blica Federal de Alemania, que una potencia media europea se integre en el continente entrando en la CEE y no quiera tomar parte en la alianza defensiva. El Gobierno Gonz¨¢lez ha abandonado su ideolog¨ªa de no alineaci¨®n y se ha dejado presionar por la pretendida fuerza de los hechos. El mismo Gonz¨¢lez ha comenzado a aceptar la conexi¨®n, de la CEE con la OTAN y a utilizarla como un medio de presi¨®n frente a Bruselas. S¨¦ de los a?os de frustraci¨®n a causa de la siempre retrasada entrada en la CEE. Ahora se negocian las condiciones y se ha elaborado un calendario que prev¨¦ la conclusi¨®n de las negociaciones en el mes de septiembre, para que se pueda ratificar el ingreso en la CEE presumiblemente el 1 de enero de 1986. El Gobierno necesita a toda costa la baza de la CEE para poder hacer digerible al pueblo su cambio de rumbo en las cuestiones de defensa. Pero este procedimiento sigue siendo desleal. Las numerosas encuestas, que manifiestan el creciente escepticismo con que los espa?oles siguen considerando el tema de la OTAN, me llenan de optimismo. En 1975, poco antes de la muerte de Franco, el 57% de la poblaci¨®n se declaraba partidaria del ingreso en la OTAN. En 1983, el grupo de los partidarios claros se ha desplomado al 17%.
Volvamos a las deslealtades del Gobierno socialista, que, por un lado, est¨¢ dispuesto a mantener formalmente su promesa de refer¨¦ndum, pero que, por otro lado, quiere hacerlo de tal manera, que se responda s¨ª a la permanencia en la OTAN y de ese modo, ganarlo. La cuesti¨®n del grado de colaboraci¨®n con la OTAN, la estrategia gubernamental la deja lo m¨¢s abierta posible.
Se contemplan dos posibilidades. El ministro de Asuntos Exteriores, Mor¨¢n, desea la f¨®rmula de integraci¨®n m¨¢s d¨¦bil: mantenimiento de la situaci¨®n actual, en la que Espa?a se mantiene formalmente alejada de la mayor¨ªa de las comisiones militares -esto tropieza con la oposici¨®n de los miembros de la OTAN- La f¨®rmula francesa podr¨ªa servir como alternativa: Espa?a quedar¨ªa excluida s¨®lo de los puestos de mando de la OTAN. En el a?o de la OTAN el pueblo espa?ol va a ser objeto de un llamamiento sutil.
Me alegro mucho de las numerosas iniciativas de base y oicciones no violentas contrala OTAN y las bases norteamericanas en Espa?a. Las 50.000 personas que se manifestaron en febrero de este a?o contra la OTAN y las bases norteamericanas me han infundido esperanza. En vuestras pa ncartas hab¨ªais escrito con letrasgrandes: "Ganaremos el refer¨¦ndum". El domingo 3 de junio erais cientos de miles en Madrid. Habr¨¢ que oponerse mucho todav¨ªa hasta 1985, a?o probable del refer¨¦ndum. Antes tendr¨¢ que pasar el Gobierno por el ojo de la aguja de su propio partido. El congreso del partido tendr¨¢ lugar, como ya sabemos, en diciembre de 1984. Yo creo que todos nosotros tenemos que decir en el movimiento europeo por la paz y en el ecologista que Felipe Gonz¨¢lez no mantendr¨¢ una de sus promesas electorales m¨¢s importantes. Ser¨ªa una gran deslealtad que ¨¦l llevase a un pueblo a que acepte ahora definitivamente en el prometido refler¨¦ndum, la decisi¨®n de permanecer en la OTAN.
Ricos y pobresTenemos que referirnos tina y otra vez a que ¨¦l podr¨ªa presentar como contrapartida para el cambio de rumbo la baza de la entrada de Espa?a en la CELSi ¨¦l va a jugar esa baza, deber¨ªa mostrar tambi¨¦n los ejemplos de las regiones pobres en la CEE. Regiones como Irlanda del Norte y del Sur, como Sicilia, partes de Italia y B¨¦lgica, donde los hombres viven en una gran pobreza y a los que la CEE les ha aportado poco para la mejora de sus condiciones de vida y trabajo. La Comunidad es la Comunidad de los ricos y los fuertes, que explotan y oprimen continuamente a los d¨¦biles, sea en la pol¨ªtica agraria, en la regional o en la industrial.
Conocemos las cl¨¢usulas discriminatorias de la oferta de la CEE, seg¨²n las cuales en los primeros cuatro a?os, tras el ingreso de Espa?a, el suministro de frutas, verduras, vino y aceite de oliva espa?oles seguir¨¢ estando sometido a las limitaciones actuales por parte de los Estados miembros. Y ?qu¨¦ hay de los per¨ªodos transitorios para la libre circulaci¨®n de los trabajadores espa?oles emigrantes? ?Qu¨¦ de las regulaciones del pago del subsidio por hijos? A pesar de las cargas eventuales, los actuales pa¨ªses fuertes de la CEE se aprovechar¨¢n del ingreso de Espa?a. Se les abre un mercado adicional de 37 millones de consumidores en Europa. ?Se aprovechar¨¢ Espa?a de su entrada en la CEE?
Queremos una Espa?a neutral y no alineada, que se mantenga alejada de los puestos militares de observaci¨®n, y pueda as¨ª conservar y ampliar sus actuales buenas relaciones con el Tercer Mundo y los pa¨ªses de Latinoam¨¦rica. Es interesante observar con qu¨¦ inter¨¦s persiguen los miembros de la CEE .el ingreso de Espa?a: el 23 de junio de 1982, el presidente franc¨¦s, Frangois Mitterrand, respond¨ªa en Madrid a un brindis amistoso y esperanzado del rey Juan Carlos diciendo que la inmediata entrada de Espa?a en la CEE ser¨ªa una cat¨¢strofe para todos los integrantes de la misma (citado en el Frankfurter Rundschau del 1 de marzo de 1984). Parec¨ªa que apenas quedaban esperanzas. Mitterrand hab¨ªa puesto de manifiesto lo peligrosa que podr¨ªa ser la producci¨®n espa?ola de frutas, verduras, vino y aceite de oliva para la agricultura firancesa. Todo esto parece que ya se ha olvidado.
La publicaci¨®n de la documentaci¨®n sobre la OTAN por parte del Ministerio de Defensa de Madrid coincide en el tiempo con la declaraci¨®n de adhesi¨®n del presidente franc¨¦s, Mitterrand, al ingreso de Espa?a en la CEE (Die Welt, 9 de febrero de 1984). El Gobierno de Par¨ªs garantiza su ayuda pr¨¢ctica a los espa?oles en su lucha contra el terrorismo de ETA en el Pa¨ªs Vasco, desde finales del ¨²ltimo a?o. Francia parece esperar ahora contraprestaciones por ambas cosas: la promesa de ingreso en la CEE y la lucha contra el terrorismo. Los franceses esperan vender a las fuerzas armadas espa?olas, en un paquete de armamento de miles de millones, sus tanques AMX40, el helic¨®ptero Puma y los misiles antia¨¦reos Roland. Ya sabemos cu¨¢les son los intereses de todo el negocio europeo.
La base de Torrej¨®n
He seguido tambi¨¦n las protestas en la capital de Espa?a contra la base a¨¦rea de Torrej¨®n de Ardoz. El gigantesco punto de apoyo de la aviaci¨®n norteamericana que es Torrej¨®n parece servir tambi¨¦n a Estados Unidos como almac¨¦n provisional de armas at¨®micas, biol¨®gicas y qu¨ªmicas.
El Gobierno regional de Madrid ha pedido -casi un a?o despu¨¦s de la renovaci¨®n del Tratado Hispano-Norteamericano- que Estados Unidos traslade a otro lugar este enorme punto de apoyo militar. ?Se ha hecho algo, o se han limitad¨® a cambiar de mano las cartas de petici¨®n? Y ?qu¨¦ hay de las disputas ib¨¦ricas? Cuando Espa?a ingres¨® en la OTAN, hace dos a?os, los portugueses, miembros desde su fundaci¨®n, expresaron sus preocupaciones en voz alta: Lisboa se opone decididamente al mando conjunto en la OTAN o a la presencia de tropas espa?olas en suelo portugu¨¦s. Sin embargo, Madrid lo neg¨®: si acaso, estamos interesados en un mando conjunto sobre la zona del Estrecho de Gibraltar, y esto no afecta a Lisboa. En mi pa¨ªs hemos le¨ªdo tambi¨¦n sobre estas disputas ib¨¦ricas. Y siempre o¨ªmos de las buenas relaciones entre Lisboa y Washington y de un futuro estacionamiento de armas nucleares en Portugal (Die Welt, 10 de noviembre de 1983). Se habla tambi¨¦n de construir una base de apoyo de la OTAN en la isla de Santo Porto, en el archipi¨¦lago de Madeira. La regi¨®n que rodea a Espa?a y Portugal se militariza cada vez m¨¢s.
Felipe Gonz¨¢lez habla de realidades pol¨ªticas, econ¨®micas, tecnol¨®gicag y militares que ¨¦l tiene que tener en cuenta. ?l opina ahora lo mismo que en otra ocasi¨®n dijo Willy Brandt, en Bonn, en octubre de 1983: "Los bloques pueden ser indeseables, pero est¨¢n ah¨ª" (Die Welt, 13 de diciembre de 1983). Los Gobiernos siguen creyendo que la vieja Europa de las multinacionales, de los cultivos extensivos, de las industrias qu¨ªmicas y at¨®micas y la OTAN tienen a¨²n futuro. Nosotros tenemos que dejar claro, unidos, que ni la vieja Europa de las barreras aduaneras, de la explotaci¨®n de los pa¨ªses del Tercer Mundo y de la pol¨ªtica industrial, ni la OTAN tienen futuro entre nosotros. Nuestro futuro com¨²n es una Europa de regiones aut¨®nomas, descentralizadas y no nucleares, que acepte los desaf¨ªos ecol¨®gicos de nuestra ¨¦poca. Os deseo a todos mucho ¨¦xito en vuestras futuras campa?as anti-OTAN y en la construcci¨®n de una Espa?a neutral y no alineada.
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