Una guerra civil dominada por la aviaci¨®n
La guerra civil salvadore?a ha entrado a lo largo de este a?o en una nueva fase, caracterizada por el empleo masivo de la aviaci¨®n, tanto en bombardeos como en funciones de espionaje, y una extensi¨®n del conflicto a departamentos occidentales del pa¨ªs.El Ej¨¦rcito, que por muchos meses altern¨® las grandes ofensivas con la inmovilidad en sus cuarteles, ha reformado toda su estructura. El batall¨®n de intervenci¨®n r¨¢pida ha pasado a ser su unidad b¨¢sica. Las operaciones masivas, que movilizaron a veces m¨¢s de 4.000 efectivos, han sido sustituidas por una acci¨®n continua, incluso de noche.
El uso sistem¨¢tico de los aviones esp¨ªas estacionados en Honduras ha proporcionado al Ej¨¦rcito informaci¨®n casi instant¨¢nea de los movimientos que realizan los insurgentes. Un exceso de confianza redujo la frecuencia de vuelos en julio y la guerrilla golpe¨® inmediatamente con la ocupaci¨®n de la presa Cerr¨®n Grande, el mayor descalabro militar sufrido desde comienzos de a?o.
La ayuda b¨¦lica norteamericana super¨® este a?o los 130 millones de d¨®lares, que se han traducido en la reposici¨®n de helic¨®pteros y el suministro de aviones A-37 Dragon Fly, mucho, m¨¢s certeros en el bombardeo con cohetes. Las levas obligatorias han aumentado el n¨²mero de efectivos humanos por encima de los 40.000.
Los estrategas norteamericanos han considerado siempre que para aniquilar a una guerrilla hacen falta 10 soldados por cada rebelde. Al crecimiento del Ej¨¦rcito ha contestado la guerrilla con el suyo propio. El Pent¨¢gono calculaba en unos 4.000 el n¨²mero de insurgentes a comienzos de 1981. Hoy ha elevado esa cifra hasta cerca de los 12.000.
Durante el a?o pasado, el frente Farabundo Mart¨ª de Liberaci¨®n Nacional (FMLN) empez¨® a concentrar grandes agrupaciones de combatientes, lo que les permiti¨® algunos golpes espectaculares, como la destrucci¨®n del cuartel de El Para¨ªso , pero con alguna frecuencia les llev¨® tambi¨¦n a malgastar una munici¨®n vital.
La dispersi¨®n y el reagrupamiento son las dos f¨®rmulas utilizadas en estos momentos por la guerrilla para responder al nuevo signo de esta guerra, en la que a¨²n no se ha roto el equilibrio entre los dos bandos. Los propios norteamericanos, que en alg¨²n tiempo consideraron la posibilidad de una victoria r¨¢pida, hacen ahora estimaciones que prolongan la guerra como m¨ªnimo hasta dentro de dos a?os.
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