Apurada victoria del Barcelona

Antes de empezar el partido, Antoni Serra, el entrenador azulgrana, entr¨® en el vestuario del equipo y les cont¨® a sus jugadores que ten¨ªa el brazo derecho muy dolorido porque por la ma?ana hab¨ªa tenido que emplear nada menos que tres horas en quitar el tubo de escape de su coche. Serra les contaba todo eso de forma relajada y les volv¨ªa a pedir despu¨¦s que no salieran a jugar nerviosos.

Serra dijo que el partido ante e Caja de Ronda no era el desquite del disputado una semana antes en Valladolid y que en sus planes se contempla, desde el principio de la temporada, la posibilidad de perder ante el F¨®rum y ante otro equipo m¨¢s, si es preciso, sin que existan graves motivos de preocupaci¨®n. Se jug¨® el partido y, aunque el brazo armado del Bar?a, Epi, sigui¨® acusando el cansancio y la saturaci¨®n que acumula, los hombres de Serra apretaron al final el acelerador y vencieron.

Aunque cost¨®. Cost¨® porque, am¨¦n del mal momento de Epi, el Bar?a a¨²n no puede contar con Sibilio, lesionado, y el norteamericano Howard todav¨ªa no ha asimilado el sistema que trata de inculcarle su entrenador.

El Bar?a pas¨¦ apuros hasta bien entrada la segunda mitad porque el Caja de Ronda se mostr¨® como un conjunto cualificado en el que destac¨® la inspirada labor de Caldwell y el oscuro, pero serio, trabajo de Nicolau.