Siento mucho

La muerte de una persona, y por ello siento mucho la muerte del torero, pero m¨¢s me duele todo lo que rodea a este desgraciado suceso.En su reciente editorial La cornada su prestigiosa public¨¢ci¨®n apenas si toca de pasada algunos de los graves problemas que a todos nos acechan en este pa¨ªs. En efecto, fugazmente tratan de las deficientes condiciones de nuestras v¨ªas de comunicaci¨®n; de los medios de que se puede disponer para el traslado de un grave enfermo, etc¨¦tera. En estos momentos no estoy pensando en Paquirri precisamente, sino en esos miles de espa?olitog que por desgracia para ellos y verg¨¹enza de todos nosotros est¨¢n abandonados de la mano de Dios, si es que existe, y, lo que es m¨¢s grave, indudablemente abandonados de la mano de la Administraci¨®n, que ¨¦sa s¨ª que existe y tiene sus obligaciones.

Me pregunt¨® cu¨¢ntos de nosotros en este pa¨ªs tan peculiar y tan orgulloso nos hemos preguntado ?cu¨¢ntos vecinos de ese pueblo que tr¨¢gicamente pasar¨¢ a la historia folkl¨®rica de este pa¨ªs, o de cualquier otro pueblo de los muchos penosos que aqu¨ª existen, han fallecido por falta de asistencia m¨¦dica o, sencillamente, por falta de esto o de lo otro? Me pregunto ?cu¨¢ndo llegar¨¢ la hora a este pa¨ªs; y, tan compungidamente como en esta desgraciada ocasi¨®n, nos rasgaremos las vestiduras para denunciar arbitrariedades e injusticias de todo tipo? Me pregunto, incluyendo al tan cacareado cuarto poder que tanto puede hacer por los ciudadanos de a pie, cu¨¢ntos de nosotros han levantado su voz en contra de ese espect¨¢culo tan denigrante, absurdo, tercermundista que, ?oh, cielos!, y se dice en un pa¨ªs que siempre ha aborrecido la cultura, se llama arte; y, popularmente, se tilda de fiesta nacional, y que yo, personalmente, aborrezco y considero una m¨¢s de las muchas manifestaciones de la ignorancia de nuestro pueblo.-