La elipse
1 lunes
Elegimos Miss Pacha /Penthouse en la discoteca Pach¨¢. Estoy en el jurado con Syliane Vilallonga, Rosa Valenty, Lucio (casa Lucio) y m¨¢s personal. Sale una morena fina, elegante y casi asiatoide. Daban mil d¨®lares y un reloj. Yo creo que todas se presentaron por el reloj. Eduardo Sotillos entrega los premios nacionales de Periodismo. A nadie le han dado mil d¨®lares. Ni siquiera el reloj. Mar¨ªa Antonia Dans inaugura gran exposici¨®n en La Coru?a. Pierre Cardin me visita en Madrid. Enrique Echaburu quiere conocer la tesis que hizo la hoy se?ora de Landa sobre "La letra jota en el euskera". (Lo cual que Landa est¨¢ a tope en La vaquilla de Berlanga.) Pasan las colecciones como sombras de oro para las que no tenemos plata: Walter Steiger en Zurbar¨¢n y Agatha Ruiz de la Prada, siempre. Y sigo buscando por todo Madrid la mirada gris de Kitty Manver. Sergio Bonanni/Lady Bonser (m¨¢s moda) en el Palace. Tambi¨¦n en las tardes del Palace, que van siendo ya como las legendarias tardes del Ritz, el Sindicato Profesional de Polic¨ªa, Uni¨®n Sindical de Polic¨ªas, presentando su manifiesto democr¨¢tico, que suscribe toda la progres¨ªa. Carlos Marquer¨ªe con su Ciudad irreal. ?Ser¨¢ Madrid? Antonio Asensio y Jaime Pe?afiel lanzan nueva revista de princesas. No hay como el socialismo para que reento?e la high/life. Y pasa Elena Benarroch con su peleter¨ªa. Somos una democracia de ropas chapadas. Otro grupo catal¨¢n, El tricicle, en el Mart¨ªn. Entre las danzas hind¨²es y la
Carmen de Rosi, don Hilari¨®n en la Zarzuela y Adri¨¢n Piera en el Siglo XXI. Alen Dione y otros diamantinos nos proponen sus "diamantes para hombre". En la mirada del oto?o fosforece -?joyas, filos?- la respuesta del lujo al socialismo.
3 mi¨¦rcoles
Sara Montiel, Anto?¨ªsima, con Celia G¨¢mez y Olga Guillot en La Latina. Nostalgia. El estreno oficial fue una ordal¨ªa de la nostalgia, seg¨²n el t¨ªtulo del espect¨¢culo. Una hoguera de canciones y recuerdos, la memoria colectiva de los hijos del siglo, espa?oles de todas, las espa?ol¨ªas, siguiendo el ritual de la melancol¨ªa com¨²n, condescendencia ¨²ltima en que todos coincidimos, al fin. El tiempo nos iguala. Como papisa de este rito en que nos celebramos a nosotros mismos, ofici¨® Sara, m¨¢s solemnemente bella que nunca.
4 jueves
Tambi¨¦n los ni?os han hecho su peque?a revoluci¨®n. Acaban de conquistar el juego, que es su planetario, con la supresi¨®n de los "deberes" caseros'. (Desde Lefebvre, lo que viene haciendo avanzar el siglo -hacia el milenio, ay- son las m¨ªnimas revoluciones de lo cotidiano.) Maravall suprimiendo los deberes, ha puesto fin a todas las penosas generaciones de ni?os dickensianos que vienen, exactamente, desde Dickens. Los deberes (todos somos de la generaci¨®n de los deberes) ten¨ªan una connotaci¨®n de castigo sobrante que viene a aplicar al ni?o lo que los ¨¢rabes dec¨ªan de la esposa: "Az¨®tala todos los d¨ªas, que el sabr¨¢ por qu¨¦". Perdimos media infancia en la escuela y la otra media con los deberes. ?Qu¨¦ le debemos a los deberes? Tristeza y opresi¨®n dom¨¦stica. Los deberes eran una como ominosa prolongaci¨®n de la escuela dentro del hogar, una onerosa intromisi¨®n del estudio en el juego. Hoy, cuando sabemos, desde antes y despu¨¦s de Piaget, que el ni?o se forma y cumple en el juego tanto m¨¢s, que en el "deber" (el ni?o y el hombre), los deberes no tienen otra explicaci¨®n /aplicaci¨®n que la conveniencia y comodidad de unos profesores camastrones que encomiendan al ni?o a s¨ª mismo. Cada escolar ha pagado con su esfuerzo de borrones y, Manos sucias el ocio de un profesor abusivamente adulto.
7 domingo
El Papa vuelve. Parece dispuesto a reinar en Espa?a con m¨¢s veneraci¨®n que en parte alguna Cuando el pa¨ªs se hizo socialista, y encima organiz¨® unos Mundiales, al Papa lo trajeron en seguida para que, del mismo modo que los metal¨²rgicos hab¨ªan tenido su ordal¨ªa hist¨®rica, tuvieran tambi¨¦n la suya los arc¨¢ngeles, serafines, querubines, tronos y, dominaciones, as¨ª como los con serjes de Fraga, los m¨¢rtires del barroco jesuita y las clarisas. Ahora, cuando la LODE quita los deberes a los ni?os, como anot¨¢bamos aqu¨ª el otro d¨ªa, y se los pasa a los educadores y docentes, profesionales y aficionados, el Papa vuelve para dejar las cosas en su sitio. "Viene contra la LODE", ha dicho Maravall. No es cierto. Viene, mayormente, por lo de los deberes, que a los ni?os no hay que dejarles tiempo libre, porque en seguida se hacen autistas o ni?os
azules. Desde P¨ªo XII, no hab¨ªamos vuelto a tener, los ni?os de la guerra (mundial), un Papa que se nos apareciese tanto. S¨®lo que P¨ªo XII se parec¨ªa tipo Sant¨ªsima Trinidad y Wojtyla se aparece tipo day after. Es un vaticanista que no para en el Vaticano. Contra lo que diga el padre Pil¨®n, parapsic¨®logo mariano, que niega las apariciones de la Virgen en El Escorial y en Barcelona (hablando catal¨¢n a los postrados), lo cierto es que la Virgen tambi¨¦n baja mucho esta temporada y resulta m¨¢s visible y evidente (la han visto hasta algunos ciegos y personas en trance) que Juan Pablo II, al que s¨®lo podemos ver en televisi¨®n y en papa m¨®vil. Como todo lo que se nos hace demasiado familiar, a este Papa y todos los ¨²ltimos, cuya silla gestatoria son los mass I media, ya apenas si se le presta atenci¨®n. Wojtyla, tan corpulento, es una sombra blanca y fantasmal de la tele. Creo m¨¢s a quienes van a ver a la Virgen (Pitita) que a quienes vienen de ver al Papa. Generalmente no le han visto.
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