Magdalena Rosell¨®
Guardesa de la casa natal de fray Jun¨ªpero Serra
Magdalena Rosell¨®, a sus 86 a?os, lleva 45 cuidando de la casa natal de fray Jun¨ªpero Serra, aquel Miguel Jos¨¦ Serra Ferrer que naci¨® en Petra (Mallorca) y que el pasado d¨ªa 28 de agosto hizo 200 a?os que falleci¨® en California, despu¨¦s de haber llevado el Evangelio desde la mexicana Sierra Gorda hasta el norte de California. "Soy ciudadana honoraria de San Francisco, como homenaje a todo ese tiempo en que he cuidado del hogar de Jun¨ªpero, y le veo cada d¨ªa en su obra y en su presencia, aqu¨ª, en Petra".
Petra tiene hoy alrededor de 3.000 habitantes, que viven rodeados de la figura del fraile franciscano. Magdalena Rosell¨® vive enfrente de la casa de Jun¨ªpero, en el n¨²mero 15 de la calle de la Barraca Alta, y el esp¨ªritu del ap¨®stol, Justo enfrente, en el 9. "Mi gusto es estar dentro de la casa de Jun¨ªpero", dice, explicando las razones de su fidelidad a la memoria del fraile. "Llevo encargada de ella 45 a?os, justo desde cuando termin¨® la guerra civil. Al principio lo atend¨ªa con mi marido, Juan Bauz¨¢, que ya se ha muerto, y que plant¨® todos los ¨¢rboles que all¨ª se ven hoy". Magdalena dice que se encarg¨® del legado patrimonial "porque somos vecinos. Me dieron una llave para la gente que quisiese venir a verlo, y la mayor parte de los visitantes son americanos que preguntan muchas cosas cuando llegan". Antonio Mauz¨¢, ex alcalde y m¨¦dico de Petra, compr¨® el solar contiguo a la casa de Jun¨ªpero y all¨ª se construy¨® despu¨¦s el museo en su memoria. "Yo tambi¨¦n lo cuido desde hace 35 a?os, y en ¨¦l se guardan, sobre todo, cuadros y alguna reliquia, como un trozo de su ata¨²d y de su estola, pero principalmente cuadros".
El alcalde y gobernador del con dado de San Francisco en 1958, George Christopher, otorg¨® a Magdalena el nombramiento de ciudadana honor¨ªfica de la ciudad. Un diploma enmarcado en su casa da fe de ello: "A Magdalena, que se ha dedicado durante muchos a?os al cuidado de la casa Serra, con sincera emoci¨®n hacia la memoria del padre Serra". Dice Magdalena que "entonces me mandaban 2.000 pesetas los americanos para los gastos de la casa y conservaci¨®n del museo. Pero la, historia es un poco complicada: al principio nadie sab¨ªa cu¨¢l era la casa de Jun¨ªpero. Investigaron y, a trav¨¦s de la partida de nacimiento y otras indagaciones, descubrieron final mente el lugar. ?ste".
Despu¨¦s vino la labor de amuebIarla con ¨²tiles de la ¨¦poca o que lo parecieran. "Algunos de ellos son originales y otros se han conseguido de casas del pueblo, todo ello gracias al esfuerzo del ya fallecido arquitecto Miguel Ramis".
Respecto al proceso de beatificaci¨®n del franciscano petrense parece que la creencia popular tiene m¨¢s fe en sus gracias que en sus milagros. Magdalena le atribuye la curaci¨®n definitiva de su bocio, "que me imped¨ªa hablar y que, sin embargo, de repente me desapareci¨®. Adem¨¢s, yo soy muy vieja y tengo artrosis por todo el cuerpo, pero cuando entro en la casa de Jun¨ªpero me puedo mover y no me duele nada. Yo veo la obra de Jun¨ªpero por todas partes. Siento que est¨¢ porque me procura ese bienestar temporal".
Como agradecimiento a Fray Jun¨ªpero, Magdalena Rosell¨®, que no tiene descendencia, ya tiene hecho testamento a favor de la Fundaci¨®n Jun¨ªpero Serra.
Magdalena tiene ahora una ayudante, Isabel, que se encarga de las tareas m¨¢s pesadas, "aunque yo conservo las llaves de las dos casas y paso gusto de ense?arlas. E insiste en que, "aunque la Iglesia no lo haya hecho santo ya, yo lo tengo por tal. Lo veo todos los d¨ªas, como en procesi¨®n, cuando voy a su casa".
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