Iniciativas del peque?o Este
TRES VIAJES al exterior de dirigentes de pa¨ªses del Pacto de Varsovia han coincidido: el rumano Ceaucescu, a Alemania Occidental; el h¨²ngaro Kadar, a Francia, y el alem¨¢n oriental Honecker, a Finlandia. Las casualidades existen, pero es l¨ªcito pensar que en un mundo tan minuciosamente concertado como aquel al que pertenecen los tres altos funcionarios de Estado puede haber siempre una causa ¨²nica, y la que aparece como denominador com¨²n en las conversaciones internacionales es la presi¨®n sobre temas de desarme, de reducci¨®n del dramatismo de la guerra fr¨ªa, de entendimiento para la limitaci¨®n de la tensi¨®n internacional y de busca de soluciones negociadas. La Uni¨®n Sovi¨¦tica, cabeza del Pacto de Varsovia, mantiene al mismo tiempo el regateo directo con Estados Unidos sobre estos temas y una apertura constante a Europa para que por s¨ª misma relaje la tensi¨®n aun a costa de diferir de Estados Unidos.De la misma manera se puede considerar la situaci¨®n de los pa¨ªses menores del Pacto de Varsovia: su vocaci¨®n por la reducci¨®n de tensiones puede f¨¢cilmente coincidir con la alta maniobra de la URSS en el sentido de que tienen la arraigada creencia -y no disparatada- de que es la ¨²nica posibilidad de reducir su dependencia de la URSS y la recuperaci¨®n hasta cierto punto de su nacionalidad.
Ceaucescu es el m¨¢s independentista de todos estos viajeros; lo ha confirmado con su viaje a Bonn poco despu¨¦s de que el alem¨¢n Honecker y el b¨²lgaro Jivkov suspendiesen visitas anunciadas a la RFA; el rumano ha insistido durante su estancia en la idea de que las segundas potencias de la OTAN y del Pacto de Varsovia deben tener una participaci¨®n mayor en las negociaciones sobre la seguridad y el desarme. La idea de un mayor protagonismo de los pa¨ªses europeos, incluidos los medianos y peque?os, como es el caso de Hungr¨ªa, aparece tanto en los discursos de Mitterrand como en los de Kadar, durante la visita de ¨¦ste a Par¨ªs. El presidente franc¨¦s apunt¨® incluso que Hungr¨ªa, por su posici¨®n en el centro de Europa, puede contribuir a una mayor fluidez de comunicaci¨®n entre el Este y el Oeste. El m¨¢s modesto de todos ha sido Honecker en Helsinki, donde los dos pa¨ªses conferenciantes han pedido p¨²blicamente que se reanuden las negociaciones de desarme de las dos grandes potencias.
Con m¨¢s o menos reticencias, con reservas moderadas, las propuestas o iniciativas de los visitantes del Este han sido, l¨®gicamente, bien recibidas por sus anfitriones, en parte por su responsabilidad ante la opini¨®n p¨²blica, en parte tambi¨¦n porque sus intereses en la aminoraci¨®n de las tensiones y la carrera de armamentos coinciden, y, finalmente, porque en todos los casos los asuntos directos entre cada una de las dos partes -y particularmente los acuerdos comerciales, intercambios culturales etc- parecen haberse abordado con bastante facilidad.
Cosa bien diferente es el aspecto pr¨¢ctico del tema. No parece que las dos grandes potencias est¨¦n por ahora muy dispuestas a dejar intervenir a otros en sus aproximaciones negociadoras. La URSS, que intenta jugar el papel de pacifista y de quien muestra gran flexibilidad negociadora, sabe muy bien distinguir entre las grandes conferencias internacionales colectivas, del tipo de la de Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa, y su larga y dif¨ªcil negociaci¨®n directa con Estados Unidos sobre la matem¨¢tica nuclear.
En cuanto a Estados Unidos, no es necesario insistir -porque la propia campa?a del presidente Reagan lo hace por s¨ª misma- en su vocaci¨®n absoluta de direcci¨®n del mundo occidental y en su poco inter¨¦s por este juego de las peque?as potencias. Hay que considerar toda esta campa?a, en parte motivada por las propias necesidades de sus protagonistas, en parte atribuible a intereses globales del Pacto de Varsovia, como una diplomacia a largo plazo: viene de muy atr¨¢s y le queda mucho tiempo por delante antes de conseguir alg¨²n resultado concreto. No hace falta citar de nuevo la Conferencia sobre Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa para mostrar las dificultades que encierra el prop¨®sito de rebasar estas l¨ªneas de las superpotencias m¨¢s all¨¢ de lo puramente verbal.
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