'Teledeum'
Como siempre, la tormenta de protestas desencadenada por un espect¨¢culo teatral, Teledeum en este caso, comprueba una cosa y tan s¨®lo una cosa: que la obra da en el clavo. Tras las veladas protestas de derechos democr¨¢ticos mancillados que enarbolan los defensores de una supuesta castidad, desde obispos hasta abogados burgaleses, yace el siempre alerta espectro inquisitorial, que se niega a descansar.Dos cosas han tenido en com¨²n las prohibiciones del teatro: primero, la imposici¨®n coaccionadora de la ortodoxia; segundo, el miedo ante el libre intercambio de ideas por parte de aquellos hacia quienes va dirigida la s¨¢tira. Algo tendr¨¢n que ocultar. Recordemos los cierres de los teatros en la Inglaterra de Cromwell y en la Espa?a de los Austrias. ?Ser¨¢ posible que el licenciado Riu no se d¨¦ cuenta de que su querella es, en s¨ª, un delito contra la libertad de conciencia?-
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