Clase ociosa
Menos bromas con la clase ociosa espa?ola. Un respeto para los enjoyados trabajadores de la alta frivolidad. M¨¢s rigor acad¨¦mico con estos maquillados mundanos de la jet-set. Todo este intenso fragor de revistas del coraz¨®n, marquesas ap¨®crifas, saraos millonarios y luto torero que distrae eficazmente la atenci¨®n p¨²blica del oto?o caliente, ha revolucionado la teor¨ªa de la clase ociosa formulada por el economista Thornstein Veblen.Sostuvo Veblen que tambi¨¦n la inactividad laboral de los ricos y famosos desempe?aba una muy precisa funci¨®n econ¨®mica en la sociedad capitalista. La ociosidad despilfarradora, el consumo ostentoso y la rivalidad entre millonarios ten¨ªan como misi¨®n el anuncio del ¨¦xito en la cultura del dinero. El ¨¦xito se obten¨ªa por el trabajo, pero la prueba irrefutable del triunfo era la ociosidad suprema, la absoluta vagancia, la provocadora exhibici¨®n de holgazaner¨ªa. El trabajo de los ricos y famosos consist¨ªa en no trabajar para conseguir que trabajaran m¨¢s otros.
Si Veblen levantara la cabeza quedar¨ªa asombrado con la ajetreada clase ociosa espa?ola. El espect¨¢culo de la desigualdad social y econ¨®mica es aproximadamente el mismo, pero aquella mod¨¦lica haraganer¨ªa de las gentes con ¨¦xito se ha transformado en una fren¨¦tica actividad trabajadora, que ni siquiera respeta los hist¨®ricos logros de la jornada laboral. Marquesas entrevistadoras, baronesas representantes de colas y hamburguesas, pr¨ªncipes especuladores de turismo, famosas metidas a bi¨®grafas de s¨ª mismas, se?oritos del sector primario que trafican sin pudor en el terciario, apellidos ilustres vendiendo exclusivas de noviazgo, divorcio y funeral.
Lo hacen por gula dineraria, dir¨¢ una interpretaci¨®n simplista del fen¨®meno. No estoy de acuerdo. Lo hacen por lo mismo que antes, para proclamar su ¨¦xito, por distinci¨®n social. Si nuestra clase ociosa trabaja a destajo es porque la clase trabajadora tiene actualmente el monopolio de la inactividad laboral. Cuando el fracaso se mide por el paro, es l¨®gico que el triunfo se anuncie por el despilfarro de trabajo. El ¨¦xito es la ostentaci¨®n del sudor de gota gorda en las frentes marfile?as de las marquesas.
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