Cuando llega el momento de fijar un contrato
Cuando una empresa, autopatrono o profesional se encuentra ante la necesidad de acometer una inversi¨®n en un activo fijo nuevo -caracter¨ªsticas esenciales para poder utilizar la f¨®rmula del leasing- tiene ante s¨ª dos caminos cl¨¢sicos para alcanzar su objetivo: pagar con dinero en efectivo, solicitar un cr¨¦dito bancario o acudir a una entidad financiera.En el primer caso, pierde la oportunidad de utilizar ese efectivo en otros menesteres. En el segundo elevar¨¢ su nivel de endeudamiento externo, limitando posibles nuevas b¨²squedas de dinero o agotando sus l¨ªneas de cr¨¦dito. En ambos casos, el reflejo contable es ineludible, y en muchos casos hasta indeseable.
El leasing puede ser un buen m¨¦todo cuando el ¨²ltimo caso se hace realidad. Desde este momento, el futuro arrendatario puede conectar con la empresa de leasing (los bancos, cajas o financieras no pueden realizar operaciones de este tipo) que se adapte m¨¢s al volumen de la operaci¨®n que se pretende. Algunas est¨¢n especializadas en contratos superiores a los 100 millones de pesetas, pero otras atienden preferentemente las operaciones peque?as, es decir, las que no superan los cuatro millones de pesetas (en Espa?a las operaciones de tipo medio se sit¨²an entre cuatro y seis millones).
Lo primero que har¨¢ la compa?¨ªa de leasing es un estudio financiero del cliente, usualmente a base de informes bancarios y similares. Despu¨¦s vendr¨¢ algo que incluso puede ser de utilidad para el propio cliente: un estudio de la viabilidad de la inversi¨®n. No en pocos casos el cliente se habr¨¢ visto en la imposibilidad de acometer ¨¦l mismo esta tarea, y las observaciones de los t¨¦cnicos, en este nivel, le pueden resultar muy provechosas.
Comparaciones odiosas
Teniendo en cuenta la diversidad de posibilidades de arrendamiento que ofrece el leasing es pr¨¢cticamente imposible ofrecer datos concretos sobre el coste final para el cliente. Todo depender¨¢ de una serie de consideraciones: desde la posibilidad de reventa del equipo (algunos pueden quedar totalmente obsoletos al t¨¦rmino del contrato) a su facilidad de colocaci¨®n en el mercado de segunda mano. Lo importante a fin de cuentas es comparar el coste de esta operaci¨®n con una financiaci¨®n tradicional. Los aspectos fiscales o contables son importantes, pero en muy determinados casos pueden no justificar la opci¨®n del leasing.
Si los aspectos fiscales no tienen influencia en el potencial arrendatario es posible acogerse a una variante poco utilizada en Espa?a: el llamado leasing operativo. En este caso, el arrendador incluye en su canon tanto la financiaci¨®n del equipo como los gastos de mantenimiento y posibles reparaciones. El plazo de este tipo de contratos no suele superar los tres a?os y pueden ser revocados a petici¨®n del cliente en cualquier momento -con la ¨²nica obligaci¨®n de avisar previamente al arrendador- sin tener que continuar pagando las cuotas fijadas anteriormente. El canon de este tipo de contratos es m¨¢s elevado, ya que la compa?¨ªa asume mayores riesgos.
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