70 artistas de todo el mundo rinden homenaje a Tint¨ªn y a su creador, Herg¨¦
La muestra sobre la obra y las fuentes de inspiraci¨®n del dibujante se inaugura el jueves
Dos a?os despu¨¦s de la muerte de su creador, Herg¨¦, y entre el fervor de sus admiradores y la protesta de sus cr¨ªticos, Tint¨ªn llega a Barcelona el jueves, con su perro Mil¨², su variopinta cohorte de allegados y enemigos de papel y su museo imaginario. Esta muestra, que la Fundaci¨®n Joan Mir¨® ha elegido para su primera actividad en torno al mundo del comic, rinde homenaje a Herg¨¦ como uno de los m¨¢ximos exponentes de la historieta dibujada en Europa.La exposici¨®n Tint¨ªn en Barcelona incluye todo el material de una muestra llamada Le mus¨¦e imaginaire, de Tintin, inaugurada en el Palais des Beaux Arts de Bruselas en junio d¨¦ 1979, cuando se cumpl¨ªan 50 a?os de la aparici¨®n del primer ¨¢lbum de Tint¨ªn. En el museo imaginario se agrupan los objetos reales -veh¨ªculos, objetos art¨ªsticos, utensilios, vestimentas, edificios, paisajes- en los que Herg¨¦ s¨¦ inspir¨®, al lado de las correspondientes vi?etas de los ¨¢lbumes que tienen por protagonista al peculiar aventurero.
Seis meses despu¨¦s de su primera exhibici¨®n en Bruselas, Le mus¨¦e imaginaire de Tintin se traslad¨® al Centro Belga de Par¨ªs, donde los objetos -procedentes, como los que se ver¨¢n en Barcelona, de museos y colecciones particulares belgas- fueron enriquecidos con piezas de museos parisinos. En la exposici¨®n barcelonesa, cuyo montaje ha estado a cargo de Jordi Bofill y Peret Torrent, se han a?adido a los objetos tra¨ªdos de B¨¦lgica otros, procedentes del Museo Etnol¨®gico de Barcelona, y adem¨¢s se requiri¨® la colaboraci¨®n de 70 dibujantes y pintores de todo el mundo -40 de ellos espa?oles- para que recreasen a su modo la figura de Tint¨ªn. En este variopinto muestrario de recreaciones hallamos de todo, desde aproximaciones punk o er¨®ticas a Tint¨ªn, hasta una h¨¢bil historieta llamada El secreto del tricornio en la que se cuentan los hechos del 23-F de 1981 con personajes de la saga tintiniana. Muchos de los dibujos insisten en la cualidad de inuseo de objetos que tienen los ¨¢lbames de Herg¨¦.
La evoluci¨®n de un mito
El principio de las aventuras de Tint¨ªn se confunde, en los remotos a?os veinte, con la peripecia personal de un muchacho belga llamado Georges R¨¦my_ que, a sus 17 a?os, ten¨ªa fuertes vinculaciones con los sectores m¨¢s militantes del catolicismo tradicional belga y con el movimiento boy-scout. R¨¦my, que por aquel entonces ya empezaba a firmar con el acr¨®stico Herg¨¦ (sus iniciales, invertidas y pronunciadas seg¨²n la fon¨¦tica francesa) dibujaba en Le Petit Vingti¨¨me, suplemento semanal para j¨®venes del diario belga Le Vingti¨¨me Si¨¨cle.
Fue all¨ª donde vio la Iuz Tint¨ªn en 1929. Era un Tint¨ªn mediatizado ideol¨®gicamente, de trazo indeciso y esquem¨¢tico, protagonista de aventuras como Tint¨ªn en el pa¨ªs de los soviets, un delirante alegato antibolchevique que reun¨ªa todos los estereotipos que inspiraba la URSS en la derecha belga, de la que Herg¨¦ recib¨ªa todas sus influencias. El propio Herg¨¦ reneg¨® en innumerables ocasiones de esa ¨®pera prima, cuyos ejemplares se convirtieron, parad¨®jicamente, en un tesoro para coleccionistas, ya que no fue reeditada oficialmente (se hicieron algunas versiones piratas) hasta despu¨¦s de la muerte del dibujante.
Un a?o m¨¢s tarde, el peque?o reportero, (Tint¨ªn es calificado de reportero en todos los ¨¢lbumes, aunque en ning¨²n momento hace el menor amag¨® de trabajar Como periodista: la explicaci¨®n es que sus primeras aventuras aparec¨ªan seriadas en Le Petit Vingti¨¨me, del que Tint¨ªn era enviado especial) volv¨ªa a la carga con una nueva aventura en el Congo, el actual Zaire, que para los belgas de entonces era simplemente La Colonie: la inmensa y ¨²nica colonia africana que pose¨ªa la peque?a B¨¦lgica. En Tintin en el Congo, calificada en muchas ocasiones de historia racista, Herg¨¦ -cuyo desconocimiento de la realidad congole?a deb¨ªa ser s¨®lo un poco menor que el de la realidad sovi¨¦tica- no hizo m¨¢s que hilvanar un gui¨®n en el que aparec¨ªa todo el folklore belga sobre La Colonie. Sin embargo, a nivel de dibujo, se aprecian ya en este ¨¢lbum los primeros indicios de lo que luego se convertir¨ªa en el estilo Herg¨¦.
Aprendizaje y edad de oro
-M¨¢s all¨¢ de ¨¦sta, que a considerarse la prehistoria de Tint¨ªn, Herg¨¦ y su personaje se lanzaron a un doble proceso de aprendizaje y descubrimiento del mundo, que cristalizar¨ªa en una serie de aventuras que van desde Tintin en Am¨¦rica (1932) hasta El tesoro de Rackham el Rojo (1944). En ellas, Tint¨ªn y su autor aprenden poco a poco a dejar de lado el manique¨ªsmo ideol¨®gico y los prejuicios occidentales que conten¨ªan sus primeras obras. Del moralismo esquem¨¢tico de Tint¨ªn en Am¨¦rica o la naturalidad con que se aceptan el colonialismo y el racismo en Los cigarros del fara¨®n y El loto azul, Herg¨¦ fue evolucionando hacia una postura de tolerancia y pacifismo hacia los distintos pa¨ªses y culturas con los que entra en contacto su personaje.Tras la guerra mundial, Herg¨¦ -hombre de car¨¢cter t¨ªmido y escapista ante los avatares de la historia- tuvo dificultades por haberse quedado en B¨¦lgica y por trabajar en el diario Le Soir, de tinte colaboracionista bajo la ocupaci¨®n nazi. U forzosa inactividad a que se vio obligado durante un a?o le sirvi¨® para pulir su estilo y sus guiones. Tint¨ªn entrar¨ªa entonces en una edad de oro que va desde Las siete bolas de cristal (1947) hasta Vuelo 714 para Sidney (1968). Desde el reducto andino de los sucesores de los antiguos incas hasta el interior de una astronave extraterrestre, Tint¨ªn invita a sus lectores a una continua exploraci¨®n y Herg¨¦ in?ta situaciones literarias y cinematogr¨¢ficas, imita g¨¦neros; la novela de espionaje en El asunto Tornasol, la comedia estilo Hollywood en Las joyas de la Castafiore, el thriller en Las siete bolas de cristal, etc¨¦tera.
Herg¨¦ a¨²n dibujar¨ªa otro ¨¢lbum tras esa ¨¦poca dorada (Tint¨ªn y los P¨ªcaros, de 1976), pero es en los a?os cincuenta y sesenta cuando la mezcla de sugesti¨®n fant¨¢stica y exigente realismo que conforma el mundo de Tint¨ªn alcanza su m¨¢xima expresi¨®n; una dif¨ªcil e infrecuente combinaci¨®n de popularidad -60 millones de ejemplares -en 30 idiomas- e influencia en muchos dibujantes de generaciones posteriores, que ha conducido a Tint¨ªn y su creador a un lugar muy especial en la galer¨ªa de mitos de la cultura pop contempor¨¢nea.
Babelia
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