Belisario Betancur acepta, "por vocaci¨®n pacifista", actuar de intermediario entre Duarte y la guerrilla de El Salvador
El presidente colombiano, Belisario Betancur, ha aceptado formalmente servir de intermediario para que pueda realizarse el pr¨®ximo lunes un primer encuentro entre su hom¨®logo salvadore?o, Jos¨¦ Napole¨®n Duarte, y la guerrilla de El Salvador. Su gesti¨®n ha sido condicionada expresamente a la aceptaci¨®n un¨¢nime por ambas partes. Los primeros arreglos se formalizar¨¢n hoy en Panam¨¢, durante una entrevista entre los dos jefes de Estado. Dirigentes del Frente Democr¨¢tico Revolucionario (FDR), aliado pol¨ªtico de los insurgentes, estar¨¢n localizables para cualquier contacto previo.
La disponibilidad de Betancur ("lo hago con gusto por mi vocaci¨®n pacifista") despeja el camino para que el Gobierno y la guerrilla puedan emprender el camino del di¨¢logo despu¨¦s de una cruenta guerra civil que dura ya cuatro a?os. La Iglesia, citada como testigo de calidad, ha aceptado tambi¨¦n su cometido. La ¨²nica voz discordante ha partido, como era de esperar, de la derecha salvadore?a. El mayor Roberto D'Aubuisson, l¨ªder de la fracci¨®n parlamentaria m¨¢s conservadora, se?alado con insistencia como el principal responsable de los escuadrones de la muerte; calific¨® la iniciativa presidencial como "una farsa". El discurso de Duarte ante la Asamblea General de la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas (ONU) fue, a su juicio, s¨®lo "un show de propaganda personal".
El dirigente ultraderechista ha descalificado cualquier reuni¨®n con los insurgentes, porque ¨¦stos "no van a negociar sus posiciones en un encuentro de esta naturaleza, ya que quieren el poder a toda costa, para lo cual est¨¢n dispuestos a causar el mayor da?o posible a la patria cumpliendo consignas sovi¨¦ticas".
El problema de la seguridad
Entre las cuestiones m¨¢s espinosas que Betancur habr¨¢ de negociar est¨¢ la relativa a la seguridad de las dos delegaciones. La guerrilla no ha solicitado una tregua formal, que hubiera sido dificil de acordar en s¨®lo una semana, pero plante¨® a cambio una desmilitarizaci¨®n en un radio de 10 kil¨®metros en torno a La Palma, poblaci¨®n artesana de unos 20.000 habitantes, elegida por Duarte para la reuni¨®n. Esta localidad, cercana a la frontera con Honduras, pertenece al departamento de Chalatenango y se encuentra en uno de los escenarios m¨¢s calientes de la guerra. En varias ocasiones fue ocupada por la guerrilla, que destruy¨® con fuego de mortero el destacamento de la Guardia Nacional, llev¨¢ndose varios prisioneros que liber¨® d¨ªas m¨¢s tarde. Desde hace m¨¢s de un a?o, el ej¨¦rcito ingresa en el pueblo ocasionalmente, como lo hizo para garantizar las elecciones. Las fuerzas armadas han iniciado en los ¨²ltimos d¨ªas una nueva ofensiva contrainsurgente en Chalatenango. La emisora rebelde Radio Venceremos denunci¨® el martes la captura de 66 civiles y la desaparici¨®n de 20 personas m¨¢s, simplemente por el delito de vivir en zonas controladas por las guerrillas.
El comandante militar de Chalatenango es, desde hace algunas semanas, el coronel Sigfrido Ochoa, un militar caracterizado por su ideolog¨ªa extremista, que a comienzos del a?o pasado protagoniz¨® un levantamiento contra el ministro de Defensa, general Jos¨¦ Guillermo Garc¨ªa. El grave incidente se cerr¨® con una beca para que realizara cursos militares en Washington.
La cita de Duarte a los insurgentes no puede, en cualquier caso, convertirse en una emboscada, porque el presidente salvadore?o se juega en ello su credibilidad internacional. Aunque la c¨²pula militar no ha reaccionado p¨²blicamente ante esta convocatoria de di¨¢logo, es imposible pensar que Duarte hablara por cuenta propia, sin una consulta previa con el alto mando del ej¨¦rcito.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.