Chile: el gran acuerdo nacional
Los d¨ªas 4 y 5 de septiembre Chile vivi¨® otra jornada de protesta, la d¨¦cima, dirigida a demostrar a la dictadura el repudio mayoritario de la ciudadan¨ªa a un r¨¦gimen y a un gobernante que han fracasado rotundamente en su gesti¨®n, su miendo al pa¨ªs, no s¨®lo en la peor situaci¨®n econ¨®mica y social jam¨¢s vivida, sino en una quiebra de las expectativas naturales de los, chilenos de acceder a la libertad, a la democracia y a la dignidad. El 11 de septiembre se cumplieron 11 a?os de dictadura, y la crisis que padece Chile no se sostiene ni en el papel: 30% de paro; 20.000 millones de d¨®lares de endeudamiento, el mayor per c¨¢pita del mundo; ca¨ªda espectacular del ahorro in terno y d¨¦ la inversi¨®n; la m¨¢s b¨¢rbara concentraci¨®n de la riqueza hecha a costa de la permanente reducci¨®n de las remuneraciones reales de los trabajadores y de la miseria de las grandes mayor¨ªas nacionales. No obstante, Pinochet sigue creyendo que ser¨¢ recordado en el futuro como "un hombre que luch¨® contra el comunismo e hizo mucho por el bien de su patria". ?Vaya, qu¨¦ recuerdo es el que espera que tengamos de ¨¦l! El hombre que tom¨® el poder por la fuerza, que implant¨® una dictadura y que us¨® facultades que ¨¦l mismo se atribuy¨® para proceder en forma absolutista y sin t¨¦rmino, violando la Constituci¨®n de su pa¨ªs. El hombre que ha estado siempre unido a acciones despiadadas y a los cien tos de desaparecidos, miles de exiliados, incontables torturados, arrestados y perseguidos, hoy de sea ser recordado como un hombre de bien. ?Claro que ser¨¢ recordado!, pero por la DINA y la CNI y por haber pisoteado las tradiciones nacionales, por su terquedad y por su empe?o en dividir la familia chilena, erigiendo el dilema absurdo de "Pinochet o el comunismo", basado en su simplista esquema de "lo blanco es blanco y lo negro es negro". Ser¨¢ este recuerdo el que seguir¨¢ fortaleciendo a la oposici¨®n a su r¨¦gimen, por muchos a?os perseguida y silenciada, y que logr¨® en 1983. -luego de tenaces y per¨ªstentes luchas en todos los ¨¢mbitos del pa¨ªs- un espacio pol¨ªtico y un cierto acceso a los medios de comunicaci¨®n, controlados directa o indirectamente por el Gobierno. Usando de ese espacio y canalizando la movilizaci¨®n sociall gestada en la base por los firentes sociales de pobladores, trabajadores, estudiantes y profesionales, esta oposici¨®n gener¨® sucesivos actos de repudio a la dictadura bajo diversas formas de expresi¨®n, como huelgas, paros parciales, manifestaciones p¨²blicas y actos masivos.Rechazo a la dictaduira
Progresivamente se h a ido demostrando cada vez m¨¢s el rechazo del pa¨ªs hacia la dictadvira con una porticipaci¨®n creciente y activa de la ciudadan¨ªa dondequiera que se poduc¨ªa la oportunidad para denunciar al Gobierno o para crear conciencia de la situa ci¨®n, en las universidades, los sindicatos y en la calle misma. El deterioro del r¨¦gimen es cada vez, tambi¨¦n, m¨¢s ostensible. Sectores gremiales y pol¨ªticos de derecha que originariamente apoyaron y participaron en las resporisabilidades de la dictadura se han alejado de ¨¦sta hacia posiciones cr¨ªticas o francamente de oposici¨®n. Pol¨ªtica y socialmente, Pinochet est¨¢ cada vez m¨¢s solo. Sin embargo, y dadas las peculiares caracter¨ªsticas del dictador, esto no le.mueve hacia posturas m¨¢s flexibles y realistas. Por el contrario, le hace persistir e intensificar la represi¨®n, el ataque cotidiano a los opositores, la invariabilidad de su calendario constitucional, y sentirse llamado por la Providencia a salvar a Chil¨¦con sus poderes de exorcista del demonio comunista.
La movilizaci¨®n social y pol¨ªtica del pa¨ªs para el t¨¦rmino de la dictadura ha tenido un alto coste en muertes, torturas, exilios, relegaciones, y lo seguir¨¢ teniendo en la medida en que el r¨¦gimen Siga endureciendo sus posturas.
La movilizaci¨®n pol¨ªtica y social del pueblo continuar¨¢ minando la soberbia represiva del r¨¦gimen, porque ahora hay- una alternativa concreta, realista y pr¨¢ctica, capaz de conducir al pa¨ªs a su destino de libertad.
Existe un camino en el qu. e todos los chilenos podemos reencontramos.La Alianza Democr¨¢tica lo ha propuesto al pa¨ªs bajo el t¨ªtulo de un gran acuerdo nacional que sirva de base material a la futura democracia que esperamos para Chile. ?En qu¨¦ consiste este acuerdo? En primer lugar, consiste en un consenso urgente e inmelato en tomo a la reactivaci¨®n de la econom¨ªa para reducir el desempleo y la subutilizaci¨®n de la capacidad productiva actualmente ociosa. En segundo lugar, es un consenso que aspira a un desarrollo m¨¢s acelerado y persistente, a una mayor equidad distributiva y a una mayor autonom¨ªa nacional. Ambos consensos se apoyan en los principios que asignan al trabajo humano el papel central y fundamental de la econom¨ªa y de la sociedad futura, y donde la creatividad y el esfuerzo nacional constituyen los factores fundamentales del desarrollo. Asimismo se fundan en una base ¨¦tica que hace de la austeridad en los consumos privados y de la sobriedad en los gastos p¨²blicos. una de las condiciones principales para la unidad e integraci¨®n de la comunidad nacional. Y, en ¨²ltimo t¨¦rmino, dichos consensos se levantan sobre el principio de que la progresiva igualdad de oportunidades y la satisfacci¨®n asegurada de las necesidades sociales b¨¢sicas es la garant¨ªa de una democracia estable y de la convivencia en paz entre los chilenos.
La hora del consenso
Ha llegado, pues, la hora del consenso, y por fin parece haber claridad y generosidad suficientes para posponer intereses parciales. No es precisa demasiada lucidez para darse cuenta de que lo que ahora se necesita es una gran multipartidaria sin definiciones ideol¨®gicas y sin otro compromiso que la lucha por el retorno a la democracia mediante m¨¦todos pac¨ªficos. Un ejemplo palpable de estos aires de consenso ha sido la doble jornada de protesta nacional celebrada el 4 y 5 de septiembre, en que se han unido en, el hecho todos los sectores pol¨ªticos y sociales para repudiar al r¨¦gimen. Los chilenos ya lo sabemos: el primer paso es el consenso para acabar con la dictadura. El siguiente ser¨¢ un compromiso pol¨ªtico para la defensa del sistema democr¨¢tico de convivencia, que permita a cada partido formular su programa y presentar su opci¨®n de Gobiemo. Pero la tarea de hoy, prioritaria, es, reiteramos, que se vaya Pinochet.
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