Luis S¨¢nchez Harguindey y Pedro Sust, aspirantes a la presidencia del baloncesto
Las elecciones a la presidencia de la Federaci¨®n Espa?ola de baloncesto, una de las m¨¢s atractivas del momento por su creciente popularidad, abarcan su fase final con el panorama esclarecido. La retirada de Raimundo Saporta, decidida de improviso, anula toda posibilidad de acuerdo hacia una candidatura unitaria. Habr¨¢ confrontaci¨®n y dos candidatos claros: Pedro Sust, presidente de la Federaci¨®n Catalana, y los S¨¢nchez-Harguindey, quien ya fuera vicepresidente en anteriores ocasiones. Algunos sectores pretenden enfocar la elecci¨®n como una confrontaci¨®n entre Madrid y Barcelona, pero ambos candidatos parecen coincidir en dos cuestiones: que sobran algunos actuales empleados de la federaci¨®n y que se debe cuidar la gesti¨®n internacional de Raimundo Saporta.
El obligado cese de Ernesto Segura de Luna, a prop¨®sito M Real Decreto sobre elecciones a federaciones, motiv¨® una curiosa circunstancia. Era un dirigente de l¨ªnea conciliadora y cuyos momentos m¨¢s brillantes llegaban cuando culminaba su mandato. Segura de Luna, por primera, vez, disfrutaba de un¨¢nime prestigio. Los rectores del Consejo Superior de Deportes, algunos diputados e incluso ministros socialistas, lo se?alaban como prototipo del dirigente ejemplar y se ve¨ªan obligados a proferir piropos hacia un presidente que ellos contribu¨ªan a retirar. Segura de Luna, por otra parte, hab¨ªa sido siempre tachado como hombre de paja de Raimundo Saporta, una imagen que hab¨ªa quebrado en la gesti¨®n de estos dos a?os, una de las m¨¢s pr¨¢cticas y avanzadas del conjunto de federaciones deportivas.
Tendencias
La lucha electoral as¨ª abierta pronto dio a conocer las primeras tendencias. Pedro Sust, un directivo emprendedor y con ideas renovadoras, enclavado en la presidencia de la federaci¨®n catalana, fue de los primeros en moverse. Se le defini¨® como candidato opositor. Paralelamente, Eugenio Maz¨®n, el discutido presidente del comit¨¦ de competici¨®n, tambi¨¦n propiciaba las primeras reuniones. Pronto surgi¨® el nombre de Saporta, como peso pesado de indudable influencia sobre el electorado. Ambos candidatos pretend¨ªan su adhesi¨®n, aunque fuera impl¨ªcita, pero paso a casi protagonista. Pero Saporta, m¨¢s proclive a otorgar la bendici¨®n a uno de los candidatos, termin¨® por interesarse activamente. Lleg¨® entonces una sorpresa a medias.
Maz¨®n, que protagonizaba una l¨ªnea continuista, qued¨® r¨¢pidamente rechazado. La idea inicial de u?a candidatura unitaria se consagr¨® en una coalici¨®n Saporta-Sust. Saporta ser¨ªa presidente y quedar¨ªa dedicado a la labor internacional; Sust, como vicepresidente, har¨ªa la reforma interna. Maz¨®n perd¨ªa peso y el Real Madrid, seg¨²n algunas fuentes, movi¨® sus peones para encontrar otro candidato m¨¢s asequible. Dicho club se sent¨ªa perjudicado con una candidatura Saporta-Sust. Saporta, quien lleg¨® a ser, el hombre fuerte del club madridista, se ha convertido en un dirigente excesivamente imparcial y alejado de su pasado. Maz¨®n, por otra parte, se encontraba demasiado desprestigiado por su gesti¨®n promadridista en el comit¨¦ de competici¨®n.
En los ¨²ltimos d¨ªas de septiembre surgen nuevas sorpresas. Saporta, que hab¨ªa llegado a un acuerdo total con Sust y s¨®lo esperaba su respuesta, decide de improviso retirarse. Declar¨® que hab¨ªa sido una decisi¨®n meditada: "hace meses que dije que no me presentar¨ªa. No creo que sea el hombre adecuado para el cambio. Me limitar¨¦ a colaborar con el ganador". Sin embargo, su decisi¨®n se justific¨® como propiciada por una repentina desmoralizaci¨®n al conocer la existencia de una ponencia parlamentaria que piensa investigar las cuentas del Mundial-82. "Saporta siente terror ante la idea de tener que acudir al Parlamento. Se encuentra muy afectado", afirm¨® un directivo.
Al mismo tiempo, se produce la retirada de Eugenio Maz¨®n, tambi¨¦n decepcionado a la vista de que no consigue excesivas adhesiones. Luis S¨¢nchez-Harguindey, antiguo secretario de Estado de Sanidad, tentado en las diferentes reuniones del baloncesto en las ¨²ltimas fechas, expresa su ¨¢nimo de acudir, con el apoyo impl¨ªcito del Real Madrid, que lo considera un hombre m¨¢s imparcial.
Sust y Harguindey coinciden en ideas de renovaci¨®n administrativa de la federaci¨®n, lo que significa un estado de d¨ªas contados para dirigentes como Arturo Imedio, actual secretario general y un hombre de cuya gesti¨®n parecen renegar los candidatos. Sust y Harguindey tambi¨¦n est¨¢n interesados en mantener a Raismundo Saporta.
Algunos sectores pretenden enfocar la contienda con una disputa Madrid-Barcelona, que ambos rechazan. Sust ya es miembro del pleno; Harguindey se acoge a una de las plazas libres que otorga la asociaci¨®n de clubes, mientras que Raimundo Saporta, antes indiscutible, ha visto ahora complicado su futuro como simple miembro del pleno. Saporta solicit¨® una de las plazas de la Asociaci¨®n de Clubes (que tiene seis de libre disposici¨®n) pero esta se lo ha negado a la vista de que no es candidato.
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